Libro 2 de la Serie Vikingos
Jorund Ericsson se embarca con sus hombres en busca de su hermano Geirolf, desaparecido cuando navegaba en su drakkar en las aguas de Islandia.
Desnudo y a lomos de una orca salvaje, Jorund irrumpe en la costa de Galveston, Texas, a miles de kilómetros de su Noruega natal y a diez siglos de distancia. Aún así, el desconcertado vikingo cree hallarse en el paraíso al ver a una hermosa mujer de pelo corto y labios seductores. Esa encantadora mujer resulta ser la doctora Maggie McBride, una psicóloga encargada deun centro de enfermos mentales.
La historia de Jorund parece tan disparatada que la doctora McBride le tomapor un chiflado más. Sin embargo, algo más fuerte que la química surge entre ellos y Jorund, ese hombre de cuerpo escultural, de proporciones impecables y larga melena rubia, logrará convencerla de que el amor puede ser tan fuerte que es capaz de cruzar los umbrales del espacio y del tiempo.
Esta novela me ha parecido entretenida, a ratos, pero nada fascinante y hasta ligeramente pesada en otros.
Es verdad que la historia parece un poco disparatada. Un vikingo que vieja en el tiempo y acaba en un centro psiquiátrico. Pero ¿no hemos leído ya historias de hombres-héroes que viajan en el tiempo? ¿No hemos disfrutado con protagonistas de épocas anteriores que recalan en el siglo XXI? Ésta es una más y decidí darle una oportunidad porque si hay una saga es señal de que puede resultar amena. Aunque no defrauda del todo, tampoco es para lanzar cohetes.
Jorund es un guerrero. Un vikingo de pies a cabeza. Fuerte, valiente y orgulloso, como no podía ser menos. Un hombre atormentado por la pérdida de su esposa y sus hijas que mueren a causa del hambre que asola las tierras en esa época. Un ser al que la culpa le muerde como perros rabiosos. Como en otras muchas novelas, el protagonista no se ha casado enamorado de su esposa, pero la ha respetado y ha amado a sus hijas. El que no ame realmente a su mujer facilita desde luego las cosas para que luego se enamore como un merluzo de la heroína de la novela, por descontado.
Tengo que decir que el hermano, Geirolf, ya sale en otra novela, El último vikingo, por tanto estamos hablando de una saga. A éste es al que va a buscar cuando Jorund viaja en el tiempo.
Maggie es una mujer de nuestra época, con carrera, que se siente desbordada cuando empieza a pensar que la historia que cuenta Jorund empieza a sonarle a auténtica. Además, tiene dos niñas. Ella querría darles un padre, pero no encuentra al hombre adecuado y su trabajo le deja poco tiempo.
La traducción no me ha parecido demasiado buena, puede que sea la causa de que algunas partes de la novela resulten un tanto ñoñas. A mí por lo menos, no me han hecho mucha gracia.
El personaje masculino me ha saturado un poco, porque aunque es verdad que estamos hablando de un hombre de época pasada, creo que no se acaba de adaptar bien a la actual. No sé si me explico. Vamos, que me gustaría que no apareciera tan machista.
Y las niñas de Maggie me han resultado un poco pedantes. A mí me gustan los niños en las novelas, pero siempre que sean eso, niños, y no resabiados, como creo que pasa en esta novela.
Recomendable a lectoras que no busquen nada del otro mundo y solamente quieran pasar unas horas de fantasía con muchacho buenorro y situaciones un tanto incoherentes.
Jorund Ericsson se embarca con sus hombres en busca de su hermano Geirolf, desaparecido cuando navegaba en su drakkar en las aguas de Islandia.
Desnudo y a lomos de una orca salvaje, Jorund irrumpe en la costa de Galveston, Texas, a miles de kilómetros de su Noruega natal y a diez siglos de distancia. Aún así, el desconcertado vikingo cree hallarse en el paraíso al ver a una hermosa mujer de pelo corto y labios seductores. Esa encantadora mujer resulta ser la doctora Maggie McBride, una psicóloga encargada deun centro de enfermos mentales.
La historia de Jorund parece tan disparatada que la doctora McBride le tomapor un chiflado más. Sin embargo, algo más fuerte que la química surge entre ellos y Jorund, ese hombre de cuerpo escultural, de proporciones impecables y larga melena rubia, logrará convencerla de que el amor puede ser tan fuerte que es capaz de cruzar los umbrales del espacio y del tiempo.
Esta novela me ha parecido entretenida, a ratos, pero nada fascinante y hasta ligeramente pesada en otros.
Es verdad que la historia parece un poco disparatada. Un vikingo que vieja en el tiempo y acaba en un centro psiquiátrico. Pero ¿no hemos leído ya historias de hombres-héroes que viajan en el tiempo? ¿No hemos disfrutado con protagonistas de épocas anteriores que recalan en el siglo XXI? Ésta es una más y decidí darle una oportunidad porque si hay una saga es señal de que puede resultar amena. Aunque no defrauda del todo, tampoco es para lanzar cohetes.
Jorund es un guerrero. Un vikingo de pies a cabeza. Fuerte, valiente y orgulloso, como no podía ser menos. Un hombre atormentado por la pérdida de su esposa y sus hijas que mueren a causa del hambre que asola las tierras en esa época. Un ser al que la culpa le muerde como perros rabiosos. Como en otras muchas novelas, el protagonista no se ha casado enamorado de su esposa, pero la ha respetado y ha amado a sus hijas. El que no ame realmente a su mujer facilita desde luego las cosas para que luego se enamore como un merluzo de la heroína de la novela, por descontado.
Tengo que decir que el hermano, Geirolf, ya sale en otra novela, El último vikingo, por tanto estamos hablando de una saga. A éste es al que va a buscar cuando Jorund viaja en el tiempo.
Maggie es una mujer de nuestra época, con carrera, que se siente desbordada cuando empieza a pensar que la historia que cuenta Jorund empieza a sonarle a auténtica. Además, tiene dos niñas. Ella querría darles un padre, pero no encuentra al hombre adecuado y su trabajo le deja poco tiempo.
La traducción no me ha parecido demasiado buena, puede que sea la causa de que algunas partes de la novela resulten un tanto ñoñas. A mí por lo menos, no me han hecho mucha gracia.
El personaje masculino me ha saturado un poco, porque aunque es verdad que estamos hablando de un hombre de época pasada, creo que no se acaba de adaptar bien a la actual. No sé si me explico. Vamos, que me gustaría que no apareciera tan machista.
Y las niñas de Maggie me han resultado un poco pedantes. A mí me gustan los niños en las novelas, pero siempre que sean eso, niños, y no resabiados, como creo que pasa en esta novela.
Recomendable a lectoras que no busquen nada del otro mundo y solamente quieran pasar unas horas de fantasía con muchacho buenorro y situaciones un tanto incoherentes.
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