Un buen día, Lucas Griffin regresa a Port Gamble con una clara intención: rescatar la casa familiar de las garras de su malvada ex espoda, Emily Ruth Griffin. Pero inesperadamente, la mujer cae muerta en el colmado del pueblo tras injerir unas pastas saladas que había puesto de muestra la encargada del local, Lila Abbott. La repentina aparición de Lucas en la tienda, que parece extrañamente aliviado por la muerte de la mujer, lleva a Lila a pensar lo peor. Mientras tanto, el fantasma de Emily Ruth empieza a aparecerse todos los días a la misma hora yen el mismo colmado donde murió.
Ahora Lila, convertida en aprendiz de cazafantasmas, se tendrá que empeñar a fondo en descubrir el motivo de las misteriosas apariciones del fantasma de Emily mientras Lucas trata de limpiar su nombre. Lo que ninguno de los dos se imagina es que, entre apareciones fantasmales y sospechas de la policía, el amor acabará llamando inevitablemente a sus puertas… Tal vez éste podrías ser, al fin, el eterno verano de Lila Abbott.
Lila es más o menos una médium de fantasmas y todo el mundo lo asume como lo más natural del mundo. Emily cae fulminada en el supermercado donde Lila es algo así como la chica para todo. ¿Causa de la muerte? Una atroz alergia a los cacahuetes, pero ¿quién ha metido un cacahuete en las galletitas con queso que ha preparado Lila como plato de degustación del día? Puede haber sido Lila, o el nuevo amante de la muerta o su ex marido, nuestro protagonista. Lucas, que ha presenciado toda la escena, mira a Lila y ya da por hecho que va a ser la mujer de su vida después de gritar a los cuatro vientos que odiaba a su ex, y con razón. Aunque Lila sospecha de él, cae en su cama a la primera de cambio, mientras el fantasma de la asesinada planea sobre la pareja en forma de nube de perfume ¿Por qué todas las malas huelen a perfume denso y empalagoso? La próxima vez que vaya por la calle y alguien me huela así llamo al 061.
Esto es lo que hay, ni más ni menos. Una tontería de novela que a lo mejor a alguien le divierte porque está escrita con gracia e ironía, pero nada más. Podría clasificarla como “novela para leer en el metro”, seguro que no os vais a saltar la parada.
El único consuelo que me queda, es que he hecho un bien a la comunidad de lectoras si consigo que nadie más la compre. No voy ni a venderla en los foros, no vaya a ser que me busque un enemigo.
Suspenso a la novela y también suspenso a Talismán, si se creen que me van a engañar editando un montón de paja y de vez en cuando algo atractivo, lo tienen claro, esperaré a la opinión de alguna incauta como yo antes de caer con otra escritora desconocida.
Ahora Lila, convertida en aprendiz de cazafantasmas, se tendrá que empeñar a fondo en descubrir el motivo de las misteriosas apariciones del fantasma de Emily mientras Lucas trata de limpiar su nombre. Lo que ninguno de los dos se imagina es que, entre apareciones fantasmales y sospechas de la policía, el amor acabará llamando inevitablemente a sus puertas… Tal vez éste podrías ser, al fin, el eterno verano de Lila Abbott.
Lila es más o menos una médium de fantasmas y todo el mundo lo asume como lo más natural del mundo. Emily cae fulminada en el supermercado donde Lila es algo así como la chica para todo. ¿Causa de la muerte? Una atroz alergia a los cacahuetes, pero ¿quién ha metido un cacahuete en las galletitas con queso que ha preparado Lila como plato de degustación del día? Puede haber sido Lila, o el nuevo amante de la muerta o su ex marido, nuestro protagonista. Lucas, que ha presenciado toda la escena, mira a Lila y ya da por hecho que va a ser la mujer de su vida después de gritar a los cuatro vientos que odiaba a su ex, y con razón. Aunque Lila sospecha de él, cae en su cama a la primera de cambio, mientras el fantasma de la asesinada planea sobre la pareja en forma de nube de perfume ¿Por qué todas las malas huelen a perfume denso y empalagoso? La próxima vez que vaya por la calle y alguien me huela así llamo al 061.
Esto es lo que hay, ni más ni menos. Una tontería de novela que a lo mejor a alguien le divierte porque está escrita con gracia e ironía, pero nada más. Podría clasificarla como “novela para leer en el metro”, seguro que no os vais a saltar la parada.
El único consuelo que me queda, es que he hecho un bien a la comunidad de lectoras si consigo que nadie más la compre. No voy ni a venderla en los foros, no vaya a ser que me busque un enemigo.
Suspenso a la novela y también suspenso a Talismán, si se creen que me van a engañar editando un montón de paja y de vez en cuando algo atractivo, lo tienen claro, esperaré a la opinión de alguna incauta como yo antes de caer con otra escritora desconocida.
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