La oscuridad se cierne en el futuro de los Nueve Reinos pues, por alguna extraña e inexplicable razón, la ancestral espada de Neroche, capaz de someter a cualquier enemigo, ha perdido su magia y no responde a las órdenes del rey Adhémar cuando la empuña.
El propio rey ha perdido la magia y las defensas que tan celosamente fueron conjuradas por Miach, el archimago y hermano del rey, empiezan a ceder dejando indefenso a los Reinos.
La última esperanza de restaurar la magia yace en la espada de Angesand, tan antigua como la espada de Naroche y que, unida a ésta, podría derrotar a Lothan de Wychweald, el terrible hechicero que amenaza a los Nueve Reinos.
Como hechicero real y archimago del reino, Miach advierte a su hermano y rey, Adhémar, que debe encontrar a la persona capaz de empuñar la espada de Angesand, una espada de mujer que la reina Mehar forjó mucho tiempo atrás. Adhémar sale en su búsqueda, recorriendo reino a reino para dar con ese guerrero al que llaman el esgrimidor.
Morgan de Melksham odia la magia. Desde muy niña fue entrenada en el manejo de las armas por un grupo de mercenarios que, años más tarde, la entregaron a Nicholas de Lismòr que posee un centro donde acoge a jóvenes huérfanos, conocido como La Universidad, y dónde además les proporciona enseñanzas y saber.
Morgan no cree en los trucos que forja la magia, cree en empuñar el acero de una espada y luchar con sus propias manos, pero cuando su mentor le pide que entregue una daga mágica al rey de Neroche, a pesar de todos sus recelos, no puede negarse.
Los caminos de Morgan y Adhémar se cruzan, junto al viejos amigos de la joven como Paien o Weger y, más tarde, con el propio Miach. Morgan parece ser la mujer predestinada a empuñar la espada de Angesand, pero no cree en la magia ni sabe que su viaje al reino de Naroche para entregar la daga mágica, va acompañada del rey del propio reino y su archimago quienes tampoco le revelan su verdaderas identidades.
En una tierra de magia, poblada por elfos, dragones y seres fantásticos, los destinos de Morgan y Naroche se entrelazan y, el futuro de la joven mercenaria pone en peligro el corazón del joven y apuesto archimago y, sin saberlo, el de los Nueve Reinos.
Con Estrella de la mañana da inicio una nueva serie de la autora Lynn Kurland. En un mundo mágico, donde los hechizos y encantamientos son tan naturales como respirar,
dónde en ocasiones sólo ellos son las armas que pueden emplearse para derrotar al hechicero más maligno, nace una historia que entrelaza pasado y futuro, leyenda y realidad. Dos hermanos y una joven mercenaria son los principales protagonistas de esta serie.
Desde la primera página de esta novela puede apreciarse que es una novela de fantasía, ambientada en un reino imaginario, poblado por seres igualmente fantasiosos. Morgan es una joven que odia la magia pero tiene una misión que le ha encomendado el hombre que ha sido como un padre para ella. No sabe en qué se adentra pero ante todo es una mujer fiel a sus promesas.
En Estrella de la mañana se presentan los personajes principales que continuarán apareciendo en las próximas novelas, pues ésta es sólo la primera de varias. Nacen muchas incógnitas que son relevantes para el curso de la historia, se desvela una pequeña parte de información quedando otra mucho aún entre tinieblas que, lógicamente, es mejor descubrir en la lectura.
En realidad en esta primera novela podría decirse que se asientan las bases del escenario, presentando a los diferentes personajes que mediarán, situándolos y sopesando qué papel jugarán. Incluso leyendas del pasado relacionadas con la propia Morgan verán la luz sembrando nuevos interrogantes.
Como es habitual en las novelas de Lynn Kurland la historia de amor -que en Estrella de la mañana apenas empieza a esbozarse- son historias impregnadas de dulzura, delicadas, donde el componente sexual es casi imperceptible o no existe. Miradas, pensamientos, roces y una amistad y compañerismo que van afianzándose día a día son los primeros engranajes de la historia de amor que se desarrollará en la serie sobre los Nueve Reinos.
Estrella de la mañana me ha parecido una novela que destila fantasía y ternura, donde nace la atracción entre Morgan y Miach, una pareja a primera vista incompatible.
Morgan odia la magia, Miach es el archimago de Naroche y, por si fuera poco, el hermano del rey Adhémar, del que siempre ha sido una sombra. Teme que si Adhémar descubre que Morgan es la esgrimidora -la persona destinada a empuñar la espada de Angesand- éste quiere casarse con ella y hacerla su reina. La razón y el corazón se debaten dentro de ese honorable hechicero, dispuesto a todo por su reino... y por Morgan.
Como digo anteriormente es sólo una primera novela y aún queda bastante por descubrir.
Si os gustan las novelas de fantasía entrelazadas con una historia de amor, dulce al estilo de Lynn Kurland, Estrella de la mañana puede ser una agradable y novedosa lectura. A mí me ha parecido entretenida, imaginativa y tierna.
El propio rey ha perdido la magia y las defensas que tan celosamente fueron conjuradas por Miach, el archimago y hermano del rey, empiezan a ceder dejando indefenso a los Reinos.
La última esperanza de restaurar la magia yace en la espada de Angesand, tan antigua como la espada de Naroche y que, unida a ésta, podría derrotar a Lothan de Wychweald, el terrible hechicero que amenaza a los Nueve Reinos.
Como hechicero real y archimago del reino, Miach advierte a su hermano y rey, Adhémar, que debe encontrar a la persona capaz de empuñar la espada de Angesand, una espada de mujer que la reina Mehar forjó mucho tiempo atrás. Adhémar sale en su búsqueda, recorriendo reino a reino para dar con ese guerrero al que llaman el esgrimidor.
Morgan de Melksham odia la magia. Desde muy niña fue entrenada en el manejo de las armas por un grupo de mercenarios que, años más tarde, la entregaron a Nicholas de Lismòr que posee un centro donde acoge a jóvenes huérfanos, conocido como La Universidad, y dónde además les proporciona enseñanzas y saber.
Morgan no cree en los trucos que forja la magia, cree en empuñar el acero de una espada y luchar con sus propias manos, pero cuando su mentor le pide que entregue una daga mágica al rey de Neroche, a pesar de todos sus recelos, no puede negarse.
Los caminos de Morgan y Adhémar se cruzan, junto al viejos amigos de la joven como Paien o Weger y, más tarde, con el propio Miach. Morgan parece ser la mujer predestinada a empuñar la espada de Angesand, pero no cree en la magia ni sabe que su viaje al reino de Naroche para entregar la daga mágica, va acompañada del rey del propio reino y su archimago quienes tampoco le revelan su verdaderas identidades.
En una tierra de magia, poblada por elfos, dragones y seres fantásticos, los destinos de Morgan y Naroche se entrelazan y, el futuro de la joven mercenaria pone en peligro el corazón del joven y apuesto archimago y, sin saberlo, el de los Nueve Reinos.
Con Estrella de la mañana da inicio una nueva serie de la autora Lynn Kurland. En un mundo mágico, donde los hechizos y encantamientos son tan naturales como respirar,
dónde en ocasiones sólo ellos son las armas que pueden emplearse para derrotar al hechicero más maligno, nace una historia que entrelaza pasado y futuro, leyenda y realidad. Dos hermanos y una joven mercenaria son los principales protagonistas de esta serie.
Desde la primera página de esta novela puede apreciarse que es una novela de fantasía, ambientada en un reino imaginario, poblado por seres igualmente fantasiosos. Morgan es una joven que odia la magia pero tiene una misión que le ha encomendado el hombre que ha sido como un padre para ella. No sabe en qué se adentra pero ante todo es una mujer fiel a sus promesas.
En Estrella de la mañana se presentan los personajes principales que continuarán apareciendo en las próximas novelas, pues ésta es sólo la primera de varias. Nacen muchas incógnitas que son relevantes para el curso de la historia, se desvela una pequeña parte de información quedando otra mucho aún entre tinieblas que, lógicamente, es mejor descubrir en la lectura.
En realidad en esta primera novela podría decirse que se asientan las bases del escenario, presentando a los diferentes personajes que mediarán, situándolos y sopesando qué papel jugarán. Incluso leyendas del pasado relacionadas con la propia Morgan verán la luz sembrando nuevos interrogantes.
Como es habitual en las novelas de Lynn Kurland la historia de amor -que en Estrella de la mañana apenas empieza a esbozarse- son historias impregnadas de dulzura, delicadas, donde el componente sexual es casi imperceptible o no existe. Miradas, pensamientos, roces y una amistad y compañerismo que van afianzándose día a día son los primeros engranajes de la historia de amor que se desarrollará en la serie sobre los Nueve Reinos.
Estrella de la mañana me ha parecido una novela que destila fantasía y ternura, donde nace la atracción entre Morgan y Miach, una pareja a primera vista incompatible.
Morgan odia la magia, Miach es el archimago de Naroche y, por si fuera poco, el hermano del rey Adhémar, del que siempre ha sido una sombra. Teme que si Adhémar descubre que Morgan es la esgrimidora -la persona destinada a empuñar la espada de Angesand- éste quiere casarse con ella y hacerla su reina. La razón y el corazón se debaten dentro de ese honorable hechicero, dispuesto a todo por su reino... y por Morgan.
Como digo anteriormente es sólo una primera novela y aún queda bastante por descubrir.
Si os gustan las novelas de fantasía entrelazadas con una historia de amor, dulce al estilo de Lynn Kurland, Estrella de la mañana puede ser una agradable y novedosa lectura. A mí me ha parecido entretenida, imaginativa y tierna.
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