Cuando se encuentra a un vampiro desnudo de camino a casa a la salida del trabajo, Sookie no se limita a pasar de largo. Resulta que él no tiene memoria de quién es, pero Sookie sí. Es Eric, tan espeluznante y sexy - y muerto- como el día en que le conoció. Pero ahora que él tiene amnesia, Eric es dulce, vulnerable, y necesita la ayuda de Sookie porque quien le ha arrebatado la memoria ahora quiere su vida. La investigación de Sookie para descubrir el porqué la conduce a una peligrosa batalla entre brujas, vampiros y hombres lobo. Pero además podría haber un grave peligro para el corazón de Sookie... porque el dulce y tierno Eric es alguien difícil de resistir.
A estas alturas de la lectura, empiezo a estar un poco empanada con la magnífica camarera Sookie. Pero bueno, como es la continuación de El Club de los muertos, me lo he leído a continuación, para no perderme.
Es Nochevieja y ella se va a casa. Entonces descubre un hombre medio desnudo y resulta que es Eric. El impresionante tipo rubio y alto. De manera que lo recoge y se lo lleva a casa para cuidarle.
Esta entrega nos cuenta cómo Eric ha perdido la memoria y no recuerda apenas nada, pero se ha vuelto más amable y tierno, mucho más asequible y encantador que en entregas anteriores.
Alguien quiere su vida, aunque ya está muerto. Se ha negado a entregar un porcentaje a las brujas y como castigo le hechizan.
Sookie decide que tiene que ayudarle a encontrar al que quiere matarlo definitivamente. Pero es que hay otro problema: Eric es tan encantador que ella empieza a pensar si no será buena idea enamorarse de él. Y le protege hasta que pueda ser roto el maleficio que ha caído sobre él.
Sobre todo ahora que ha dejado, al parece definitivamente, a Bill.
Aunque sigo diciendo que no es mi lectura favorita, reconozco que esta novela la he encontrado más entretenida que las otras. A lo mejor es que al final voy a acabar siendo fan de los vampiros.
Eso sí, las portadas y los títulos siguen sin gustarme.
A estas alturas de la lectura, empiezo a estar un poco empanada con la magnífica camarera Sookie. Pero bueno, como es la continuación de El Club de los muertos, me lo he leído a continuación, para no perderme.
Es Nochevieja y ella se va a casa. Entonces descubre un hombre medio desnudo y resulta que es Eric. El impresionante tipo rubio y alto. De manera que lo recoge y se lo lleva a casa para cuidarle.
Esta entrega nos cuenta cómo Eric ha perdido la memoria y no recuerda apenas nada, pero se ha vuelto más amable y tierno, mucho más asequible y encantador que en entregas anteriores.
Alguien quiere su vida, aunque ya está muerto. Se ha negado a entregar un porcentaje a las brujas y como castigo le hechizan.
Sookie decide que tiene que ayudarle a encontrar al que quiere matarlo definitivamente. Pero es que hay otro problema: Eric es tan encantador que ella empieza a pensar si no será buena idea enamorarse de él. Y le protege hasta que pueda ser roto el maleficio que ha caído sobre él.
Sobre todo ahora que ha dejado, al parece definitivamente, a Bill.
Aunque sigo diciendo que no es mi lectura favorita, reconozco que esta novela la he encontrado más entretenida que las otras. A lo mejor es que al final voy a acabar siendo fan de los vampiros.
Eso sí, las portadas y los títulos siguen sin gustarme.
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