Mallory jamás se habría atrevido a seducir a su fotógrafo, y primer amor, Adam, si no hubiera habido aquel apagón. Mallory sabía que estaba dolida por cómo había acabado su última relación, pero aquello no duraría más que una noche. Una noche que tendría que bastarle…
Adam jamás habría pensado que acabaría en la cama con Mallory sólo unos días después de hacerle aquellas sensuales fotos para otro hombre. Pero lo cierto era que estaba disfrutando de lo lindo… Desgraciadamente, todo aquello era de lo más inoportuno porque él se marchaba del país al cabo de una semana. Sin embargo, no podía decirle que no aquella noche…
Cuando Mallory era una jovencita de 17 años se trasladó con su madre por enésima vez de ciudad. En su nueva casa conoció a un muchacho que se ganaba un dinerillo cortando el césped de su pequeño jardín. Ese chico, Adam, era tres años mayor que ella y muy pronto iba a partir hacia Manhattan para hacerse un sitio en el negocio bursátil.
Durante unos meses vivieron una intensísima relación que ninguno de los dos fue capaz afrontar y controlar. Cuando Adam tuvo que marcharse, ella temía confesar sus sentimientos, y él, se sentía tan desbordado por la pasión y la necesidad de ella, que se asustó y le propuso que se tomaran un tiempo, que conocieran más gente y que fueran sólo amigos.
Mallory quedó con el corazón destrozado y Adam… jamás pudo olvidarla. Cuando unas semanas más tarde él la telefoneó para confesar que la echaba de menos, ella, por aquello de salvar su orgullo herido, le confesó que había hecho un montón de amigos en su nuevo instituto y que había conocido a alguien con quien estaba muy bien. Así que Adam le deseó toda la felicidad del mundo y ahí acabó todo.
Han pasado nueve años y cada uno ha continuado con su vida, sin embargo, ninguno de los dos ha sido capaz de borrar de su mente y de su corazón al otro.
Debido a la estresante vida que supone el trabajo de Adam y comoquiera que su médico le ha avisado que de continuar así podría llevarse un buen susto, ha decidido empezar una nueva vida en otra profesión, pero antes hará lo que siempre soñó hacer: viajar tres meses por Europa, a su vuelta, ya tomará las decisiones que deba. Económicamente no tiene ningún problema, así que de momento se va a relajar.
A pocos días de su viaje, su amigo más íntimo le pide que se haga cargo de su estudio de fotografía pues su mujer está a punto de dar a luz. Adam debe cancelar y reprogramar todas las citas hasta que Nick vuelva. Consigue contactar con todo el mundo menos con dos clientes.
Mallory es ahora una agente inmobiliaria que a base de mucho esfuerzo ha conseguido sacar a flote su pequeño negocio. Después de pasarse toda su infancia de ciudad en ciudad debido al trabajo de su madre, su anhelo más profundo es establecerse en un lugar fijo, y al fin lo ha logrado. Hace poco se ha comprado su propia casa. Sin embargo, aunque su trabajo y sus metas personales están en su mejor momento, su vida amorosa está pasando por un importante bache. La relación con su novio, un abogado trabajador que en la teoría le ofrece toda la estabilidad que ella busca, necesita un poquito de combustión porque está bastante apagada. Es por ello que ha decidido hacerse unas fotos sexys y sugerentes para poner un poco de fuego en su vida de pareja.
Ella es una de las citas que Adam no ha podido anular. Así que a la hora prevista Mallory se presenta en el estudio de fotografía… y Adam le hace las fotos.
Una semana más tarde, ninguno de los dos ha sido capaz de sacarse al otro de la cabeza y cuando Mallory se presenta con sus maravillosas fotos en casa de su novio, se lo encuentra con una explosiva rubia en la cama.
Con su autoestima hecha pedazos pasa por el estudio a ver a Adam y le cuenta por lo que acaba de pasar. Al final deciden cenar juntos en la casa de ella y al poco tiempo de estar allí se va la luz.
La trama de esta novela no puede ser más sencilla. A la dulce luz de las velas, durante toda una noche, Mallory y Adam vuelven a prender los rescoldos de un amor que nunca se extinguió. Jugando al juego de Verdad o Atrevimiento, confiesan lo que no se dijeron en su día y hacen el amor de mil formas distintas. Obviamente, sensualidad no falta.
Es un libro agradable de leer, con unos protagonistas encantadores y una tierna historia de amor, ¡con epílogo y todo! No tiene, aunque los hay, secundarios dignos de mención, ni tampoco ambientación que resaltar. No cuenta con una historia que te llegue a lo más hondo del alma. Es, solamente, una novela entretenida, de esas que yo llamo de “tránsito”, que sirve para llenar unas horas y pasar de un libro que no te ha gustado o te ha gustado mucho, a otro.
Si la lees dices “qué mona” y si no, pues, sinceramente, no te pierdes nada.
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