Mary Mantley es la hija del coronel Jonathan Mantley y de una gaditana que murió un mes después de que ella naciera. Debido al trabajo de su padre, Mary pasa mucho tiempo en casa de los "tíos" Thomas y Margareth, los mejores amigos de Jonathan. Crece junto a David, el hijo de estos y doce años mayor que ella. Mary adora a David y le sigue a todas partes, a pesar de que él la rechaza porque cree que robó el amor de su propia madre y el de la madre de Mary, para quien era como su hijo.
Thomas Silkford es el dueño de una gran editorial muy importante en Londres, propietario de una gran fortuna y está empeñado en que su hijo siga sus pasos periodísticos y herede la empresa. Sin embargo David tiene otros planes para su futuro y la distancia con su padre cada vez es mayor. Lo que realmente quiere David es alistarse en el ejército, como su adorado Jonathan, el padre de Mary. Después de una fuerte discusión entre padre e hijo, estos se distancian y no vuelven a dirigirse la palabra en años. Así, David pasa a ser el protegido de Jonathan y Mary la de Thomas. Debido a esto, David y Mary cada vez se guardan más rencor.
Pasados los años, el padre de Mary muere estando de servicio en una misión en Oriente Medio y Thomas se convierte en el tutor legar de la chica, quien termina sus estudios de periodismo y se convierte en una gran fotógrafa, siendo la encargada de realizar los más importantes reportajes gráficos de una de las revistas de la imponente editorial Silkford.
Por su lado, David, siguiendo los pasos de Jonathan, entra a formar parte del servicio secreto de Londres, ganándose una gran reputación entre sus compañeros y los altos cargos del MI6.
A punto de cumplir setenta años, Thomas Silkford hace una serie de descubrimientos que le obligan a tomar determinadas medidas y que hará que Mary y David, que llevan años sin dirigirse la palabra, se vuelvan a reencontrar.
Cuando ambos se reconocen en el aeropuerto de Kenya, los dos rechazan continuar trabajando juntos, pero cada uno tiene un motivo de peso para seguir las instrucciones de Thomas. Lo que ninguno de los dos sospecha es que Thomas, además, tiene otro objetivo.
Poco a poco, la convivencia y el pasado oscuro que cada uno de los protagonistas arrastra, provoca que entre ellos vaya creciendo la admiración por el otro en primer lugar, la atracción física después y el amor.
Todo ello, ambientado en su mayor parte en Kenya, con unas descripciones maravillosas de los animales, la gente y los paisajes que no se hacen pesados ni académicos en ningún momento.
Los personajes están muy bien creados, con personalidades perfectamente creíbles y diálogos ingeniosos, animados y profundos en muchos casos que hacen que la novela no pierda el ritmo ni el interés del lector en ningún momento.
La idea de introducir al principio de cada capítulo una parte del diario del coronel Mantley y cómo va descubriendo los planes de los altos cargos, así como el horror que estos le producen, me parece fantástica y hace que entienda la magnitud del problema mundial sin necesidad de crear todo un documento sobre leyes, naciones y planes de destrucción largo y tedioso que, de esa manera, podría resultar absolutamente inverosímil. De esta forma, hasta me he creído a pies juntillas que se esté planeando una guerra mundial.
El final me parece precioso y el epílogo, para mí que soy una amante de ellos, me ha encantado.
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