Estaban juntos por una apuesta, pero… ¿lo estarían para siempre?
Nick Hastings había puesto punto final a la juventud de Amanda Van Patton con un beso inolvidable, y aunque se había casado con ella, lo había hecho sólo para ganar una estúpida apuesta. Si creía que ella lo esperaría en su cama, iba a llevarse una buena sorpresa.
Nick Hastings apenas recordaba haber hecho aquella apuesta, pero a menos que consiguiera convencer a su indignada esposa de que le diera una segunda oportunidad al amor, su vida dejaría de tener sentido…
Esta es una de esas novelas en las que no hay intriga, ni malos malisimos, ni sexo desaforado pero….en su sencillez, con la humildad de una obra cortita es sencillamente deliciosa. Apta para todos los públicos y con el atractivo encanto del tira y afloja de sus protagonistas.
Hacia tiempo que no me encontraba con una novela así. Quizá por ello la sorpresa ha sido más que agradable. Trescientas dieciocho páginas de candor y romanticismo que nos relatan una historia de amor y conquista.
Nick Hastings es un guapo, rico, trabajador y reflexivo hombre que siente, aunque no sepa reconocer y dar nombre a sus emociones.
Amanda Van Patton es una joven de principios. Las carencias afectivas de su pasado han rematado una personalidad decidida aun en su inseguridad y divertida a pesar de su terquedad.
La tarde se vuelve noche, una mantita nos conforta en el sofá y en nuestras manos, una historia de hoy y de siempre que nos deja soñar como el olor del rico chocolate en el hogar. Así de suave y dulce fue para mí la lectura de una Triste noche de bodas. Quizá para ti sea igual.
Nick Hastings había puesto punto final a la juventud de Amanda Van Patton con un beso inolvidable, y aunque se había casado con ella, lo había hecho sólo para ganar una estúpida apuesta. Si creía que ella lo esperaría en su cama, iba a llevarse una buena sorpresa.
Nick Hastings apenas recordaba haber hecho aquella apuesta, pero a menos que consiguiera convencer a su indignada esposa de que le diera una segunda oportunidad al amor, su vida dejaría de tener sentido…
Esta es una de esas novelas en las que no hay intriga, ni malos malisimos, ni sexo desaforado pero….en su sencillez, con la humildad de una obra cortita es sencillamente deliciosa. Apta para todos los públicos y con el atractivo encanto del tira y afloja de sus protagonistas.
Hacia tiempo que no me encontraba con una novela así. Quizá por ello la sorpresa ha sido más que agradable. Trescientas dieciocho páginas de candor y romanticismo que nos relatan una historia de amor y conquista.
Nick Hastings es un guapo, rico, trabajador y reflexivo hombre que siente, aunque no sepa reconocer y dar nombre a sus emociones.
Amanda Van Patton es una joven de principios. Las carencias afectivas de su pasado han rematado una personalidad decidida aun en su inseguridad y divertida a pesar de su terquedad.
La tarde se vuelve noche, una mantita nos conforta en el sofá y en nuestras manos, una historia de hoy y de siempre que nos deja soñar como el olor del rico chocolate en el hogar. Así de suave y dulce fue para mí la lectura de una Triste noche de bodas. Quizá para ti sea igual.
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