1884. Ethan Gallagher está decidido a retomar las riendas de su vida. Pero no sospecha que, gracias a un naipe, regresará a su rancho con dinero en los bolsillos… y con la enigmática Linette convertida en su esposa.
La vida en común no es fácil para dos extraños unidos por un matrimonio de conveniencia y, nada más llegar a Indian Creek, empiezan los problemas. Ethan tratará de descubrir qué secretos del pasado oculta la hermosa mujer tras sus silencios y su actitud esquiva. Linette deberá asumir el reto de traspasar la coraza de orgullo del rudo irlandés y algo mucho más difícil: enseñarle a amar.
Cuando la pasión da paso al amor y sus vidas empiezan a unirse, Ethan tendrá que enfrentarse a la decisión más dura de su vida: ¿ayudará a su esposa a reencontrarse con su pasado y se arriesgará a perderla o cargará con el peso de seguir a su lado sin contarle nunca la verdad?
Opinión:
Empezaré diciendo que esta sinopsis no hace justicia al libro, aunque también es cierto que yo no sabría qué otra se podría hacer. Y es que Dama de tréboles es una novela con sustancia, una novela de esas que a las amantes de la buena escritura, de las historias completas y redondas, les va a encantar.
Su autora ha ideado una trama "a la antigua". Con esto quiero decir que, pasando de modas, se ha arriesgado a escribir una novela donde se cuentan muchas cosas y que no sólo es una historia de amor.
Desde que supe de la publicación de esta novela, un sexto sentido me dijo que Dama de tréboles podría ser uno de esos libros que llevaba tiempo buscando. He dicho muchas veces que en la novela romántica, como en el resto de los géneros, me gusta que me cuenten algo. No me sirve que dos personas se gusten, se enamoren, se vayan a la cama y llegue el final siendo felices y comiendo perdices. Necesito visualizar los lugares, situarme en la época, imaginarme las personalidades de los protagonistas, comprender sus reacciones, posicionarme de parte de uno u otro. Para mí es imprescindible ver cómo se va tejiendo ese relación de amor, cómo van salvando obstáculos... cómo se enamoran hasta las trancas. Si mientras pasa todo esto, además, pasan muchas más cosas, hay un argumento que es el hilo conductor, entonces tengo la novela que me gusta leer.
Soy una amante de las novelas del Oeste, con sus ranchos, su ganado, sus protagonistas a caballo recorriendo extensiones de pastos verdes atravesadas por cristalinos ríos. Me gusta imaginar a los rancheros con sus espuelas, sus rifles, sus sombreros calados hasta los ojos, sus torsos sin camisa y esos brazos fuertes cortando leña al sol. Siento una atracción total por esas mujeres valientes que trabajaban de sol a sol y codo a codo con su compañeros. Mujeres para las que vivir era toda una odisea y que se enfrentaban a las circunstancias con una fuerza y un coraje digno de admiración. Me entusiasma leer sobre los nacimientos de esas nuevas ciudades que se fueron formando, sobre los nuevos adelantos que tanto facilitaron la vida a esas gentes. Los bailes, los concursos de pasteles, los predicadores, las cantinas, las tiendas donde había de todo... ¡cómo despierta mi imaginación todo esto!
Olivia Ardey ha recreado su novela con este telón de fondo, pero además, ha creado unos protagonistas que son la guinda de una tarta magníficamente elaborada. Ethan es un hombre rudo, tosco e introvertido, con esa idea de "el que manda soy yo" y que adquiere a su esposa como parte del pago de una partida de cartas. Está convencido de que esa joven, en apariencia sumisa, y que con tanta dignidad ha aceptado unirse a él, es la compañera que le ayudará a levantar su rancho. Nunca ha tenido problemas para conquistar a una mujer, aunque últimamente su orgullo está herido ya que propuso matrimonio a una muchacha del pueblo y ésta lo rechazó. Pero Linette esconde un pasado que ha condicionado su personalidad y que es, en cierta medida, lo que le ha movido a aceptar sin rechistar ese matrimonio.
Desde el principio su relación no es para nada lo que Ethan espera. Tengo que confesar que este hombre ha conseguido cabrearme y caerme gordo como casi ningún protagonista lo había hecho antes. Me ha costado mucho imaginarme con alguien tan parco en palabras, tan brusco, tan mandón, tan hiriente... Sin embargo, poco a poco, la autora ha sabido ir desquebrajando la coraza que lo envuelve y he ido enamorándome de él al mismo tiempo que nuestra protagonista. Ponerme en la piel de Linette y compartir su pasado, sus vivencias, su espíritu de superación, sus ansias de supervivencia, su sencilla manera de sucumbir al amor, tampoco ha sido fácil. Linette me ha llegado al alma.
Me han fascinado los diálogos entre Ethan y Linette. Sus peleas, sus conversaciones, sus propios pensamientos... ¡qué dos excelentes protagonistas! ¡Cómo me ha gustado asistir a su vida en común, a la rendición de Ethan, al apasionado enamoramiento!
Esta no es una novela donde el diálogo lleva el peso aligerando con ello la lectura. Este libro tiene bastante narración y tal vez sea eso lo que a alguien le pueda echar para atrás. Sin embargo, todas aquellas que compartan conmigo el gusto por la palabra escrita, aquellas que estén hartas de las cosas superfluas, aquellas que quieran algo más que otra novela romántica, sabrán disfrutar de la buena escritura con la que se descubre esta nueva autora española.
Sin perder de vista que Dama de tréboles es la primera novela de Olivia Ardey y que sin duda, algunas cosas podrían mejorar (parte de la narración tal vez podría haberse abreviado), esta es una novela que da cien vueltas a libros de autoras ya consagradas. Olivia está muy lejos aún de mi adorada Lavyrle Spencer pero... a mí su escritura me la ha recordado.
Para terminar quiero felicitar a La esfera de los libros por apostar por esta autora y a Olivia Ardey por su debut en el panorama romántico español con esta estupenda novela.
La vida en común no es fácil para dos extraños unidos por un matrimonio de conveniencia y, nada más llegar a Indian Creek, empiezan los problemas. Ethan tratará de descubrir qué secretos del pasado oculta la hermosa mujer tras sus silencios y su actitud esquiva. Linette deberá asumir el reto de traspasar la coraza de orgullo del rudo irlandés y algo mucho más difícil: enseñarle a amar.
Cuando la pasión da paso al amor y sus vidas empiezan a unirse, Ethan tendrá que enfrentarse a la decisión más dura de su vida: ¿ayudará a su esposa a reencontrarse con su pasado y se arriesgará a perderla o cargará con el peso de seguir a su lado sin contarle nunca la verdad?
Opinión:
Empezaré diciendo que esta sinopsis no hace justicia al libro, aunque también es cierto que yo no sabría qué otra se podría hacer. Y es que Dama de tréboles es una novela con sustancia, una novela de esas que a las amantes de la buena escritura, de las historias completas y redondas, les va a encantar.
Su autora ha ideado una trama "a la antigua". Con esto quiero decir que, pasando de modas, se ha arriesgado a escribir una novela donde se cuentan muchas cosas y que no sólo es una historia de amor.
Desde que supe de la publicación de esta novela, un sexto sentido me dijo que Dama de tréboles podría ser uno de esos libros que llevaba tiempo buscando. He dicho muchas veces que en la novela romántica, como en el resto de los géneros, me gusta que me cuenten algo. No me sirve que dos personas se gusten, se enamoren, se vayan a la cama y llegue el final siendo felices y comiendo perdices. Necesito visualizar los lugares, situarme en la época, imaginarme las personalidades de los protagonistas, comprender sus reacciones, posicionarme de parte de uno u otro. Para mí es imprescindible ver cómo se va tejiendo ese relación de amor, cómo van salvando obstáculos... cómo se enamoran hasta las trancas. Si mientras pasa todo esto, además, pasan muchas más cosas, hay un argumento que es el hilo conductor, entonces tengo la novela que me gusta leer.
Soy una amante de las novelas del Oeste, con sus ranchos, su ganado, sus protagonistas a caballo recorriendo extensiones de pastos verdes atravesadas por cristalinos ríos. Me gusta imaginar a los rancheros con sus espuelas, sus rifles, sus sombreros calados hasta los ojos, sus torsos sin camisa y esos brazos fuertes cortando leña al sol. Siento una atracción total por esas mujeres valientes que trabajaban de sol a sol y codo a codo con su compañeros. Mujeres para las que vivir era toda una odisea y que se enfrentaban a las circunstancias con una fuerza y un coraje digno de admiración. Me entusiasma leer sobre los nacimientos de esas nuevas ciudades que se fueron formando, sobre los nuevos adelantos que tanto facilitaron la vida a esas gentes. Los bailes, los concursos de pasteles, los predicadores, las cantinas, las tiendas donde había de todo... ¡cómo despierta mi imaginación todo esto!
Olivia Ardey ha recreado su novela con este telón de fondo, pero además, ha creado unos protagonistas que son la guinda de una tarta magníficamente elaborada. Ethan es un hombre rudo, tosco e introvertido, con esa idea de "el que manda soy yo" y que adquiere a su esposa como parte del pago de una partida de cartas. Está convencido de que esa joven, en apariencia sumisa, y que con tanta dignidad ha aceptado unirse a él, es la compañera que le ayudará a levantar su rancho. Nunca ha tenido problemas para conquistar a una mujer, aunque últimamente su orgullo está herido ya que propuso matrimonio a una muchacha del pueblo y ésta lo rechazó. Pero Linette esconde un pasado que ha condicionado su personalidad y que es, en cierta medida, lo que le ha movido a aceptar sin rechistar ese matrimonio.
Desde el principio su relación no es para nada lo que Ethan espera. Tengo que confesar que este hombre ha conseguido cabrearme y caerme gordo como casi ningún protagonista lo había hecho antes. Me ha costado mucho imaginarme con alguien tan parco en palabras, tan brusco, tan mandón, tan hiriente... Sin embargo, poco a poco, la autora ha sabido ir desquebrajando la coraza que lo envuelve y he ido enamorándome de él al mismo tiempo que nuestra protagonista. Ponerme en la piel de Linette y compartir su pasado, sus vivencias, su espíritu de superación, sus ansias de supervivencia, su sencilla manera de sucumbir al amor, tampoco ha sido fácil. Linette me ha llegado al alma.
Me han fascinado los diálogos entre Ethan y Linette. Sus peleas, sus conversaciones, sus propios pensamientos... ¡qué dos excelentes protagonistas! ¡Cómo me ha gustado asistir a su vida en común, a la rendición de Ethan, al apasionado enamoramiento!
Esta no es una novela donde el diálogo lleva el peso aligerando con ello la lectura. Este libro tiene bastante narración y tal vez sea eso lo que a alguien le pueda echar para atrás. Sin embargo, todas aquellas que compartan conmigo el gusto por la palabra escrita, aquellas que estén hartas de las cosas superfluas, aquellas que quieran algo más que otra novela romántica, sabrán disfrutar de la buena escritura con la que se descubre esta nueva autora española.
Sin perder de vista que Dama de tréboles es la primera novela de Olivia Ardey y que sin duda, algunas cosas podrían mejorar (parte de la narración tal vez podría haberse abreviado), esta es una novela que da cien vueltas a libros de autoras ya consagradas. Olivia está muy lejos aún de mi adorada Lavyrle Spencer pero... a mí su escritura me la ha recordado.
Para terminar quiero felicitar a La esfera de los libros por apostar por esta autora y a Olivia Ardey por su debut en el panorama romántico español con esta estupenda novela.
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