Todo ese fuego, de Ángeles Caso

16 de julio de 1846. En la casa parroquial del pueblecito inglés de Haworth, las tres hijas del pastor comienzan la jornada ocupándose de las tareas domésticas mientras esperan que llegue la tarde, cuando puedan sentarse juntas para dedicarse a escribir a escondidas las novelas que ansían publicar. Son las hermanas Brontë, tres mujeres solteras de alrededor de treinta años que, desde la infancia, gracias a la literatura, han sobrevivido a las tragedias familiares, la falta de recursos económicos y el aislamiento. Durante ese verano, Charlotte escribe Jane Eyre. Emily se dedica a Cumbres borrascosas. Y Anne se concentra en Agnes Grey. Ignorando el extraordinario destino que espera a sus obras literarias, las tres vierten en ellas sus sueños, sus frustraciones y sus pasiones ocultas, convirtiendo aquella casa oscura y vulgar, atravesada por las muertes tempranas de muchos de sus habitantes, en un espacio lleno de luz.

Todo ese fuego es una novela exquisita que bucea en la vida de tres asombrosas mujeres llenas de talento, que consiguieron rebelarse contra las crueles normas de la sociedad victoriana y convertirse en grandes escritoras en un mundo reservado a los hombres.

Opinión:

Es muy posible, y bastante probable, que muchas de vosotras hayáis leído las tres obras a las que se refiere le sinopsis. Por si no es el caso: Agnes Grey trata de una muchacha que quiere lograr su independencia económica y ayudar en su casa, para lo que se pone a trabajar de institutriz; Jane Eyre trata de una huérfana cuya inteligencia y valentía logran que se establezca como institutriz; Cumbres borrascosas, la única novela de Emily, trata de la historia épica de Catherine y Heathcliff.

No voy a explicar, pues, el motivo por el que esta novela de Ángeles Caso me ha atrapado por completo, ya que lo estaréis imaginando.

En la época victoriana, las mujeres eran lo que eran, la mayoría de las veces floreros, sin apenas derechos, constreñidas por una sociedad en la que sus vidas estaban gobernadas por el padre, el tutor, el hermano mayor o el esposo. Sin embargo, no todas las mujeres se acoplaban bien a ese tipo de vida, muchas de ellas tenían ilusiones y ansias de hacer algo importante. Fue el caso de estas tres hermanas a las que, a través de la buena narrativa de Ángeles Caso, vamos a ir conociendo.

Como es lógico, la autora incluye datos que pertenecen a la biografía de las hermanas Bronte, mezclándolos con la parte novelada, esa que es propiedad única del autor y que sirve para hacernos ver a los personajes más cercanos, conociendo incluso sus posibles pensamientos.

En alguna parte he leído que uno de los factores importantes en la novela es el personaje del padre de estas tres muchachas que llegaron a ser escritoras, y que nos legaron auténticas obras de arte para las lectoras de romántica. Obras que, como sabéis, han sido llevadas a la gran pantalla en distintas versiones. Bueno, pues estoy de acuerdo con ese pensamiento, el padre de las hermanas Bronte me parece un hombre adelantado a su época, de los que no atan en corto y permiten libertad de expresión.

Que dos de las hermanas escribieran la historia de una muchacha que se mete a institutriz, no debe engañaros. Cada una de ellas era distinta, pensaba de distinta forma, les unía eso sí sus ansias de escribir, de contar historias. Y el trabajo de una nada tiene que ver con el de la otra, ni con el de la tercera. Cada una tenía su propio estilo.

No quiero descubriros los retazos maravillosos que vais a encontrar entre las páginas de este libro, sería como chupar el caramelo antes de verlo y ya sabemos que también se disfruta con la vista. Así que abrid el libro, id destapando por vosotras mismas su interior, y maravillaos.