Sinopsis:
Madrid, 1880. Mireya Guzmán de Veracruz tiene 20 años y pertenece a una familia de la más antigua aristocracia, pero completamente arruinada. Hasta el punto de que ella mantiene la casa con su trabajo de modista, de modo que las rentas de la familia paguen los estudios de su hermano. Una de sus distracciones consiste en participar en la claque del Teatro Real por el precio de la entrada.
Allí conoce casualmente a Irene de Lizana, una lejana parienta y amiga de su abuelo, quien le hace una proposición: dado que Mireya es extraordinariamente parecida a Martina, su nieta, que ha huido para evitar un matrimonio de compromiso, le ofrece pagar el montaje de una consulta a su hermano Alejandro a cambio de que Mireya se haga pasar por Martina durante dos semanas, de modo que el compromiso pueda romperse sin arruinar la reputación de Martina.
Mireya al principio no está muy convencida, pero en los días siguientes ella y todos sus vecinos reciben la visita del administrador del conde de Claradiel, el prometido de Martina. El administrador quiere comprar los pisos en que viven, y no duda en recurrir a las amenazas e incluso a la violencia. Cuando Alejandro recibe una paliza de los matones del administrador, Mireya acepta la propuesta de Irene, con el doble propósito de salvar su hogar y vengarse del conde. Instaladas en la finca que Martina posee en Carabanchel, entre Mireya y Alonso (el conde), comienza un juego de malentendidos que se vuelve peligroso cuando un amigo de la auténtica Martina es asesinado y Alonso aparece como el principal sospechoso.
Mascarada para un conde es una entretenida historia de amor aderezada con luminosos toques de humor, al estilo de las antiguas comedias de enredo.
Para empezar diré que este libro tiene 423 páginas y que está escrito en primera persona. Además, como ya nos tiene acostumbradas la editorial La Máquina China, su edición es pésima, con unos márgenes estrechísimos a izquierda y a derecha, y con unos errores de edición abundantes. Por otra parte, yo jamás consideraría esta libro una novela romántica tal y como habitualmente se conciben. Dicho todo esto, si alguna está pensando en echarse para atrás directamente, que se lo piense dos veces antes de descartarlo. A mí la novela me ha gustado mucho.
Bien es cierto que yo disfruto de los libros narrados en primera persona. Si la historia es buena, prefiero este tipo de narración a la típica del narrador omnisciente. En el caso de esta novela me parece ideal que el libro esté contado así.
Durante más del 80% del libro, lo que estamos leyendo es el enredo en el que la protagonista de la historia se encuentra metida al suplantar -por hacer un favor y llevar a cabo una venganza- a Martina la nieta de Irene de Lizana. El otro 20% o incluso menos, es lo que en realidad tiene de romántica la novela.
Me ha encantado la manera que ha tenido la autora de contar la historia. La forma en la que ha ambientado la novela en el Madrid de AlfonsoXII, resulta tan creíble y tan cercana que he sido capaz de verla. Los dichos, el lenguaje en el que se expresan los personajes, el modo de actuar, creo que hacen a la autora merecer un aplauso por el buen trabajo de documentación que ha hecho.
Al principio de la lectura, hubo momentos que me parecía estar leyendo una novela antigua (a ver si sé explicarlo bien y no da lugar a equívocos, puesto que pretendo que sea un elogio y no una crítica). La que cuenta la historia es la protagonista y se expresa con un lenguaje muy propio de la época en la que se desarrolla la novela. Esa es otra de las cosas que me ha gustado, porque me ha recordado a novelas escritas en otro siglo. Aquí también debo felicitar a la autora porque creo que le ha salido realmente bien.
Por momentos me parecía estar viendo una obra de teatro, donde a medida que subía y bajaba el telón entre un acto y otro, el enredo iba siendo cada vez más monumental e iba ganando en intensidad e intriga. Pero también, en medio de todo, la autora ha incluido unos golpes graciosos que a mí me han hecho esbozar más de una sonrisa (y yo para eso soy dura de pelar).
Las jaculatorias con las que la protagonista se da ánimos son geniales, y el poema que compone para contar la odisea que se origina en su casa es verdaderamente genial.
En el lado negativo podría decir que hay momentos en los que se hace un poco larga, posiblemente se hubiera podido solucionar con algún diálogo, pero tal y como está planteada la historia, no es posible, y por ello, determinados trozos pueden hacerse un poco pesados.
Nunca podría ver este libro como una novela romántica, pero a mí me ha servido para descongestionarme de lo poco bueno y original que últimamente ofrece este género. Esta historia me ha brindado la oportunidad de conocer May Beneito como autora y estoy encantada de haberlo hecho porque me ha gustado mucho, creo que escribe muy bien y que la historia que ha creado es verdaderamente original. Pero también me he dado cuenta de que las editoriales ya nos venden lo que sea como novela romántica: no cualquier libro que tenga una historia de amor es romántica, ¡por Dios! (vamos a tener que anunciarlo con luces de neón)
En definitiva, si lo que estás buscando es un libro entretenido y diferente, si quieres darte el gusto de conocer a otra autora española que escribe bien y que merece la pena leerla, si no tienes problemas con las ediciones malas, y eres de las que lees algo más que novela romántica porque lo que tú eres en realidad es lectora de lo que te echen, dale una oportunidad a Mascarada para un conde, su autora y la historia lo merecen.
Madrid, 1880. Mireya Guzmán de Veracruz tiene 20 años y pertenece a una familia de la más antigua aristocracia, pero completamente arruinada. Hasta el punto de que ella mantiene la casa con su trabajo de modista, de modo que las rentas de la familia paguen los estudios de su hermano. Una de sus distracciones consiste en participar en la claque del Teatro Real por el precio de la entrada.
Allí conoce casualmente a Irene de Lizana, una lejana parienta y amiga de su abuelo, quien le hace una proposición: dado que Mireya es extraordinariamente parecida a Martina, su nieta, que ha huido para evitar un matrimonio de compromiso, le ofrece pagar el montaje de una consulta a su hermano Alejandro a cambio de que Mireya se haga pasar por Martina durante dos semanas, de modo que el compromiso pueda romperse sin arruinar la reputación de Martina.
Mireya al principio no está muy convencida, pero en los días siguientes ella y todos sus vecinos reciben la visita del administrador del conde de Claradiel, el prometido de Martina. El administrador quiere comprar los pisos en que viven, y no duda en recurrir a las amenazas e incluso a la violencia. Cuando Alejandro recibe una paliza de los matones del administrador, Mireya acepta la propuesta de Irene, con el doble propósito de salvar su hogar y vengarse del conde. Instaladas en la finca que Martina posee en Carabanchel, entre Mireya y Alonso (el conde), comienza un juego de malentendidos que se vuelve peligroso cuando un amigo de la auténtica Martina es asesinado y Alonso aparece como el principal sospechoso.
Mascarada para un conde es una entretenida historia de amor aderezada con luminosos toques de humor, al estilo de las antiguas comedias de enredo.
Para empezar diré que este libro tiene 423 páginas y que está escrito en primera persona. Además, como ya nos tiene acostumbradas la editorial La Máquina China, su edición es pésima, con unos márgenes estrechísimos a izquierda y a derecha, y con unos errores de edición abundantes. Por otra parte, yo jamás consideraría esta libro una novela romántica tal y como habitualmente se conciben. Dicho todo esto, si alguna está pensando en echarse para atrás directamente, que se lo piense dos veces antes de descartarlo. A mí la novela me ha gustado mucho.
Bien es cierto que yo disfruto de los libros narrados en primera persona. Si la historia es buena, prefiero este tipo de narración a la típica del narrador omnisciente. En el caso de esta novela me parece ideal que el libro esté contado así.
Durante más del 80% del libro, lo que estamos leyendo es el enredo en el que la protagonista de la historia se encuentra metida al suplantar -por hacer un favor y llevar a cabo una venganza- a Martina la nieta de Irene de Lizana. El otro 20% o incluso menos, es lo que en realidad tiene de romántica la novela.
Me ha encantado la manera que ha tenido la autora de contar la historia. La forma en la que ha ambientado la novela en el Madrid de AlfonsoXII, resulta tan creíble y tan cercana que he sido capaz de verla. Los dichos, el lenguaje en el que se expresan los personajes, el modo de actuar, creo que hacen a la autora merecer un aplauso por el buen trabajo de documentación que ha hecho.
Al principio de la lectura, hubo momentos que me parecía estar leyendo una novela antigua (a ver si sé explicarlo bien y no da lugar a equívocos, puesto que pretendo que sea un elogio y no una crítica). La que cuenta la historia es la protagonista y se expresa con un lenguaje muy propio de la época en la que se desarrolla la novela. Esa es otra de las cosas que me ha gustado, porque me ha recordado a novelas escritas en otro siglo. Aquí también debo felicitar a la autora porque creo que le ha salido realmente bien.
Por momentos me parecía estar viendo una obra de teatro, donde a medida que subía y bajaba el telón entre un acto y otro, el enredo iba siendo cada vez más monumental e iba ganando en intensidad e intriga. Pero también, en medio de todo, la autora ha incluido unos golpes graciosos que a mí me han hecho esbozar más de una sonrisa (y yo para eso soy dura de pelar).
Las jaculatorias con las que la protagonista se da ánimos son geniales, y el poema que compone para contar la odisea que se origina en su casa es verdaderamente genial.
En el lado negativo podría decir que hay momentos en los que se hace un poco larga, posiblemente se hubiera podido solucionar con algún diálogo, pero tal y como está planteada la historia, no es posible, y por ello, determinados trozos pueden hacerse un poco pesados.
Nunca podría ver este libro como una novela romántica, pero a mí me ha servido para descongestionarme de lo poco bueno y original que últimamente ofrece este género. Esta historia me ha brindado la oportunidad de conocer May Beneito como autora y estoy encantada de haberlo hecho porque me ha gustado mucho, creo que escribe muy bien y que la historia que ha creado es verdaderamente original. Pero también me he dado cuenta de que las editoriales ya nos venden lo que sea como novela romántica: no cualquier libro que tenga una historia de amor es romántica, ¡por Dios! (vamos a tener que anunciarlo con luces de neón)
En definitiva, si lo que estás buscando es un libro entretenido y diferente, si quieres darte el gusto de conocer a otra autora española que escribe bien y que merece la pena leerla, si no tienes problemas con las ediciones malas, y eres de las que lees algo más que novela romántica porque lo que tú eres en realidad es lectora de lo que te echen, dale una oportunidad a Mascarada para un conde, su autora y la historia lo merecen.
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