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viernes, 1 de septiembre de 2017

Una larga espera, de Joan Elliott Pickart

Laurel Windsong había creído que dejar Willow Valley y a su primer amor, Ben Skeeter, sería lo más difícil que tendría que hacer en su vida. Pero volver diez años más tarde resultó ser aún más duro. Corrían rumores por todo el pueblo sobre el motivo de su regreso; si había vuelto para siempre y si Ben y ella se dejarían llevar por la evidente atracción que seguía habiendo entre ellos. Pero tenía secretos que debía desvelar antes de poder entregar su corazón a Ben. ¿La esperaría, o quizá había perdido al único hombre que había amado?"

Este pequeño Harlequín ha resultado ser toda una sorpresa para mí. Durante poco más de dos horas, he formado parte de la vida de cada uno de los habitantes de Willow Valley (Arizona). Un pueblo donde todos se conocen desde siempre y no es fácil evitar, que cualquier noticia corra como la pólvora. Laurel Windsong, sabe que está siendo observada por todos sus vecinos. Se preguntan el por qué de su precipitado regreso. En Virginia quedaron sus ilusiones y su carrera. Su mente parece una olla a presión. Necesita aclarar sus ideas pero han pasado ya cuatro meses y sigue como al principio.

Ben Steeker es el sheriff de Willow Valley. Mientras patrulla por el pueblo no puede evitar mirar a hurtadillas a Laurel, su gran amor. Diez años después de su ruptura sigue enamorado de ella. No consigue entender por qué Laurel acabó con todos sus sueños para irse a estudiar a la otra punta del país. Su herencia navajo está muy marcada. Alto, fuerte, moreno... es poesía en movimiento. Durante todos estos años no ha conseguido mirar a otra mujer.

Cada vez que Ben entra en el Windsong Café, el corazón de Laurel da un vuelco. Su orgullo le impide mostrar sus verdaderos sentimientos. El frío rechazo de Ben es insoportable y parece que nunca va a poder perdonarla su traición...


No quiero destripar más la historia para que os llevéis más de una sorpresa leyéndola. Está llena de malos entendidos, sensualidad, pasión, ternura, fidelidad pero por encima de todo ésto, lo que hay es un gran amor. Un amor que no se ha enfriado con el tiempo, qué sigue vivo y deseando ser retomado.

He aprendido mucho leyendo este libro. Siempre me han llamado la atención las novelas donde alguno de los protagonistas pertenece a alguna tribu india. En una larga espera, me he tropezado con unos protagonistas que tienen unas fuertes raíces navajo. Laurel con su larga melena negra y sus profundos ojos negros es la pareja perfecta para Ben. Se conocen desde niños, han crecido juntos y han descubierto al amor uno en brazos del otro. Tienen un gran sentido de la justicia y del honor. Su capacidad para el perdón es enorme, aunque no existan verdaderas razones para ser perdonados. Su amor desinteresado y lleno de vida, puede tocarse con los dedos aunque sus almas estén torturadas por los recuerdos.

Los personajes secundarios aportan muchísimo a la historia. Lanzan toneladas de consejos a los dos protagonistas, pero con un gran respeto. Mi personaje favorito del libro es el "abuelo". Su gran sabiduría y su generosidad, me han calado hondo.

La ambientación me ha parecido adorable. Teniendo en cuenta que es una historia muy cortita, las descripciones no son muy extensas. La autora nos habla de un pueblecito al norte de Arizona, rodeado de montañas y surcado por un río. Un pueblo soñado donde conviven en paz navajos y blancos. Un pueblo guerrero que ahora se dedica a vivir del turismo (en su mejor faceta). La artesanía india, el esquí o las visitas en otoño por sus bosques hacen de Willow Valley, un pueblo fácil de visualizar. Cierro los ojos y puedo ver las tiendas con su alegre colorido mostrando en sus escaparates las joyas de plata con turquesas engarzadas, los cuencos decorados con motivos indios, los tapices tejidos en la reserva... Si me interno en el bosque veo un paisaje otoñal, donde los árboles están cargados de hojas que poco a poco caen al suelo. En Willow Valley, el otoño significa lo mismo que la primavera al Valle del Jerte.

Temo no haber sido objetiva con esta crítica. Una larga espera, ha removido en mí sentimientos y sensaciones de las que no quería acordarme. Quizás haya sido el día, 4 de julio, o simplemente que el cuerpo me ha cogido así... El caso es que para mí, es un libro de 5/5 pero dudo que lo sea para otra persona.


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