Samantha dejó de ser una niña a los doce años cuando murió su madre. A esa edad debió hacerse cargo de la casa, de un padre sumido en una fuerte depresión y tratar de superar culpabilidad que la embargaba al creer que la muerte de su madre había sido, en parte, su culpa. Ahora acaba de separarse de un matrimonio que fue un error desde el principio, pocos días después fallece su padre.
La sorpresa de Samantha es mayúscula cuando el abogado de su padre le dice que la casa familiar ha sido vendida y que para heredar el dinero que éste le dejó debe mudarse un año a Nueva York, a un apartamento alquilado en la casa de Michael Taggert y debe continuar con la búsqueda de su abuela, que abandonó a la familia cuando Samantha era solo un bebé.
El primer encuentro entre Samantha y Mike no es que sea el ideal. La atracción es instantánea y Mike cree que Sam es una mujer joven y apasionada, pero pronto descubre que parece más una jovencita mojigata que una mujer recién divorciada. Las primeras semanas sus encuentros son casi inexistentes, ambos se evitan y Samantha va cayendo poco a poco en un peligroso letargo. Hasta que Daphne, una amiga de Mike, le hace ver que Sam ha entrado en una espiral de dolor difícil de superar en solitario. A partir de ese momento Mike no cejará hasta sacar a Samantha de esa pasividad y convertirla en la mujer que debería haber sido.
A la relación entre Mike y Sam hay que sumarlo a la búsqueda de la abuela de Samantha y la investigación para la novela de Mike sobre un famoso gánster de finales de los años 20, Doc Barrett. Esos pasajes de los años 20 han sido estupendo, la autora conseguía que te metieras de lleno en esa historia llena de bailes, gánsteres y alcohol.
Samantha es un personaje complejo; lleva mucho dolor dentro y esa niña algo gamberra y alegre se ha convertido en una joven solitaria, dolida con todos y con poca confianza en sí misma. Es un personaje al que se le coge cariño por lo vulnerable y fuerte que puede llegar a ser. Y luego está Mike, qué decir de este gemelo Taggert. Vale, a mí todo eso de los gemelos me chirría bastante, pero como es una peculiaridad de esta familia, no le hago mucho caso y ya está. Mike es un hombre fuerte y listo, al que le gusta vivir y disfrutar de la vida. Hasta que Sam le hace desear algo más.
Aunque he oído hablar mucho de los Montgomery y de los Taggert reconozco que esta es la primera novela de los Taggert que leo, y la verdad es que me ha encantado. Tanto la historia actual como la trágica de 1928. Lo cierto es que estoy deseando leer la historia de Kane, el otro gemelo, y de más familia Taggert.
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