La vida de Elizabeth Burke se centra en el cuidado de sus dos hijos pequeños y en sacar adelante una elegante boutique que, con mucho esfuerzo, se está convirtiendo en un negocio rentable. Aunque se dice a sí misma que eso le basta, en su interior siente un vacío que nada puede llenar y, con frecuencia, se encuentra soñando despierta, fantaseando con sensuales escenas de amor, protagonizadas por ella misma junto a un desconocido, que parecen extraídas de una novela romántica.
Viuda desde hace dos años, no ha vuelto a sentirse atraída por ningún hombre pero, de repente, el hombre de sus fantasías empieza a parecerse peligrosamente a su atractivo vecino, Thad Randolph, y eso la inquieta.
Aunque se dice que sólo le interesa mantener una amistad con Thad -después de todo es un hombre que tanto a ella como a sus hijos los trata con amabilidad y respeto- la atracción entre ambos es incuestionable. Sus propios hijos se van encariñando con él y parecen empecinados en acercarlos mientras que Lilah, su hermana menor, la insta a conocer a hombres y volver a enamorarse. Conociendo la capacidad imaginativa de Elizabeth, también la anima a plasmar por escrito sus fantasías para publicarlas en una conocida revista. Aunque Elizabeth se niega inicialmente, finalmente accede, así como a darse una nueva oportunidad y salir con hombres.
No obstante, en su corazón sigue renuente a aceptar a uno en su vida, algo que Thad está dispuesto a cambiar.
Fantasía de Sandra Brown es una novela que, por su extensión, podría perfectamente haber sido publicada en formato harlequín porque es una historia muy corta. El argumento es muy sencillo e incluso previsible. Es una lectura agradable y entretenida sin ser, en mi opinión, una de las mejores novelas de esta autora.
Más allá de la reducida extensión de la historia, la trama no es compleja. No obstante, como digo, me parece un libro ameno de leer.
La pareja protagonista está bastante bien definida, como es habitual en los personajes de Sandra Brown. Al comienzo de la novela, Elizabeth se nos presenta como una mujer sencilla, introvertida y hogareña, dedicada en cuerpo y alma a sus hijos. No obstante, pronto se vislumbra -en realidad desde la primera página- esa vena fantasiosa y soñadora que oculta a una mujer más sensual de lo que parece.
Thad es un hombre serio, atractivo, fuerte y sin gozar del carácter arrogante que suelen esbozar otros protagonistas de esta escritora, es carismático.
Creo que dado el argumento y las páginas en que se desarrolla la novela, tanto uno como otro están bien perfilados y son coherentes y creíbles en el marco de la historia.
Para mí el punto débil está en que la trama es demasiado lineal y previsible, en que no hay apenas interrogantes ni obstáculos a vencer, salvo la reticencia de Elizabeth a aceptar sus sentimientos por Thad.
Como secundarios cabe destacara a Lilah Mason, la hermana menor de Elizabeth, que trabaja como fisioterapeuta y es completamente diferente a ésta. Extrovertida, sincera y directa, no tiene pelos en la lengua y da un tono divertido a la novela con sus apariciones. El otro personaje secundario, Adam Cavanaugh, y ella parecen sentir cierta antipatía o recelo mutuos, algo que no deja de ser interesante, dado que son ellos los protagonistas de otra novela, relacionada con ésta: Tentación.
Por otra parte, Megan y Matt, los hijos de Elizabeth, contribuyen a enternecer la trama y, por su especial relación con Thad, se convierten en cierto modo en sus aliados.
En definitiva, creo que Fantasía no es una de las grandes y buenísimas novelas que ha escrito Sandra Brown, pero es sencilla, amena y me ha proporcionado un rato de agradable lectura.
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