Libro 1
de la serie "The Hellions of Haltead Hall"
Está claro que cuando se pone buena voluntad el éxito está
garantizado. La tarjeta de presentación de esta novela es estupenda: tiene una
preciosa portada, un título digno acorde con el contenido y una sinopsis
sugerente y atractiva. Y si pensáis que no se puede dejar llevar una por la
apariencias, en este caso, os equivocáis. La verdad sobre Lord Stoneville es
una novela romántica en toda regla: sus personajes cautivan, sus diálogos y
escenas crean adicción, y su ambientación es estupenda. Reune: pasión, humor,
sentimientos, y hasta cuenta con una pequeña intriga, que en mi caso al menos,
aun sigue viva.
¿Se nota que me gustó?
Espero que sí, porque sinceramente pienso que es una de esas
novelas para disfrutar y atesorar.
La sinopsis es suficientemente esclarecedora como para saber
por dónde van los tiros. Con lo que centrémonos un poco más en sus personajes.
Cómo me gustan las abuelas entrometidas de carácter y
voluntad de hierro. Cómo me gusta ese cariño que demuestran por sus
descendientes, cargado de ironía y maquinaciones. Cómo disfruto sintiéndome cómplice
de sus secretos. Y qué precioso comienzo con la carta de Hetty Plumtree, la
abuela del protagonista, dirigida a las lectoras.
Sin duda, arrancando así la novela, su autora consigue dotar
de vida a un personaje lleno de fuerza y amor por los suyos. Hetty es una mujer
que sabe lo que quiere, y a la que la vida le ha enseñado a luchar por ello.
Pese a sus años aun se encuentra activa, y permanece al frente de la destilería
que les otorgó la fortuna que propició los esponsales entre su hija y un arruinado
marqués. De ese matrimonio nacieron cinco hijos. Ellos constituyen la razón de
su vida, pero no por ello permanece ciega a los peligrosos caminos que están
tomando. Ha llegado el tiempo de tomar medidas, su paciencia hace tiempo que se
agotó y no está dispuesta a permanecer impasible. Cierto que sus díscolos
nietos no son fáciles de manipular en sí mismos, pero ella sabe que el amor que
se profesan entre ellos, hará que se rindan a sus pretensiones. Y como Oliver
es el primogénito a él le corresponde ser el primero en caer....
Oliver Sharpe es tremendamente atractivo, hedonista y
despreocupado. La muerte de sus padres, el fatídico y amargo ejemplo que fue su
matrimonio, y el secreto peso de la culpa que carga sobre él, han conseguido
crear el marqués disoluto en el que se ha convertido. Adora a su abuela, pero
la idea de casarse nunca entró en sus planes y mucho menos está dispuesto a
dejarse manipular. En la partida de ajedrez que su abuela ha iniciado, ella
será la reina, pero el juego no habrá acabado hasta que caiga el rey. Y lord
Stoneville es un rey, que no está dispuesto a capitular.
María Butterfield llega al viejo continente buscando a su
prometido. Acompañada de un primo al que adora, pero predispuesto siempre hacia
el desastre, inicia su búsqueda con pocos recursos económicos y demasiada
ignorancia para saber cómo moverse por Inglaterra. Ella es tan hermosa como
resuelta, y su primer encuentro con el protagonista ya nos deja adivinar que va
a convertirse en una magnífica oponente. María no busca enamorarse, aunque lo
hará. No desea ser manipulada, ni romper sus promesas. No le gusta mentir, ni
sentirse obligada. Y posee la belleza, voluntad, inteligencia, ternura y pasión
suficientes, como para poner ella solita en jaque al rey.
El resto de la partida se desarrolla entre peones. La autora
ha sabido crear unos personajes secundarios carismáticos: una escritora de
novelas románticas, una joven vehemente aficionada a las competiciones de tiro,
y dos hermanos aficionados a la buena vida, pueden y deben, reportarnos unas
novelas de lo más entretenidas. Y ese recto y noble detective que aparece en
esta primera entrega pide a gritos ser también él protagonista. El pusilánime,
mentiroso y manipulador prometido no merece ni una línea, bien le está.
La verdad sobre Lord Stoneville es el título de una obra de
trama relativamente sencilla y de ritmo ágil. Es entretenida, divertida,
pasional y trágica, en su justa medida. Pero cuando me sumerjo en las páginas
de una novela y parece que no existe el tiempo, cuando vivo a través de sus
personajes sus dudas, convicciones y sentimientos, y al dar la vuelta a la
última hoja aun creo estar entre ellos, sé que acabo de rozar el cielo. No pido
más.
Miento, sí pido más. ¡Señor, Señor, que llegue pronto la
siguiente entrega!
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