Ian Carmichael es inglés y es el heredero de un título en Escocia, donde sus parientes le reciben como al hijo pródigo. Allí conoce a sus bellas "primas" una pelirroja, la más pequeña, revoltosa y criada por la hermana mayor, una morena, hermosa y creída al 100% de su atractivo sobre los hombres, y Brandy, la mayor, con el pelo rubio, enmarañado, que siempre lleva ropa grande, ya que se considera "deforme" por tener grandes pechos, que su criada compara con melones y la tiene completamente acomplejada.
Catherine Coulter es una escritora que siempre me ha gustado y tengo varias novelas en mi poder que no me han decepcionando. Sin embargo, esta novela no ha terminado de llenarme aunque me ha entretenido lo suficiente como para no dejarla olvidada.
Carmichael es un aristócrata ingles que viaja a Escocia para tomar posesión de un título. Y lo que encuentra hace que se le caiga el alma a los pies. El castillo es un desastre, las tierras están descuidadas y entre los familiares hay un desorden general.
No es bien recibido ya que los parientes le reciben con frialdad y animadversión. Y en nada ayudan las tres nietas del difunto conde: una morena, una rubia y una pelirroja. Eso sí, una de las muchachas se enamora perdidamente de él nada más conocerlo. Pero Carmichael está prometido a una beldad y no tiene intenciones de tener una aventura que pueda estropear su compromiso.
El suspense está en que intentan matar a Carmichael.
Ian es un hombre educado que intenta actuar siempre correctamente. Adelle, una e las nietas del antiguo conde, sin embargo, es directa, algo maliciosa y pícara a raudales. Sus enfrentamientos resultan divertidos.
Pero la protagonista de esta historia es Brandy, una muchacha preciosa que, sin embargo, esconde su cuerpo bajo capas de ropa vieja y demasiado grande porque cree tener un cuerpo algo deforme debido a sus pechos. Se enamora de Ian nada más verle. Para toda la familia, es aún una criatura. Incluso Ian la trata como si fuera una niña y le hacen gracia sus travesuras. Pero Percy, un primo que ansía quedarse con la herencia, se ha dado cuenta de que es una verdadera mujer. Tampoco pasa inadvertida su verdadera personalidad para Felicity, la prometida de Carmichael, que no tiene intenciones de dejar que cualquier pelandrusca le quite a su hombre.
El encuentro “caliente” entre los dos protagonistas resulta demasiado raro y no acaba de convencer.
Entretiene, pero no se la puede catalogar de una gran historia porque flaquea.
Catherine Coulter es una escritora que siempre me ha gustado y tengo varias novelas en mi poder que no me han decepcionando. Sin embargo, esta novela no ha terminado de llenarme aunque me ha entretenido lo suficiente como para no dejarla olvidada.
Carmichael es un aristócrata ingles que viaja a Escocia para tomar posesión de un título. Y lo que encuentra hace que se le caiga el alma a los pies. El castillo es un desastre, las tierras están descuidadas y entre los familiares hay un desorden general.
No es bien recibido ya que los parientes le reciben con frialdad y animadversión. Y en nada ayudan las tres nietas del difunto conde: una morena, una rubia y una pelirroja. Eso sí, una de las muchachas se enamora perdidamente de él nada más conocerlo. Pero Carmichael está prometido a una beldad y no tiene intenciones de tener una aventura que pueda estropear su compromiso.
El suspense está en que intentan matar a Carmichael.
Ian es un hombre educado que intenta actuar siempre correctamente. Adelle, una e las nietas del antiguo conde, sin embargo, es directa, algo maliciosa y pícara a raudales. Sus enfrentamientos resultan divertidos.
Pero la protagonista de esta historia es Brandy, una muchacha preciosa que, sin embargo, esconde su cuerpo bajo capas de ropa vieja y demasiado grande porque cree tener un cuerpo algo deforme debido a sus pechos. Se enamora de Ian nada más verle. Para toda la familia, es aún una criatura. Incluso Ian la trata como si fuera una niña y le hacen gracia sus travesuras. Pero Percy, un primo que ansía quedarse con la herencia, se ha dado cuenta de que es una verdadera mujer. Tampoco pasa inadvertida su verdadera personalidad para Felicity, la prometida de Carmichael, que no tiene intenciones de dejar que cualquier pelandrusca le quite a su hombre.
El encuentro “caliente” entre los dos protagonistas resulta demasiado raro y no acaba de convencer.
Entretiene, pero no se la puede catalogar de una gran historia porque flaquea.
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