Las cartas de amor que Kyra escribe a su marido, el sargento Richard Stroud, destinado en la embajada americana en El Cairo, son el único contacto que tienen durante meses. En ellas se describe un amor sin límites, capaz de llegar a él incluso al otro lado del océano. Desgraciadamente la tragedia se cierne sobre la joven pareja cuando unos terroristas atentan contra la embajada, convirtiéndose en víctimas los marines. Richard fallece. Mientras, Kyra da a luz al hijo de ambos.
Entre los supervivientes se encuentra Trevor Rule, el mejor amigo de Richard y su compañero. En medio del caos que sigue al atentado, mientras se encuentra en el hospital recuperándose de numerosas heridas en el cuerpo y en el rostro, le entregan las únicas pertenencias suyas que han logrado rescatar del amasijo del cuartel: una caja de metal que, casualmente, contiene las cartas de amor que la mujer de Richard le ha enviado a lo largo de los meses.
En su soledad y sufrimiento, Trevor encuentra refugio en las palabras de amor escritas a otro hombre, consuelo en la imagen que se hace de a Kyra... y se enamora de ella.
Cuando más de un año después del atentado, recibe el alta tras meses de duras sesiones de recuperación y fisioterapia, con las secuelas grabadas aún en el rostro -ha perdido un ojo- y en el cuerpo -una ligera cojera- Trevor tiene muy claro que quiere hacer con el resto de su vida: casarse con Kyra y cuidar de su hijo.
Trevor se muda a Texas, donde Kyra vive con sus padres e hijo, inicia un negocio de construcción y, entonces sí, se siente preparado para encontrarse con ella...
Más de un año después de la muerte de Richard, Kyra no olvida a su marido. Trata de mantener vivo su recuerdo para Aaron, su hijo. Después de mudarse a la casa de sus padres, abrió una floristería junto a Babs, su mejor amiga. El negocio les va bien y Aaron crece día a día, es un niño sano y despierto. Sin embargo Kyra se siente aletargada y de algún modo muerta como mujer.
Cuando conoce a Trevor, se siente atraída por él desde el primer instante. A pesar del parche en un ojo y la leve cojera es un hombre atractivo que arrastra sus propias pérdidas. Es consciente que interesa a Trevor como mujer pero no se siente preparada y aún sigue enamorada de Richard. Pero Trevor va minando sus defensas y siempre está a su lado, solícito, protector... Aaron parece haberse encariñado con él y a sus padres les gusta, incluso Babs la empuja a sus brazos.
Empieza así una lucha consigo misma, contra sus deseos como mujer y la promesa que se hizo de mantener vivo a Richard. No sabe que, en realidad, Trevor Rule es Besitos, aquel amigo de Richard que, sin conocerlo, le inspiró desconfianza y rechazo por su fama de mujeriego.
Único destino es una de las novelas de Sandra Brown publicadas por la editorial Harlequín. De las publicadas en este formato es una de mis preferidas.
Es un tanto diferente del tipo de historias y protagonistas masculinos que solemos encontrar en otras novelas de la autora. Y eso es precisamente una de las razones por las que ocupa un lugar especial para mí.
Además creo que es una historia conmovedora, triste pero preciosa.
¿Puede un hombre enamorarse de una mujer leyendo sus cartas? Unas cartas que en realidad no van destinadas a él, ni el amor que destilan es suyo.
Trevor sí.
Trevor Rule, un hombre conocido por su atractivo físico y por ser un mujeriego, se enamora perdidamente de Kyra. Primero a través de sus cartas, más tarde cuando la conoce. Pero nada es fácil. Kyra no quiere volver a enamorarse, se niega esa posibilidad, lo que pone las cosas realmente difíciles a Trevor. Pero uno de los rasgos de Trevor es la perseverancia. No se rinde.
A pesar de que pueda parecer una novela triste o de ésas que provocan angustia, la verdad es que es muy bonita. Al menos a mí así me lo ha parecido. Una historia de amores imposibles, de segundas oportunidades.
Aunque la actitud de Trevor pueda resultar más incomprensible, también reprensible por ocultar su identidad, creo que es el personaje que más hondo cala. Un hombre que renace de sus cenizas y se forja una nueva vida, un hombre que en sus momentos de desesperanza, cuando estaba roto, física y psicológicamente, encontró la salvación en unas cartas y en un amor que ansía sentir y conocer.
Supongo que mucha gente pensará que cómo va a enamorarse, pero esa es la magia de esta historia. Yo sí he sentido que Trevor se enamoraba de Kyra y como poco a poco va enamorándola, ganándosela, conquistándola...
Kyra por su parte me parece una mujer joven que tras una pérdida tan grande como la de su marido, se niega volver a amar, sin saber que eso no está en su mano, que no depende de ella. Sus reticencias y miedos me resultan comprensibles pero eso no impide que sufras por Trevor. Al menos es mi caso.
Tal vez Único destino no sea la novela más popular de Sandra Brown, menos aún porque es una historia corta publicada en Harlequín y me da la sensación que éstas pasan más desapercibidas, pero para mí es una de las más románticas y emotivas que ha escrito esta autora. Como he comentado antes, Trevor se aleja un poco del estereotipo de protagonista duro, hosco, chulesco...
Personajes como Trevor o Besitos, hombres que se rehacen a sí mismos, renacen y sobreviven tratando de ser mejores y aprender de sus errores me enamoran. Eso, unido a su carácter protector, seductor y paciente hacen que te cueste no sentir empatía por él.
Creo que la historia es sencilla pero emotiva, ágil de leer y sin ser muy extensa logra desarrollar perfectamente la trama.
Puede que además de no ser la novela más conocida de Sandra Brown no sea la mejor, pero en mi caso es una de las que me dejaron huella más profundamente y releo de vez en cuando porque me toca la fibra sensible, me conmueve y te hace creer que, a veces, el destino da una segunda oportunidad. ¿Por qué no?
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