Jax Winchester había pasado años encerrado en una prisión de Centroamérica por un crimen que no había cometido y eso le había impedido estar con la mujer que amaba. Pero ahora era un hombre libre... ¿o no? Sólo el recuerdo de Kelly O’Brien, y las cartas que le había escrito, le habían dado fuerzas para continuar. Pero nada más salir de la cárcel, supo que seguía prisionero entre unas rejas que él mismo había forjado. ¿Cuál era la manera de salir esta vez? Tenía que cumplir la promesa que le había hecho a Kelly y recuperarla fuera como fuera.
Opinión
Cartas a Nelly es una de las dos historias que incluye la editorial Harlequín en el libro Prisioneros del amor. Pese a ser una novela corta, con sus consiguientes limitaciones, es de aquellas que realmente merece la pena leer, tan sencilla y vital como emotiva.
La construcción de su trama a mí me resultó original, no por el desarrollo de la historia romántica, si no por el entramado que elabora su autora para descubrirnos el pasado, y la lucha interna y pensamientos de su protagonista principal. En el primer caso será a través de unas cartas de amor y en el segundo, con los diálogos que Jax, escritor de novelas románticas, se trae con el protagonista de la novela que está gestando en el presente. Son pequeñas pinceladas que nos abren el mundo de un hombre, profunda y eternamente enamorado.
La extrema juventud de Kelly y el hecho de ser la hermana pequeña de su mejor amigo, condicionan la relación que mantuvieron en el pasado y a la vez se nos representa, con el encanto de esos sueños de adolescentes que algunas hemos podido tener.
Como es una constante en esta autora, sus protagonistas hacen gala de un atractivo físico envidiable, pero en nada comparable con el derroche de armas de seducción de su personaje masculino.
No he sido capaz de entender la resistencia que Kelly mantiene en aras de…. Tonterías, porque Jax es como para encerrarse con él y tirar la llave al mar. Aunque es disculpable, debido a la extensión limitada de la novela que nos obliga a olvidar “el leer para creer” y ejercer la fe.
Los diálogos son rápidos y divertidos, y las escenas de una nitidez fotográfica. De hecho, alguna “imagen” es para atesorar en la memoria, pero sin duda lo mejor es la carga emocional: ¡Qué bonito es el amor! y su correspondiente pasión.
Es una historia tan natural y hermosa, como para hacernos suspirar y no dudo que cualquiera que la lea, sueñe con ser la protagonista de un amor igual. No será Ty quien firme nuestras cartas pero por soñar….
Puntuación 8
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.