Alexandra es una joven que tras la muerte de su abuelo se ha hecho cargo de la casa. Su madre, tras la traición de su padre no se ha encargado de nada, pero Alex es una joven de casi dieciocho años feliz, inocente, alegre y que no duda en ayudar a un hombre al que están atacando cuando vuelve a su casa de una fiesta de cumpleaños. Jordan Townsende, duque de Hawthorne, es atacado cuando se dirige a visita a casa de su abuela. Está a punto de ser asesinado pero repentinamente un joven con una armadura acude en su ayuda. La sorpresa se la llevará cuando descubra que en realidad es una joven, a la que toma casi por una niña. Sin dudarlo se dirige a una posada cercana para ver la gravedad de sus heridas ya que se ha desvanecido en sus brazos. Al volver en sí, Alex solo quiere regresar a su casa ya que no está herida. Todo se complicará cuando Jordan y Alexandra se vean obligados a casarse.
Jordan considerará en un principio a Alexandra como a una joven demasiado inocente y sin ninguna experiencia, pero también la ve llena de vida y de ilusión, ver el campo y las flores a través de sus ojos es una experiencia nueva. Sin darse cuenta va cayendo en esa magia que la rodea, en esa pureza de la que carece la alta sociedad. Aunque Jordan no tiene pensado vivir con ella en Londres. Cuatro días después de la boda, y a la espera de que el barco que los va a llevar a Devon parta, Jordan desaparece en medio de la noche. Los días de angustia se suceden, semanas más tarde, darán a Jordan por muerto en una batalla naval en la guerra que los enfrenta con Francia.
Alexandra, en honor a Jordan se convertirá en toda una dama. A pesar de que su idea inicial era volver a su pueblo, la abuela de Jordan y Tony, su primo y nuevo duque, la convencen para que vaya con ellos a Hawthorne. Tras un año de instrucción y de luto, volverán a Londres para ser presentada en sociedad. Poco tiempo después y casi un año y medio tras su desaparición, Jordan regresará a Londres.
El reencuentro es otra de esas situaciones difíciles y que marcará un poco la actitud de los protagonistas. Jordan no se encontrará con esa jovencita que dejó, si no con una hermosa mujer que ha superado esa infantil actitud que parecía molestarle. Ahora deberán conocerse y confiar en el otro, pero los atentados a la vida de Jordan no han acabado.
La primera vez que se encuentran Jordan y Alexandra es uno de los encuentros más divertidos que he leído. La novela me ha tenido enganchada a sus páginas desde el principio. La relación entre Jordan y Alexandra tendrá varias fases, y algún que otro sobresalto. Me ha gustado el personaje de Alexandra, inocente en un principio, cómo se creía enamorada de su flamante esposo y cómo le hablaba de su vida anterior y de lo que pensaba sin dudar, intentando conocerle y tratando de complacerle. Jordan, por su parte, es un personaje cínico, no confía en las mujeres y cuenta con pocos, pero fieles amigos. Alexandra es como un soplo de aire fresco en su vida, le hace ver que no todo es malo y que existe la sinceridad. Hasta que no cree haber perdido a Alex no se dará cuenta de lo que de verdad siente por ella. También hay que mencionar a la abuela de Jordan, a Tony y a los dos fieles criados de Alexandra, ese mayordomo y el lacayo, cada uno con una particular tara que le dará un toque cómico a algunas escenas.
Cómo me ha gustado este libro. Judith McNaught me gustaba más en actual, pero con este libro, y con el anterior de la serie que en realidad no tiene ninguna relación con este, me ha conquistado también en histórica. Los personajes, tanto principales como secundarios, están muy bien escritos y hay escenas llenas de humor, de ternura, de pasión. Una novela totalmente recomendable.
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