A Alistair Carsington le gustaría ser menos enamoradizo, pero las mujeres siempre han sido su perdición y su ruina. En un intento por escapar de sus impulsos viaja al condado de Derbyshire, donde espera evadir la tentación y, de paso, pagar la deuda a un viejo amigo que salvó su vida. Pero allí lo espera miss Mirabel Oldridge, una mujer tan inteligente, obstinada y enrevesada como él. Una mujer maravillosamente irresistible.
Alistair es uno de los hijos del conde Hargate. Héroe de guerra. La relación con su padre, el conde, no es del todo buena aunque se quieren. Lo que pasa es que el muchacho se ha pasado la vida metido en problemas y el viejo está un poco cansado de que siempre se haya salido con la suya. Pero eso, le da una última oportunidad.
Mirabel: Se nos aparece como una muchacha terca que se enfrenta a los deseos del protagonista y se niega a conceder el permiso para construir un canal.
Argumento: Me ha enganchado porque tardas en saber qué es lo que realmente sucedió en Waterloo, ya que el protagonista no recuerda nada, no entiendo el motivo por el que todo el mundo le alaba y éste es un hecho que le molesta. Los intereses creados son también un punto importante en la historia. Hay mucho en juego y tienen que arriesgase.
Diálogos: Estupendos, graciosos y con mucha chispa, que amenizan toda la historia.
Ambientación: Muy buena, como casi todas las novelas de esta autora que describe extraordinariamente y te sitúa en el lugar preciso con toda comodidad.
Personajes secundarios: extraordinariamente retratados, haciéndote desear saber más de ellos, conocer más detalles, porque no salen demasiado y la autora se centra tal vez, para mí, demasiado en los protagonistas, cuando podía haber sacado mucha sustancia a los demás.
Una novela muy recomendable, como casi todas las de esta autora. Entretiene lo bastante como para leerla de una atacada. Al menos, yo lo he hecho.
Alistair es uno de los hijos del conde Hargate. Héroe de guerra. La relación con su padre, el conde, no es del todo buena aunque se quieren. Lo que pasa es que el muchacho se ha pasado la vida metido en problemas y el viejo está un poco cansado de que siempre se haya salido con la suya. Pero eso, le da una última oportunidad.
Mirabel: Se nos aparece como una muchacha terca que se enfrenta a los deseos del protagonista y se niega a conceder el permiso para construir un canal.
Argumento: Me ha enganchado porque tardas en saber qué es lo que realmente sucedió en Waterloo, ya que el protagonista no recuerda nada, no entiendo el motivo por el que todo el mundo le alaba y éste es un hecho que le molesta. Los intereses creados son también un punto importante en la historia. Hay mucho en juego y tienen que arriesgase.
Diálogos: Estupendos, graciosos y con mucha chispa, que amenizan toda la historia.
Ambientación: Muy buena, como casi todas las novelas de esta autora que describe extraordinariamente y te sitúa en el lugar preciso con toda comodidad.
Personajes secundarios: extraordinariamente retratados, haciéndote desear saber más de ellos, conocer más detalles, porque no salen demasiado y la autora se centra tal vez, para mí, demasiado en los protagonistas, cuando podía haber sacado mucha sustancia a los demás.
Una novela muy recomendable, como casi todas las de esta autora. Entretiene lo bastante como para leerla de una atacada. Al menos, yo lo he hecho.
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