Jasmine Adams, más conocida como Jazz, recibe una inesperada sorpresa en forma de hombre cuando, al llegar al apartamento de su hermana gemela, un extraño surge de la oscuridad dispuesto a advertirla del peligro que corre. En realidad busca a Jessica, con la que la confunde, pero de paso le da un susto de muerte.
Jessica es una famosa presentadora de noticias en la ciudad de Miami. Está inmersa en una secreta y arriesgada investigación periodística que puede catapultar su carrera de una manera espectacular, pero para ello necesita que alguien “ocupe” su lugar a ojos de todos mientras sigue adelante con sus pesquisas. Y... ¿quién mejor que su gemela Jazz para suplantarla?
Con tal de ayudar a su hermana, Jazz está dispuesta a cualquier cosa, por lo que acepta. Después de todo, se dice, no es tan complicado fingir ser Jess. Bueno , ciertamente debería pulir algunos aspectos y cambiar otros, como su modo de vestir o su carácter impulsivo. Jess es una mujer comedida y de éxito, viste y vive con elegancia, mientras que Jazz está tratando de mantener a flote su empresa de investigación y suele vestir de un modo un tanto desenfadado.
Pero cualquier cosa por su hermana. Sin embargo, cuando llega al elegante apartamento de ésta se encuentra con una extraño que trata de intimidarla, y quien no es otro que Alex Romero, uno de los guardaespaldas de Butller Catchers, la agencia de la misteriosa Lucy Sharpe.
Alex ha sido designado por la agencia para proteger a Jessica Adams y de hecho intimidarla para que ésta comprenda la grave situación en que se encuentra. Ha recibido amenazas continuas por e-mail de un acosador a las que la joven parece que no acaba de tomarse en serio.
Por ello Alex entra algo rudamente en el apartamento y trata de asustar a Jessica, aunque en realidad se trata de Jazz, y desde ese primer enfrentamiento cuerpo a cuerpo, algo parece nacer entre la pareja: una innegable atracción.
Pero algo se interpone claramente entre ambos. Alex no debe mantener una relación con una cliente y Jazz está demasiado abstraída por su trabajo como para arriesgarse a iniciar algo con un hombre de las características de Alex Romero: un hombre que destila masculinidad, rudeza y que es excesivamente protector y autoritario. No quiere ser anulada por éste, así que se jura no rendirse a él…
Tras descubrir la verdadera identidad de su “cliente”, Alex comprende que debe protegerla mientras encuentran a la auténtica Jessica, que parece haberse evaporado en el aire. Nadie sabe de ella, de hecho el entorno de la periodista no parece reparar en el cambio de hermanas, excepto el acosador y el misterio personaje que, secretamente, ha contratado los servicios de la agencia de Lucy Sharpe.
Jazz está convencida de que Jessica está inmersa en su investigación y por ello no da señales de vida. Para ella las breves pistas e indicios que su hermana va dejando le parecen suficientes, pero Alex no se fía de ello. Al contrario, él cree que la mujer podría estar en manos de su acosador ya que su desaparición es demasiado preocupante.
Poco a poco, Jazz también empieza a temer por la vida y desaparición de su gemela y, junto a Alex, trata de dar con ella.
Para tal fin asume plenamente su papel como Jessica Adams, se relaciona con sus compañeros, amigos y enemigos en un intento por captar algún indicio que le señale el paradero de su hermana.
A la vez que tratan de destapar esa vorágine de secretos e intereses que ha desencadenado en la desaparición de Jessica, Jazz y Alex son cada vez más conscientes de que no pueden negar ni ocultar los sentimientos que surgen entre ambos. Algo que empieza a ser evidente para el entorno de los dos.
Mientras aúnan sus esfuerzos y capacidades para dar con Jess, la relación entre ambos va haciéndose más intensa y sensual.
Mátame dulcemente es la primera de las novelas que componen la serie de los Butller Catchers, una agencia que bajo el mando de Lucy Sharpe se encarga de misiones de alto secreto y nivel, lo que implica que posea un grupo de hombres firmemente entrenados y preparados para solucionar las situaciones en que pueden verse inmersos.
Alex Romero es un joven de origen cubano que ha puesto en repetidas ocasiones en peligro su continuidad en dicha organización. El que en su última misión entretuviera de un modo un tanto inapropiado a la mujer de su cliente para evitar que la misión se descubriera, y los rumores que circulaban sobre su tendencia a relacionarse con sus clientes, no presagian un futuro muy halagüeño para él en Butller Catchers.
Pero, pese a ello, Lucy Sharpe está dispuesto a darle una nueva oportunidad porque, inexplicablemente, confía en él y lo tiene en mente para una futura misión de mayor importancia. El caso de Jessica Adams no es sino un modo de poner a prueba sus capacidades y comprobar si es el hombre adecuado para es nueva misión.
A priori parece que proteger a Jessica Adams no será muy complicado. Sin embargo las dos se tuercen un poco: para empezar ésta ha desaparecido y en su lugar se encuentra con Jazz, su gemela, y para su mortificación descubre que corre el riesgo de romper una de las reglas sagradas de la agencia: no vincularse emocionalmente con sus clientes. Claro que Jazz no es técnicamente su cliente, ¿no?
Jazz siempre se ha sentido inferior a su hermana que representa el decoro, la prudencia y la corrección. En cambio ella es olvidadiza, algo brusca e impetuosa. Pese a todo el cariño entre ambas es innegable y está dispuesta a cualquier cosa, incluso arriesgar su vida, con tal de encontrar sana y salva a Jessica.
En mi opinión los personajes están muy bien perfilados, magistralmente en realidad. Roxanne St. Clair analiza de tal modo su carácter, modo de vestir y actuar que en las escenas puedes descubrir fácilmente si estamos ante Jessica o Jazz, pese a que no se exprese abiertamente.
El personaje de Alex es una continua caja de sorpresas. Al principio da la sensación de que estamos ante un hombre mujeriego y frívolo, pero poco a poco vamos descubriendo lo que oculta en el fondo, su afán protector y el gran amor que siente por su familia.
La relación entre ambos es intensa y sensual, plagada de escenas sugerentes, divertidas e irónicas. Aunque tiene un alto voltaje sexual, se pueden apreciar las señales evidentes de que algo más profundo y emocional se oculta tras ello.
Un aspecto muy logrado de la novela es el modo en que van apareciendo los diferentes personajes y se va descubriendo el verdadero yo de cada uno de ellos.
En definitiva, Mátame dulcemente me parece una novela fresca, ágil, trepidante y muy sensual, que presagia una serie igualmente interesante e intensa. Retrata un grupo de hombres y mujeres que trabajan por la seguridad y protección de sus clientes. La trama aúna suspense y una historia de amor sensual, apasionada y electrizante, con un final inesperado y sorprendente. Un libro muy recomendable.
Jessica es una famosa presentadora de noticias en la ciudad de Miami. Está inmersa en una secreta y arriesgada investigación periodística que puede catapultar su carrera de una manera espectacular, pero para ello necesita que alguien “ocupe” su lugar a ojos de todos mientras sigue adelante con sus pesquisas. Y... ¿quién mejor que su gemela Jazz para suplantarla?
Con tal de ayudar a su hermana, Jazz está dispuesta a cualquier cosa, por lo que acepta. Después de todo, se dice, no es tan complicado fingir ser Jess. Bueno , ciertamente debería pulir algunos aspectos y cambiar otros, como su modo de vestir o su carácter impulsivo. Jess es una mujer comedida y de éxito, viste y vive con elegancia, mientras que Jazz está tratando de mantener a flote su empresa de investigación y suele vestir de un modo un tanto desenfadado.
Pero cualquier cosa por su hermana. Sin embargo, cuando llega al elegante apartamento de ésta se encuentra con una extraño que trata de intimidarla, y quien no es otro que Alex Romero, uno de los guardaespaldas de Butller Catchers, la agencia de la misteriosa Lucy Sharpe.
Alex ha sido designado por la agencia para proteger a Jessica Adams y de hecho intimidarla para que ésta comprenda la grave situación en que se encuentra. Ha recibido amenazas continuas por e-mail de un acosador a las que la joven parece que no acaba de tomarse en serio.
Por ello Alex entra algo rudamente en el apartamento y trata de asustar a Jessica, aunque en realidad se trata de Jazz, y desde ese primer enfrentamiento cuerpo a cuerpo, algo parece nacer entre la pareja: una innegable atracción.
Pero algo se interpone claramente entre ambos. Alex no debe mantener una relación con una cliente y Jazz está demasiado abstraída por su trabajo como para arriesgarse a iniciar algo con un hombre de las características de Alex Romero: un hombre que destila masculinidad, rudeza y que es excesivamente protector y autoritario. No quiere ser anulada por éste, así que se jura no rendirse a él…
Tras descubrir la verdadera identidad de su “cliente”, Alex comprende que debe protegerla mientras encuentran a la auténtica Jessica, que parece haberse evaporado en el aire. Nadie sabe de ella, de hecho el entorno de la periodista no parece reparar en el cambio de hermanas, excepto el acosador y el misterio personaje que, secretamente, ha contratado los servicios de la agencia de Lucy Sharpe.
Jazz está convencida de que Jessica está inmersa en su investigación y por ello no da señales de vida. Para ella las breves pistas e indicios que su hermana va dejando le parecen suficientes, pero Alex no se fía de ello. Al contrario, él cree que la mujer podría estar en manos de su acosador ya que su desaparición es demasiado preocupante.
Poco a poco, Jazz también empieza a temer por la vida y desaparición de su gemela y, junto a Alex, trata de dar con ella.
Para tal fin asume plenamente su papel como Jessica Adams, se relaciona con sus compañeros, amigos y enemigos en un intento por captar algún indicio que le señale el paradero de su hermana.
A la vez que tratan de destapar esa vorágine de secretos e intereses que ha desencadenado en la desaparición de Jessica, Jazz y Alex son cada vez más conscientes de que no pueden negar ni ocultar los sentimientos que surgen entre ambos. Algo que empieza a ser evidente para el entorno de los dos.
Mientras aúnan sus esfuerzos y capacidades para dar con Jess, la relación entre ambos va haciéndose más intensa y sensual.
Mátame dulcemente es la primera de las novelas que componen la serie de los Butller Catchers, una agencia que bajo el mando de Lucy Sharpe se encarga de misiones de alto secreto y nivel, lo que implica que posea un grupo de hombres firmemente entrenados y preparados para solucionar las situaciones en que pueden verse inmersos.
Alex Romero es un joven de origen cubano que ha puesto en repetidas ocasiones en peligro su continuidad en dicha organización. El que en su última misión entretuviera de un modo un tanto inapropiado a la mujer de su cliente para evitar que la misión se descubriera, y los rumores que circulaban sobre su tendencia a relacionarse con sus clientes, no presagian un futuro muy halagüeño para él en Butller Catchers.
Pero, pese a ello, Lucy Sharpe está dispuesto a darle una nueva oportunidad porque, inexplicablemente, confía en él y lo tiene en mente para una futura misión de mayor importancia. El caso de Jessica Adams no es sino un modo de poner a prueba sus capacidades y comprobar si es el hombre adecuado para es nueva misión.
A priori parece que proteger a Jessica Adams no será muy complicado. Sin embargo las dos se tuercen un poco: para empezar ésta ha desaparecido y en su lugar se encuentra con Jazz, su gemela, y para su mortificación descubre que corre el riesgo de romper una de las reglas sagradas de la agencia: no vincularse emocionalmente con sus clientes. Claro que Jazz no es técnicamente su cliente, ¿no?
Jazz siempre se ha sentido inferior a su hermana que representa el decoro, la prudencia y la corrección. En cambio ella es olvidadiza, algo brusca e impetuosa. Pese a todo el cariño entre ambas es innegable y está dispuesta a cualquier cosa, incluso arriesgar su vida, con tal de encontrar sana y salva a Jessica.
En mi opinión los personajes están muy bien perfilados, magistralmente en realidad. Roxanne St. Clair analiza de tal modo su carácter, modo de vestir y actuar que en las escenas puedes descubrir fácilmente si estamos ante Jessica o Jazz, pese a que no se exprese abiertamente.
El personaje de Alex es una continua caja de sorpresas. Al principio da la sensación de que estamos ante un hombre mujeriego y frívolo, pero poco a poco vamos descubriendo lo que oculta en el fondo, su afán protector y el gran amor que siente por su familia.
La relación entre ambos es intensa y sensual, plagada de escenas sugerentes, divertidas e irónicas. Aunque tiene un alto voltaje sexual, se pueden apreciar las señales evidentes de que algo más profundo y emocional se oculta tras ello.
Un aspecto muy logrado de la novela es el modo en que van apareciendo los diferentes personajes y se va descubriendo el verdadero yo de cada uno de ellos.
En definitiva, Mátame dulcemente me parece una novela fresca, ágil, trepidante y muy sensual, que presagia una serie igualmente interesante e intensa. Retrata un grupo de hombres y mujeres que trabajan por la seguridad y protección de sus clientes. La trama aúna suspense y una historia de amor sensual, apasionada y electrizante, con un final inesperado y sorprendente. Un libro muy recomendable.
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