Syn ha sido instruido para ser un ladrón informático, pero
un día descubre un secreto que estuvo a punto de acabar con su vida. Desde
entonces, se ha dedicado a huir y a formarse como uno de los asesinos más
peligrosos del universo. Shahara Dagan, por su parte, es una de las mejores de
su raza y la única de su generación que ha sobrevivido al férreo entrenamiento
que la ha convertido en rastreadora de asesinos. Pero ni siquiera eso la ha
preparado para el encuentro con Syn. Ella es la única capaz de llevarlo ante la
justicia, pero no cuenta con que él es íntimo amigo de sus hermanos, a los que
ha ayudado en numerosas ocasiones. Si lo salva, la vida de ambos estará en
peligro. La cacería acaba de empezar...
Segunda entrega de una serie que se presiente de infarto. Si
con la primera novela, Hijo de la noche: intriga, pasión y entretenimiento
estaban asegurados, con Hijo del fuego podemos volver a disfrutar de la
imaginación desbordante de su autora, de la latente pasión que transmiten sus
protagonistas, de su humor incisivo; del amargo sabor que nos produce el
conocimiento del pasado de sus personajes principales, y de la enorme ternura
que nos provoca su increíble generosidad, y más aun, al saber el alto precio
que tuvieron que pagar por su supervivencia.
Hijo del fuego es una novela donde aventura y amor vienen de
la mano. Sus protagonistas poseen la fuerza, inteligencia y determinación, como
para no poder posponer ni un minuto su lectura. Maravillosa adición la que nos
provoca esta obra.
Syn es uno de esos hombres cargados de misterio, tan fríos y
peligrosos, como increíblemente protectores y tiernos. Es imposible no sufrir
al conocer su pasado, y precisamente por ello, y aun entendiendo las razones
que llevan a Shahara a actuar como lo hace, hay momentos en los que no puedes
evitar revolverte contra ella.
Un criminal y una caza recompensas, un hombre con un pasado
aterrador y una mujer con un presente extenuante, un ser humano que solo ha
conocido dolor, engaño y desprecio, y una mujer que ama a los suyos
incondicionalmente. Añadamos, humor, intriga y tensión sexual. Que no nos falte
algún atractivo secundario para abrirnos el apetito por las siguientes
entregas, y alguno que otro al que le podamos desear lo peor o que nos
sorprenda por su originalidad. Tengamos además una ambientación singular, un
ágil ritmo narrativo y unos estupendos diálogos. Después de todo esto
comprenderéis que solo nos queda sentarnos cómodamente a disfrutar de una
novela que ofrece evasión y emociones con la garantía de saber buen hacer de su
autora.
Hijo de la noche me gustó, pero Hijo del fuego más aún. Es
una novela estupenda de la que he podido disfrutar de principio a fin.
Sí, esta serie promete. Estoy deseando leer la siguiente
entrega.
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