Marina, es una noble y decidida mujer que se encuentra ante la decisión más difícil de su existencia; elegir entre el amor de su vida o la lealtad a su familia. Su mejor amigo va a ser ahorcado, y en su desesperación para tratar de liberarlo, acude a la única persona que puede ofrecerle la ayuda que necesita, Brandon McGregor, un Laird arrogante, posesivo, y del que está irremediablemente enamorada. Sin embargo, el escocés la desprecia por que la cree una manipuladora sin sentimientos. Una arpía traidora e indigna de confianza. Marina llega a una encrucijada de difícil elección, si salva a su amigo, debe traicionarlo a él, y Brandon no piensa perdonar sus intrigas y maquinaciones. Marina tendrá que pagar el precio que el Laird de Ruthvencastle le imponga.
Este libro pertenece a una serie que se inició con Las Espinas del amor, pero yo no he leído ninguno de los que le preceden. Sin embargo, no es imprescindible (o al menos yo no lo he echado en falta) haber leído ninguno de los anteriores para leer este.
Deciros que desde la primera página la novela engancha y no pierde fuerza hasta agotar sus 540 páginas. Como ya veo que viene siendo habitual en su autora, los personajes que crea Arlette Geneve tiene una fuerza y un carácter impresionantes, quizá excesivos en ocasiones, pero la trama de la novela está muy bien llevada y tanto protagonistas como secundarios tienen una marcada personalidad. Esta es una novela de amor entre un highlander y una española, bien escrita, muy bien argumentada y con un hilo conductor que irremediablemente desemboca en una bonita historia romántica.
Marina es una joven cordobesa de alta cuna, fuerte, decidida y con ideas propias, pero que aun así conoce cuál es su lugar y hasta dónde puede llegar.
Brandon McGregor es un laird orgulloso que va de visita a la hacienda del conde de Zambra, padre de Marina, invitado por Diego, el primo de ésta.
El primer encuentro de los protagonistas se produce cuando Brandon es asaltado por un bandolero en las tierras del conde de Zambra y Marina contiene el asalto. Vuelven a verse cuando Marina cae, literalmente, en brazos de Brandon ¡estando en paños menores!
La atracción entre los dos se produce desde el primer momento, pero las circunstancias provocan malentendidos que llevan a Marina y Brandon a vivir un montón de vicisitudes hasta que por fin llega el ansiado "y fueron felices".
Comprenderéis que en una novela tan extensa pasan muchas cosas, pero yo no tengo por costumbre en mis críticas contar prácticamente nada del argumento, por regla general me limito a transmitir mis impresiones.
Durante toda la novela no pierdes de vista todo lo español y lo andaluz especialmente. Se hacen muchas referencias a la sangre y al genio español. Si bien es lo que me ha "molestado" un poco, no ha dejado de ser el mismo tipo de guiños que hacen algunas de las autoras norteamericanas con todo lo de su país.
La autora no se excede con innumerables escenas de sexo, cosa que le agradezco profundamente; tiene, desde mi punto de vista, las justas y bien contadas.
Esta novela estoy segura que será del agrado de cuantas disfrutan con las novelas románticas de siempre. Tiene todos los ingredientes que se pueden esperar en una novela de amor: malentendidos, pasión a raudales, celos, luchas exacerbadas entre los protagonistas, diálogos ingeniosos, toques de humor, amor profundo, separaciones, aventuras, un protagonista al borde de la muerte, castillos, maldiciones... y hasta una navaja malintencionada
Me ha gustado mucho la forma de narrar de la autora, que ha sabido crear una historia con empuje y estilo propio, y aunque prefiero a la Arlette Geneve de El carcelero de Isbiliya, no por nada, sino solamente por mis gustos personales, esta es una buena novela con la que estoy segura que aquellas que os animéis a leerla, las que gustan de las historias de amor clásicas, vais a disfrutar mucho.
Aprovecho para felicitar a Valery porque en general la edición es muy buena.
Este libro pertenece a una serie que se inició con Las Espinas del amor, pero yo no he leído ninguno de los que le preceden. Sin embargo, no es imprescindible (o al menos yo no lo he echado en falta) haber leído ninguno de los anteriores para leer este.
Deciros que desde la primera página la novela engancha y no pierde fuerza hasta agotar sus 540 páginas. Como ya veo que viene siendo habitual en su autora, los personajes que crea Arlette Geneve tiene una fuerza y un carácter impresionantes, quizá excesivos en ocasiones, pero la trama de la novela está muy bien llevada y tanto protagonistas como secundarios tienen una marcada personalidad. Esta es una novela de amor entre un highlander y una española, bien escrita, muy bien argumentada y con un hilo conductor que irremediablemente desemboca en una bonita historia romántica.
Marina es una joven cordobesa de alta cuna, fuerte, decidida y con ideas propias, pero que aun así conoce cuál es su lugar y hasta dónde puede llegar.
Brandon McGregor es un laird orgulloso que va de visita a la hacienda del conde de Zambra, padre de Marina, invitado por Diego, el primo de ésta.
El primer encuentro de los protagonistas se produce cuando Brandon es asaltado por un bandolero en las tierras del conde de Zambra y Marina contiene el asalto. Vuelven a verse cuando Marina cae, literalmente, en brazos de Brandon ¡estando en paños menores!
La atracción entre los dos se produce desde el primer momento, pero las circunstancias provocan malentendidos que llevan a Marina y Brandon a vivir un montón de vicisitudes hasta que por fin llega el ansiado "y fueron felices".
Comprenderéis que en una novela tan extensa pasan muchas cosas, pero yo no tengo por costumbre en mis críticas contar prácticamente nada del argumento, por regla general me limito a transmitir mis impresiones.
Durante toda la novela no pierdes de vista todo lo español y lo andaluz especialmente. Se hacen muchas referencias a la sangre y al genio español. Si bien es lo que me ha "molestado" un poco, no ha dejado de ser el mismo tipo de guiños que hacen algunas de las autoras norteamericanas con todo lo de su país.
La autora no se excede con innumerables escenas de sexo, cosa que le agradezco profundamente; tiene, desde mi punto de vista, las justas y bien contadas.
Esta novela estoy segura que será del agrado de cuantas disfrutan con las novelas románticas de siempre. Tiene todos los ingredientes que se pueden esperar en una novela de amor: malentendidos, pasión a raudales, celos, luchas exacerbadas entre los protagonistas, diálogos ingeniosos, toques de humor, amor profundo, separaciones, aventuras, un protagonista al borde de la muerte, castillos, maldiciones... y hasta una navaja malintencionada
Me ha gustado mucho la forma de narrar de la autora, que ha sabido crear una historia con empuje y estilo propio, y aunque prefiero a la Arlette Geneve de El carcelero de Isbiliya, no por nada, sino solamente por mis gustos personales, esta es una buena novela con la que estoy segura que aquellas que os animéis a leerla, las que gustan de las historias de amor clásicas, vais a disfrutar mucho.
Aprovecho para felicitar a Valery porque en general la edición es muy buena.
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