El más famoso predicador del estado, Jackson Wilde, ha aparecido asesinado en un hotel de Nueva Orleans. Entre los sospechosos se encuentran su viuda, su hijo y la propietaria de una firma de lenceria denominada Sedas de Francia. Claire Laurent ha construido su imperio a base de un gran esfuerzo y ahora que sus prendas tienen un gran éxito se las tiene que ver con el rechazo de una parte de la sociedad que, encabezada por Wilde, considera el catálogo de su firma como una publicación obscena y amoral.
El argumento resulta atractivo desde el principio. La autora logra atraer tu atención desde el momento del asesinato, y te hace preguntarte quién habrá tenido suficientes motivos para apretar el gatillo: ¿la ambiciosa viuda? ¿su hijo? ¿Yasmine, la famosa modelo del catálogo? ¿la propia Claire?
Cuando Cassidy, el ayudante del fiscal del distrito, conoce a Claire, se enfrenta a un dilema moral ya que tiene que debatirse entre la atracción que siente hacia ella y su convicción de que ella es la asesina. Claire además es una mujer misteriosa que oculta un montón de secretos y el lector, al mismo tiempo que Cassidy, va descubriendo a una mujer admirable y que ha sufrido mucho a lo largo de su vida. Es un personaje genial, muy bien construido y parte principal de que la trama sea tan eficaz.
¡Cómo disfruto con Sandra Brown! En Sedas de Francia coloca a una pareja protagonista en medio de un asesinato y, con un dominio perfecto del suspense y pequeñas pinceladas de romance, consigue una buena novela ambientada en un sitio tan mágico y lleno de misterio como es Nueva Orleans. La parte romántica no ocupa ni mucho menos el grueso de la trama pero no deja de parecerme preciosa. Brown no necesita páginas y páginas de diálogos románticos, ni de escenas de sexo. En un párrafo, en una sola frase te transmite todo lo que necesitas como lector. En los encuentros entre Cassidy y Claire se respira tensión sexual desde el primer momento, y a diferencia de otras novelas mediocres, cuando esta tensión se resuelve (y tarda en resolverse) cumple todas las expectativas. El desenlace está bien elaborado y es lo suficientemente imprevisible para mantener la tensión hasta el final.
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