Cadena de favores, de Marisa Grey

Emily es una joven que tuvo que madurar rápidamente debido a un marido maltratador. Su infancia estuvo muy protegida por su estricto padre, solo era ella misma con Nube Gris, un niño indio que su padre recogió y que se convirtió en amigo de Emily. El marido de Emily se fue seis meses antes para buscar oro en Oregon. El rancho que pertenecía al padre de la joven está hasta arriba de deudas y en la tienda del pueblo están a punto de dejar de darle mercancías si no les paga. Su única solución es llevar ella misma, junto con Nube Gris, el ya anciano Kirk y otro vaquero, Douglas, todo el ganado hasta Dodge City, venderlo y pagar las deudas a su vecino, Crawford.

Un hombre le echará una mano en la tienda del pueblo y cuando más tarde, de camino a casa, lo encuentre herido y colgando de un árbol, no dudará en llevarlo a su casa y acostarlo en su propia cama. Así es como empezará la aventura de Sam Truman y Emily Coleman. El hijo de Emily, Cody es un personaje fundamental, representa la inocencia y la ternura, algo que los dos protagonistas creían haber perdido, pero también representa la ilusión y la esperanza por alcanzar sus sueños, aunque sea algo tan simple como trasladar el ganado a otra ciudad, aprender a pescar o escuchar palabras de elogio del hombre al que ha empezado a admirar.

Sam, qué decir de Sam, es un protagonista que te enamora casi desde el principio, fuerte con unos ideales que debe esconder para no parecer débil y con unos ojos difícilmente olvidables. Es un hombre que ha perdido las esperanzas, la guerra marcó su cuerpo y su manera de enfrentarse a la vida, la muerte de toda su familia provocó que una barrera lo aislara de todos los demás. Hasta que conoce a Emily y a Cody. Sam es incapaz de dejar a Emily y de no ayudarla cuando tres hombres, enviados por su vecino Crawford, intentan asustarla a ella y hieren a Nube Gris.

Gracias a Sam, Emiliy pasará de ser una joven asustadiza y que agacha siempre la cabeza a una mujer que no duda en enfrentarse y en romper todos los platos que hagan falta. Sam, que tras la muerte de su familia, había perdido la esperanza de alcanzar un poco de paz y felicidad de pronto se ve imaginando su vida junto a Emily y Cody, pero ella es una mujer casada y sabe que sus caminos deben separarse.

El grupo que se dirige a Dodge City es muy diverso, además de Emily, Sam y Cody, irá Nube Gris, Kirk, y Douglas. Poco después de su marcha se les unirán los hermanos Joshua y Edna. Tres hombres atacaron a Edna y en el forcejeo su casa se incendió. Me ha parecido muy dulce la historia entre Nube Gris y Edna. Claro que para su hermano Joshua es difícil de aceptar que su hermana se sienta atraída por un indio. Me ha gustado mucho cómo ha concluido esta historia la autora.

Tenía muchas ganas de leer esta novela por varias razones, por las buenas críticas que había leído, por ser finalista del Certamen del RNR y porque había leído pocas novelas del Oeste. Cómo me ha gustado. Es una novela dulce y dura a la vez, con una ambientación excelente sin recrearse en ella y con unos protagonistas difíciles de olvidar. La historia de amor entre Emily y Sam surge poco a poco, es dulce y llena de pequeños gestos que los irán acercando casi sin darse cuenta. Pero siempre con la sombra de ese marido ausente y con la certeza de que sus caminos, antes o después, tendrán que separarse. Una novela para soñar con las llanuras del Oeste, y para disfrutar con una prosa cuidada y una historia sencilla pero conmovedora.