Bienvenidos al mundo de una riqueza fabulosa en el Londres de 1909, donde los vestidos y las casas rebosan opulencia, la clase social a la que se pertenece lo es todo y las mujeres son educadas para ser madres y esposas, pero nada más. Y en este mundo crece Victoria Darling, una muchacha de diecisiete años que lo único que desea es ser artista, algo casi imposible para una chica.
Tras un posado desnuda, es expulsada del colegio francés en el que estudiaba. Avergonzados y escandalizados, sus padres tratan de casarla con Edmund Carrick-Humphrey, un hombre muy rico.
Pero ella tiene otras ideas: se inscribe en el Royal College of Art; se une al movimiento sufragista y, cada vez más, se siente atraída por un muchacho humilde que tal vez sea algo más que su ídolo... el amor de su vida.
Una historia pegadiza que entusiasmará a los lectores a partir de los quince años; muy recomendable tanto para chicos como para chicas, por su trasfondo histórico y los valores que transmite.
Es esta la historia de Vicky, una joven con dinero, talento y belleza cuyo único deseo es dedicarse al arte y ser la dueña de su propia vida. Pero las circunstancias de la época, la tradición, educación y costumbrismo de su familia y el entorno social en el que se mueve constriñen su carácter, sus ilusiones e incluso su futuro, puesto que ella, al fin y al cabo, es solo una mujer y ha nacido para ser esposa y madre, obedecer a los varones de su familia y hacer tareas «propias de su sexo».
Pintar, su distracción y entretenimiento infantil, la ha acompañado a lo largo de toda su existencia, y ahora, convertida en una jovencita de diecisiete años interna en un colegio para señoritas en París, ha encontrado la manera de burlar a la dirección del centro, a sus compañeras y a sus padres y ha conseguido cumplir uno de sus sueños: asistir a unas clases de pintura en una escuela de arte. Es precisamente en esa academia donde se inicia el devenir de su futuro, pues por determinada circunstancia toma la decisión de posar desnuda, lo que marcará el principio del resto de su vida.
Expulsada de su colegio, regresa de inmediato a su casa en donde la esperan sus padres con un impresionante disgusto, entre otras muchas cosas porque la voz se ha corrido y el terrible incidente ha llegado a los oídos de todos, con el consiguiente desprestigio para la familia, así que lo primero que le dicen nada más verla es que le prohíben volver a pintar. Además han decidido casarla de inmediato con un joven de buena posición que está dispuesto, a cambio de heredar y regentar en un futuro el negocio de la familia, a cargar con la joven descarriada.
Ante las exigencias de sus padres y habida cuenta de que en aquella época eran muy pocas, por no decir casi ninguna, las salidas que tenía una mujer si lo que pretendía era vivir la realidad que soñaba, o incluso tomar alguna decisión sobre su propia vida, Vicky decide claudicar y someterse a cuantas pretensiones le imponen sus padres. Sin embargo, sus ganas de pintar, su necesidad de aprender, sus ansias de libertad y su enamorado corazón rebelde, son más fuertes que sus buenos propósitos, y además, la casualidades de la vida le hacen toparse con una revuelta del movimiento sufragista, y con Will, un joven policía simpatizante de estas mujeres que luchan por su derecho al voto.
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Todo lo que tenga que ver con la lucha de las mujeres por conseguir sus derechos, siempre ha sido una cuestión que me ha interesado sobremanera. A mí me pasa con esto como a la protagonista con el arte: nunca he podido resistirme a leer y saber más sobre este tema. Así que en cuanto supe de la publicación de este libro decidí que lo iba a leerlo sí o sí. Imaginaba, no obstante, que sería una novelita más, pero ¡menuda sorpresa me he llevado!, es una historia muy bien narrada, fenomenalmente hilada y con una ambientación y planteamiento tan bueno que incluso ha habido ocasiones en las que me he sentido angustiada y cabreada por las vicisitudes por las que pasa la pobre Vicky... bueno, y también sus congéneres.
La autora hace un excelente trabajo de divulgación sobre lo que era la época eduardiana, el movimiento por la lucha del voto femenino, las tremendas calamidades por las que pasaban las mujeres de cualquier clase en aquella época (obviamente unas más que otras) y no solo a nivel laboral o económico, sino cultural, intelectual, afectivo y represivo. Y ese estupendo trabajo lo hace de manera amena y sencilla, creándole una historia creíble a Vicky para que ella misma nos cuente el periplo que se ve obligada a recorrer para tratar de conseguir ver cumplidos sus sueños. Y mientras lo hace, nos presenta al resto de personajes que oscurecen o colorean sus días, y nos habla de arte y de solidaridad femenina. Y nos recuerda cuánto lucharon y sufrieron nuestras antecesoras, aquellas mujeres que vivieron no hace ni cien años para que generaciones posteriores tuviéramos el derecho a pensar, decidir y votar. Quizá a día de hoy pueda parecer una simpleza, y no quisiera que por nada del mundo alguien pensara que esto es una arenga política que me estoy marcando aquí, es tan solo un reconocimiento a quienes se dejaron incluso la vida por un derecho que hace apenas cien años las mujeres no teníamos y que todos, pero sobre todo TODAS, deberíamos valorar, recordar y honrar cada vez que haya que depositar una papeleta en las urnas.
Por cierto, no hay sexo, o lo hay pero dejado a la imaginación y no con todo lujo de detalles, así que supongo que es por eso y por la edad de la protagonista que esta novela se presenta como «juvenil histórica». En fin, para mí es una novela histórica como las que hemos leído cientos de veces cuando no nos mareaban con los montones de subgéneros que no sé quién se está sacando de la manga, digo yo que si para volvernos locas.
He disfrutado muchísimo con esta novela y la única pega que le pongo es que el final me resulta muy precipitado. Creo que la autora debería haberlo alargado porque desde mi punto de vista le ha faltado redondear la historia. Por lo demás, me ha encantado la pluma de la escritora, la traducción extraordinaria y, como siempre, el cuidado y el mimo que pone Libros de Seda en las obras que publica.
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