Martine de Rouen es una joven dama francesa que, aunque emparentada con la misma reina Leonor, su vida ha estado marcada por ser, en realidad, hija ilegítima y por el amor desgraciado que llevó a su madre a la muerte. Por ello, se juró a sí misma que nunca se vería dominada por ningún hombre, nunca se enamoraría ni se entregaría a él, ciegamente y sin reservas, como hiciera su madre.
Para Martine el matrimonio es sólo una opción preferible ala de tomar los hábitos por lo que, cuando su hermano Rainulf le propone la posibilidad de casarse con Sir Edmond de Harford, hijo de un noble, accede y abandona su Francia natal para viajar a Inglaterra.
El matrimonio con el joven Edmond ha sido concertado por Sir Thorne Falconer, al que Rainulf conoció mientras lucharon juntos y fueron hechos prisioneros en las Cruzadas, al que lo une una gran amistad y respeto.
Thorne Falconer es el halconero del barón Godfrey de Harford, quien le ha prometido concederle sus propias tierras una vez se celebren los esponsales entre su hijo menor y Lady Martine. Thorne, un hombre que desde la muerte de su familia no ha poseído ni ha formado parte de la vida de nadie, ha ambicionado durante años un señorío propio. Ha trabajado al lado de los Harford esperando ese momento y, cuando cree que por fin se hará realidad, algo pone en peligro ese logro.
Desde el momento en que los ojos de Lady Martine y Thorne se cruzan en el puerto de Inglaterra, algo parece unirlos. Sin embargo, Thorne no está preparado para amar, no se siente capaz siquiera de ese sentimiento y Martine se juró no cometer jamás los mismos errores que su madre. Y, después de todo, Lady Martine está próxima a convertirse en una mujer casada, a la vez que, Thorne consigue sus tierras. Pero según se aproxima el momento, las dudas nacen en el corazón de los dos y un sentimiento para ellos prohibido, el amor, nubla sus sentidos y sus planes de futuro.
Después de leer El cielo y el infierno, el que es en realidad el segundo libro de la saga sobre la familia Fairfax, me quedé muy intrigada por la pareja protagonista de El hechizo del halcón. La historia de Constance y Rainulf de Fairfax me gustó, así que era inevitable que terminara leyenda también ésta, para de ese modo conocer un poco más de las novelas de Patricia Ryan.
Tal como me sucedió con El cielo y el infierno, en El hechizo del halcón me he sentido ante una novela medieval diferente. Si bien creo que ni una ni otra van a pasar a formar parte de esas novelas románticas medievales que releeré muchas veces y que atesoro, sí me han dejado un buen sabor de boca, he descubiero una lectura que por su originalidad me ha atrapado y, tal vez, si volveré a leer en un futuro.
Si la historia de Constance y Rainulf nos envolvió en un entorno académico y erudito, la de Martine y Thorne nos adentra en la vida de dos jóvenes que por diferentes razones se han prohibido amar. Ambientada en un entorno más castellano, con castillos, torreones, señoríos, sitios y luchas armadas.
Thorne es un humilde y apuesto halconero al servicio de un poderoso noble que le ha prometido tierras propias a cambio de sus años de lealtad y trabajo. Pero un último escollo se interpone entre Thorne y sus tierras, no es sólo las intrigas y manipulaciones que, el hijo mayor del barón, Bernard de Halford, está dispuesto a llevar a cabo para no perder a su mejor halconero, sino que para ganar sus tierras Lady Martine debe casarse con Edmond de Halford y Martine es la única mujer que a lo largo de su vida le ha hecho soñar con un futuro.
Aunque pueda parecerlo, ésta no es una historia de amor a primera vista, algo que también me ha gustado. Inicialmente, aunque ambos se siente atraídos por el otro, también sienten cierto rechazo mutuo. Para Martine, Thorne representa el prototipo de hombre ambicioso que, empecinado en lograr sus metas, no dudaría en engañar y utilizar a la mujer que se enamorara de él. Para Thorne, Martine es una dama altiva e inalcanzable. Aunque sospecha que no es hija legítima, eso no desluce para nada el aura de dama intocable e inalcanzable para alguien como él, un humilde halconero.
Me ha parecido sumamente original que el protagonista de lanovela no fuera un caballero, un noble con tierras y título, sino un halconero. Por ello nos describe un poco en qué consiste, qué papel juegan en una casa señorial y, además, nos permite ver el amor que siente por su halcones.
Al margen del recelo y la desconfianza que Martine y Thorne sienten el uno por el otro, también deberán enfrentarse a muchos obstáculos como los inminentes esponsales de Martine, el origen humilde de ambos que los convierte en un hombre y una mujer que no pueden ofrecen nada material al otro, en la animadversión que Martine despierta entre los sirvientes y hombres de Harford por su don para la curación y conocimientos médicos que la convierten, a ojos de todos, en poco menos que una bruja.
Odios, intrigas y traiciones se unen en esta historia que, a mí personalmente, me ha parecido bastante buena.
Por encima de todo me ha gustado la relación entre Thorne y Martine, pues nace poco a poco, primero con desconfianza, luego con timidez, hasta hacerse más fuerte bajo el manto el protector de Falconer.
Suelen gustarme las novelas medievales, aunque no por ello las leo todas evidentemente, pero El hechizo del halcón me ha parecido una buena novela. Amena, capaz de mantenerme en vilo y suspense de principio a fin, de envolverme en el ambiente hostil que rodea a Martine y Thorne y, por supuesto, de emocionarme y sufrir junto a sus protagonistas con una, en mi opinión, bonita historia de amor.
Para Martine el matrimonio es sólo una opción preferible ala de tomar los hábitos por lo que, cuando su hermano Rainulf le propone la posibilidad de casarse con Sir Edmond de Harford, hijo de un noble, accede y abandona su Francia natal para viajar a Inglaterra.
El matrimonio con el joven Edmond ha sido concertado por Sir Thorne Falconer, al que Rainulf conoció mientras lucharon juntos y fueron hechos prisioneros en las Cruzadas, al que lo une una gran amistad y respeto.
Thorne Falconer es el halconero del barón Godfrey de Harford, quien le ha prometido concederle sus propias tierras una vez se celebren los esponsales entre su hijo menor y Lady Martine. Thorne, un hombre que desde la muerte de su familia no ha poseído ni ha formado parte de la vida de nadie, ha ambicionado durante años un señorío propio. Ha trabajado al lado de los Harford esperando ese momento y, cuando cree que por fin se hará realidad, algo pone en peligro ese logro.
Desde el momento en que los ojos de Lady Martine y Thorne se cruzan en el puerto de Inglaterra, algo parece unirlos. Sin embargo, Thorne no está preparado para amar, no se siente capaz siquiera de ese sentimiento y Martine se juró no cometer jamás los mismos errores que su madre. Y, después de todo, Lady Martine está próxima a convertirse en una mujer casada, a la vez que, Thorne consigue sus tierras. Pero según se aproxima el momento, las dudas nacen en el corazón de los dos y un sentimiento para ellos prohibido, el amor, nubla sus sentidos y sus planes de futuro.
Después de leer El cielo y el infierno, el que es en realidad el segundo libro de la saga sobre la familia Fairfax, me quedé muy intrigada por la pareja protagonista de El hechizo del halcón. La historia de Constance y Rainulf de Fairfax me gustó, así que era inevitable que terminara leyenda también ésta, para de ese modo conocer un poco más de las novelas de Patricia Ryan.
Tal como me sucedió con El cielo y el infierno, en El hechizo del halcón me he sentido ante una novela medieval diferente. Si bien creo que ni una ni otra van a pasar a formar parte de esas novelas románticas medievales que releeré muchas veces y que atesoro, sí me han dejado un buen sabor de boca, he descubiero una lectura que por su originalidad me ha atrapado y, tal vez, si volveré a leer en un futuro.
Si la historia de Constance y Rainulf nos envolvió en un entorno académico y erudito, la de Martine y Thorne nos adentra en la vida de dos jóvenes que por diferentes razones se han prohibido amar. Ambientada en un entorno más castellano, con castillos, torreones, señoríos, sitios y luchas armadas.
Thorne es un humilde y apuesto halconero al servicio de un poderoso noble que le ha prometido tierras propias a cambio de sus años de lealtad y trabajo. Pero un último escollo se interpone entre Thorne y sus tierras, no es sólo las intrigas y manipulaciones que, el hijo mayor del barón, Bernard de Halford, está dispuesto a llevar a cabo para no perder a su mejor halconero, sino que para ganar sus tierras Lady Martine debe casarse con Edmond de Halford y Martine es la única mujer que a lo largo de su vida le ha hecho soñar con un futuro.
Aunque pueda parecerlo, ésta no es una historia de amor a primera vista, algo que también me ha gustado. Inicialmente, aunque ambos se siente atraídos por el otro, también sienten cierto rechazo mutuo. Para Martine, Thorne representa el prototipo de hombre ambicioso que, empecinado en lograr sus metas, no dudaría en engañar y utilizar a la mujer que se enamorara de él. Para Thorne, Martine es una dama altiva e inalcanzable. Aunque sospecha que no es hija legítima, eso no desluce para nada el aura de dama intocable e inalcanzable para alguien como él, un humilde halconero.
Me ha parecido sumamente original que el protagonista de lanovela no fuera un caballero, un noble con tierras y título, sino un halconero. Por ello nos describe un poco en qué consiste, qué papel juegan en una casa señorial y, además, nos permite ver el amor que siente por su halcones.
Al margen del recelo y la desconfianza que Martine y Thorne sienten el uno por el otro, también deberán enfrentarse a muchos obstáculos como los inminentes esponsales de Martine, el origen humilde de ambos que los convierte en un hombre y una mujer que no pueden ofrecen nada material al otro, en la animadversión que Martine despierta entre los sirvientes y hombres de Harford por su don para la curación y conocimientos médicos que la convierten, a ojos de todos, en poco menos que una bruja.
Odios, intrigas y traiciones se unen en esta historia que, a mí personalmente, me ha parecido bastante buena.
Por encima de todo me ha gustado la relación entre Thorne y Martine, pues nace poco a poco, primero con desconfianza, luego con timidez, hasta hacerse más fuerte bajo el manto el protector de Falconer.
Suelen gustarme las novelas medievales, aunque no por ello las leo todas evidentemente, pero El hechizo del halcón me ha parecido una buena novela. Amena, capaz de mantenerme en vilo y suspense de principio a fin, de envolverme en el ambiente hostil que rodea a Martine y Thorne y, por supuesto, de emocionarme y sufrir junto a sus protagonistas con una, en mi opinión, bonita historia de amor.
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