Cuando contaba con tan solo diecisiete años, la vida de Lady Jillian Daventry cambió drásticamente. Una terrible noche Jillian encuentró el cuerpo sin vida de su madre en el suelo de la biblioteca, a todas luces asesinada. Los indicios, una nota en manos del marqués de Albright, padre de la joven y esposo de la difunta, hallado inconsciente junto al cadáver, apuntan a que el crimen lo cometió un amante despechado ante la negativa de la marquesa a huir con él.
Cuatro años más tarde, Jillian está soltera y sin perspectivas de matrimonio. Es una joven un tanto excéntrica, repudiada por la sociedad después de ser descubierta en una situación considerada deshonrosa: ayudando a Bow Street a investigar el robo de unas joyas.
Su prometido, Thomas, el vizconde de Shipton, incapaz de soportar los escarnios a los que se ve sometido por su relación con ella acaba rompiendo el compromiso. Así que con poco más de veinte años, Jillian es una joven de buena familia, goza de una excelente posición económica pero vive en el ostracismo social. Su propia familia le exige que modere su comportamiento para que no mancille aún más el nombre del marqués de Albright y espante así a los posibles pretendientes de su hermana Maura, recién presentada en sociedad. El escándalo cometido por Jillian, sumado a que la madre de las jóvenes fuese una actriz no ayuda a limpiar mucho el nombre de la familia.
Sin embargo, aunque Jillian promete no hacerlo es incapaz de negarse a ayudar a un agente de Bow Street, al que secretamente ha estado ayudando en sus investigaciones. Es a través de este agente que conoce a Connor Monroe que acude a los hombres de Bow Street para investigar unos asesinatos cometidos en su entorno: varios de sus seres queridos han perdido la vida de forma violenta y cruel.
Para Bow Street no existe ninguna conexión entre los diferentes crímenes, de hecho encuentran una explicación perfectamente lógica para cada uno de ellos, pero Connor ha llegado a la conclusión que todos han sido cometidos por una misma persona. Más aún cuando aparecen unas cartas anónimas amenazantes.
Connor Monroe es un hombre que aunque de origen humilde ha escalado socialmente y ha adquirido una elevada posición económica. En apariencia es frío y solitario. Cuando descubre que Jillian Daventry es requerida por Bow Street para investigar esas muertes, se niega y se empeña en apartar a la joven de la investigación. Inicialmente no confía en las habilidades de Jillian pero finalmente acaba reconociendo que ésta posee la intuición y perspicacia necesarias para resolver los casos. Pero no por ello ceja en su empeño por apartar a la “remilgada” joven del peligro que implica ese caso.
A pesar del recelo inicial por parte de ambos, la atracción no tarda en surgir entre ellos. Detrás de sus bruscas palabras, la frialdad de sus conversaciones y aparente indiferencia, algo nace entre Jillian y Connor. Eso aterra a Connor tras haber vivido en carnes propias cómo las personas más importantes de su vida morían cruelmente, por lo que se propone apartar a Jillian de él.
Jillian sabe que es una joven con pocas posibilidades de encontrar marido. Su inusual afición detectivesca y los escándalos que enturbian su pasado no le facilitan el camino. Pese a ello se siente muy atraída por Connor y siente, así mismo, que no puede abandonar ese caso, menos aún cuando descubre que entre dichos crímenes y el asesinato de su madre existe un nexo. Entonces, nada, ni siquiera la negativa de Connor puede apartarla de su objetivo.
Y mientras avanza la investigación, tanto Jillian como Connor van despojándose de la capa de frialdad que los rodea, y desnudando sus almas al otro.
En Escándalo a medianoche Kimberly Logan consigue hilvanar una historia de amor y una de misterio de un modo brillante. Lo peculiar e interesante es que lo hace además en una novela enmarcada en La Regencia, lo que encuentro original.
La novela entremezcla ambos hilos de un muy interesante, sin dejar que ni uno ni otro queden relegados. Pero ante todo es una novela de amor, aunque en cuanto empiezas a leer te adentras en una novela de suspense.
El perfil de la pareja protagonista, tal vez no sea muy innovador, pero están muy bien descritos y caracterizados. Connor Monroe es un joven ambicioso y con deseos de superación, no se conforma con vivir eternamente en la miseria en que nació. Es un hombre que se hace a sí mismo, en apariencia frío y distante, pero no es más que una fachada. Muy en el fondo necesita que se le muestre amor, confianza y respeto, pero por su orígenes le resulta muy complicado sentirse digno para Jillian.
El personaje de Jillian es un soplo de aire fresco en relación a otras protagonistas de novelas de La Regencia. Es una joven atípica que a ojos de la sociedad es indigna de merecer respeto. Pero, lejos de sentirse mancillada, no deja que eso marque su vida y se marca un objetivo importantísimo: descubrir la verdad sobre el asesinato de su madre.
El tema del asesinato es un punto que por un lado hace muy interesante la novela pero por otro nos deja en ascuas, ya que el crimen no se resuelve en esta novela, sino que es el punto de enlace con las dos siguientes, protagonizadas por Maura y Aimee Daventry.
La parte romántica me ha gustado mucho, así como la trama de suspense a pesar de quedar inconclusa. Igualmente me parece muy bonita cómo se describe la relación entre las tres hermanas, cómo la muerte de la madre de éstas afecta de diferente manera a cada una de ellas y cómo las afecta en su relación entre las unas con las otras.
El que Jillian sea una joven aristócrata y Connor un hombre de origen humilde es algo que, en mi opinión, también influye en que la novela sea diferente, sin tantos estereotipos como los que solemos encontrar en otras. Por eso, entre otros aspectos, Escándalo a medianoche me parece una novela que aunque está ambientada en La Regencia, es original y sorprende porque marca diferencias. La diferencia de clases, la mezcla de romance y suspense, la sensualidad de algunas escenas, la dulzura de otras hacen de ella una novela que me ha sorprendido muy gratamente.
Cuatro años más tarde, Jillian está soltera y sin perspectivas de matrimonio. Es una joven un tanto excéntrica, repudiada por la sociedad después de ser descubierta en una situación considerada deshonrosa: ayudando a Bow Street a investigar el robo de unas joyas.
Su prometido, Thomas, el vizconde de Shipton, incapaz de soportar los escarnios a los que se ve sometido por su relación con ella acaba rompiendo el compromiso. Así que con poco más de veinte años, Jillian es una joven de buena familia, goza de una excelente posición económica pero vive en el ostracismo social. Su propia familia le exige que modere su comportamiento para que no mancille aún más el nombre del marqués de Albright y espante así a los posibles pretendientes de su hermana Maura, recién presentada en sociedad. El escándalo cometido por Jillian, sumado a que la madre de las jóvenes fuese una actriz no ayuda a limpiar mucho el nombre de la familia.
Sin embargo, aunque Jillian promete no hacerlo es incapaz de negarse a ayudar a un agente de Bow Street, al que secretamente ha estado ayudando en sus investigaciones. Es a través de este agente que conoce a Connor Monroe que acude a los hombres de Bow Street para investigar unos asesinatos cometidos en su entorno: varios de sus seres queridos han perdido la vida de forma violenta y cruel.
Para Bow Street no existe ninguna conexión entre los diferentes crímenes, de hecho encuentran una explicación perfectamente lógica para cada uno de ellos, pero Connor ha llegado a la conclusión que todos han sido cometidos por una misma persona. Más aún cuando aparecen unas cartas anónimas amenazantes.
Connor Monroe es un hombre que aunque de origen humilde ha escalado socialmente y ha adquirido una elevada posición económica. En apariencia es frío y solitario. Cuando descubre que Jillian Daventry es requerida por Bow Street para investigar esas muertes, se niega y se empeña en apartar a la joven de la investigación. Inicialmente no confía en las habilidades de Jillian pero finalmente acaba reconociendo que ésta posee la intuición y perspicacia necesarias para resolver los casos. Pero no por ello ceja en su empeño por apartar a la “remilgada” joven del peligro que implica ese caso.
A pesar del recelo inicial por parte de ambos, la atracción no tarda en surgir entre ellos. Detrás de sus bruscas palabras, la frialdad de sus conversaciones y aparente indiferencia, algo nace entre Jillian y Connor. Eso aterra a Connor tras haber vivido en carnes propias cómo las personas más importantes de su vida morían cruelmente, por lo que se propone apartar a Jillian de él.
Jillian sabe que es una joven con pocas posibilidades de encontrar marido. Su inusual afición detectivesca y los escándalos que enturbian su pasado no le facilitan el camino. Pese a ello se siente muy atraída por Connor y siente, así mismo, que no puede abandonar ese caso, menos aún cuando descubre que entre dichos crímenes y el asesinato de su madre existe un nexo. Entonces, nada, ni siquiera la negativa de Connor puede apartarla de su objetivo.
Y mientras avanza la investigación, tanto Jillian como Connor van despojándose de la capa de frialdad que los rodea, y desnudando sus almas al otro.
En Escándalo a medianoche Kimberly Logan consigue hilvanar una historia de amor y una de misterio de un modo brillante. Lo peculiar e interesante es que lo hace además en una novela enmarcada en La Regencia, lo que encuentro original.
La novela entremezcla ambos hilos de un muy interesante, sin dejar que ni uno ni otro queden relegados. Pero ante todo es una novela de amor, aunque en cuanto empiezas a leer te adentras en una novela de suspense.
El perfil de la pareja protagonista, tal vez no sea muy innovador, pero están muy bien descritos y caracterizados. Connor Monroe es un joven ambicioso y con deseos de superación, no se conforma con vivir eternamente en la miseria en que nació. Es un hombre que se hace a sí mismo, en apariencia frío y distante, pero no es más que una fachada. Muy en el fondo necesita que se le muestre amor, confianza y respeto, pero por su orígenes le resulta muy complicado sentirse digno para Jillian.
El personaje de Jillian es un soplo de aire fresco en relación a otras protagonistas de novelas de La Regencia. Es una joven atípica que a ojos de la sociedad es indigna de merecer respeto. Pero, lejos de sentirse mancillada, no deja que eso marque su vida y se marca un objetivo importantísimo: descubrir la verdad sobre el asesinato de su madre.
El tema del asesinato es un punto que por un lado hace muy interesante la novela pero por otro nos deja en ascuas, ya que el crimen no se resuelve en esta novela, sino que es el punto de enlace con las dos siguientes, protagonizadas por Maura y Aimee Daventry.
La parte romántica me ha gustado mucho, así como la trama de suspense a pesar de quedar inconclusa. Igualmente me parece muy bonita cómo se describe la relación entre las tres hermanas, cómo la muerte de la madre de éstas afecta de diferente manera a cada una de ellas y cómo las afecta en su relación entre las unas con las otras.
El que Jillian sea una joven aristócrata y Connor un hombre de origen humilde es algo que, en mi opinión, también influye en que la novela sea diferente, sin tantos estereotipos como los que solemos encontrar en otras. Por eso, entre otros aspectos, Escándalo a medianoche me parece una novela que aunque está ambientada en La Regencia, es original y sorprende porque marca diferencias. La diferencia de clases, la mezcla de romance y suspense, la sensualidad de algunas escenas, la dulzura de otras hacen de ella una novela que me ha sorprendido muy gratamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.