El título y portada de esta novela me atrajeron de inmediato nada más verla, así que no dudé en leerla en cuanto pude y, sinceramente, ha sido un acierto total. Me ha gustado mucho y la he disfrutado otro tanto.
Tenía ganas de leer una historia así, con una ambientación histórica cuidada, pero sencilla, que sin estar recargada de detalles, contando solo lo esencial, yendo directa al grano, esté tan bien llevada y, dede mi punto de vista, cuente tanto.
No hay nada más romántico que leer una historia de amor que surge en una biblioteca. Esto fue lo primero que pasó por mi cabeza cuando terminé de leerla, ¡romántica empedernida que es una!
Y es que es su mayor parte, ahí es donde transcurre esta preciosa historia de amor... ¿o conveniencia?
La novela nos habla de Ellen Cowen, una mujer que tras un desgraciado accidente en el que perdió a sus padres, se vio obligada a valerse por sí misma. Por ello, estudió para convertirse en maestra consiguiendo así labrarse un futuro. Pero tras dedicarse durante unos años a esto, el colegio donde trabaja cierra sus puertas y gracias a una amiga que la acoge y le ayuda a buscar un trabajo en lo que le gusta, comienza a cambiar de vida... y de aspecto. Ya que Ellen, mayormente por su profesión, no le presta atención a la estética y así que tiene un aspecto nada atractivo.
Duncan Ashbourn, Conde de Darenth, es un caballero que quedó viudo años atrás. Su anciana tía, Lady Ditton, le está buscando una esposa adecuada, pero mientras la encuentra o no, Ellen aparece en su camino y decide que será una buena ayudante para su arrogante sobrino.
El carácter de los dos personajes choca desde el principio haciendo la trama mucho más interesante si cabe. Duncan es el perfecto caballero, atractivo y educado. Pero también arrogante y pretencioso, por lo que encuentra la horma de su zapato en Ellen, que sabiendo estar en su sitio lo pone en su lugar y lo baja de su altar, al rebatirle de forma inteligente sus palabras, contestando con una pulla mayor de la que él le lanza, y con una gracia y elegancia admirable.
Lo que yo he disfrutado con estos dos y sus batallas verbales, con chanzas e ironías incluidas, ha sido tremendo.
Me ha gustado bastante la experiencia de leer a esta autora, donde, con una novela ligera, corta, fácil de leer y con una trama sencilla, habitual, pero consiguiendo darle un toque original, me ha llevado al disfrute y entretenimiento. Por lo tanto ha logrado el objetivo si era eso lo que pretendía.
Por último, destacar también varios personajes secundarios, entre ellos la ya citada Lady Ditton y otro pequeño ángel que tiene mucha importancia y roba el corazón pronto.
Pero sobre todo el amigo del protagonista, el Duque de Crawley, que por lo que se deja entrever, presumo que tendrá su propia historia y tengo claro que no me la voy a perder.
Y nada más que añadir aparte de recomendarla.
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