Ligeramente peligroso, de Mary Balogh

Esta novela es un buen ejemplo de cómo una novela con un argumento simple y trillado puede convertirse en una fantástica novela. 

Aquí no hay persecuciones, ni atentados contra la vida de nadie, aunque ese zumo de limón en el ojo era un arma muy peligrosa en las manos de la protagonista. 

Llena de situaciones hilarantes, con un protagonista que está presente en cada una de ellas, para mortificación de la protagonista y deleite del lector. 

Es difícil que un personaje que podía llegar a ser odiado en los libros anteriores pueda conseguir tanta expectación, a mí no me ha defraudado en ningún momento. El Duque de Bewcastle sigue siendo el duque correcto, frío, educado, altivo y arrogante, pero también es algo más, es simplemente Wulfric Bedwyn. Aunque su persona no pueda desligarse del estirado duque. 

Y Christine Derrick no podía ser una protagonista mejor. Viuda, llena de vida, satisfecha con su vida, aunque no feliz, y deseosa de ayudar a los demás y de disfrutar con los niños. 

Esos primeros encuentros entre los dos no tienen desperdicio. Que tiene similitudes con Orgullo y prejuicio, pues sí, que el duque de Bewcastle recuerda al señor Darcy, pues también, pero el cambio más radical se halla en la alocada, divertida y nada convencional Christine Derrick. Esa atracción que sienten aunque ella quiera odiarlo y él piense en convertirla en su querida. Hasta que esa plebeya pone en su lugar al mismísimo duque de Bewcastle con su monóculo incluido. 

Los paseos por el prado, las fiestas campestres, el encuentro con la familia del duque. Una situación tras otra y esa escena final del palomar es el colofón perfecto para esta novela. 

Para mí ha sido una delicia de principio a fin.