Benjamin Westfield debe viajar a Escocia urgentemente. Durante la última luna llena no se transformó en lobo y siente como si le faltara una parte de sí mismo. Siguiendo el consejo del Mayor Foster viaja hasta Edimburgo en busca de Rosewyth Campbell, una curandera de gran fama. Pero cuando llega a Escocia se encuentra con Elspeth, una hermosa joven, dulce y tranquila que le atraerá como no lo ha hecho ninguna mujer hasta la fecha.
Elspeth, al ser hija ilegítima siempre ha sufrido el rechazo de la alta sociedad, solo gracias al apoyo de dos de sus amigas es aceptada en algunas fiestas. Aunque esa misma gente que la desprecie luego la busque para que los curen y les trate de sus enfermedades ya que Elspeth, como su madre, tiene fama de sanadora. Elspeth, junto con sus amigas de Coer, forman el aquelarre de Edimburgo.
Elspeth heredó los poderes de sanación de su madre, así como Caitrin, su mejor amiga, heredó las visiones. En una de ellas ve cómo un hombre, con la marca de la bestia llegará pronto y se llevará a Elspeth. La joven supone que es su padre, al que no conoce ya que abandonó a su madre antes de que ella naciera. Elspeth conoce la marca de los lincántropos ya que ella, al ser hija de uno de ellos, también la tiene. No es solo atracción lo que une a Benjamin y a Elspeth, es algo más, y sus marcas tienen mucho que ver. A pesar de la oposición de sus amigas, Elspeth no puede evitar encontrarse con Benjamin. Con la excusa de que la joven está intentando ayudar a Benjamin, los dos irán conociéndose y confiando en el otro, hasta que el lobo decida que ha encontrado a su pareja perfecta.
Este libro ha estado algo mejor que el primero, aunque también es cierto que tantos elementos mágicos me han sobrado un poco. Elspeth es una joven tímida y leal que ha vivido siempre marcada por su ilegitimidad, esa es una de las razones por las que se siente tan a gusto con Ben, él lo sabe y no le importa. Y Ben no me ha parecido tan posesivo como Simon, sí es protector pero no de forma tan agobiante como me pareció su hermano. Creo que se le podrían haber explotado más al resto de brujas del aquelarre, son personajes muy secundarios que podrían haber dado mucho más de sí. Cuando la trama se traslada a Londres me ha parecido un poco forzado, aunque el encuentro de Elspeth con su padre sí que me ha gustado y cómo se ha resuelto esa parte final. Resumiendo, me ha gustado más que el primero aunque no pasan de ser libros ligeros, que se leen muy rápido, y con tramas predecibles pero que sirven para pasar una tarde entretenida.
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