Kristin McCahy luchaba por mantener reunidos a los miembros de su familia, y conservar el rancho mientras la Guerra de Secesión sembraba muerte y destrucción a su alrededor. Cuando ya no le queda esperanza, un forastero acude en su rescate. Pero es un hombre de armas, un pistolero al que teme y por el que empieza a sentir una pasión más peligrosa que el miedo: Cole Slater.
Algunas lectoras pueden decir de esta novela que es entretenida, otras que aburre, y otras que no existe demasiada conexión entre los protagonistas. He leído de todo. Por eso quiero poner mi granito de arena.
Kristin McCahy está en una situación comprometida cuando aparece el protagonista, que no es más que un pistolero. Es una mujer de fuertes convicciones, activa, decidida, que lo que más desea es mantener unida a su familia y conservar su propiedad, pero que como tantos es arrastrada por el infortunio durante la Guerra de Secesión Americana, volviendo su mundo cabeza abajo.
Cole es un hombre duro, frío, que vive para y por sus revólveres, al que nada parece importarle demasiado pero que odia la injusticia. Por eso interviene y salva a Kristin y pro eso accede a quedarse en el rancho cuando ella se lo pide. No es un paladín, ni mucho menos, y si accede es porque la muchacha le ofrece "todo" a cambio de su ayuda. La atracción que siente puede en él más que su honor, porque lo tiene aunque sea un pistolero. Sabe que no debe caer en las garras del amor, aún recuerda a su difunta esposa, aún la llora y siente el dolor de su muerte. Pero no consigue escapar de la pasión que despierta en él Kristin.
La autora nos cuenta la historia en medio de una guerra, pero a mi modo de ver su modo de contar los hechos deja mucho que desear. He leído otras novelas ambientadas en la Guerra de Secesión que me han transportado a esa época de modo increíble, pero ésta no lo ha conseguido. Es un tema con el que se podría haber sacado una historia fabulosa y no pasa de resultar incluso simple.
Tampoco me ha convencido, no sé si lo he dicho, la relación entre los protagonistas. Les falta algo.
Si tengo que ser sincera, esta autora no es una de mis preferidas. No escribe mal, no, pero no me llega. Y si a eso le sumamos que seguramente la traducción no es de las mejores, ya tenemos cosas en contra.
Resumiendo, una novela para pasar el rato, sin mayores pretensiones, de esas que te puedes llevar a las vacaciones y leer cuando no tienes nada más interesante.
Toque a la editorial: traducción floja, erratas, faltas de ortografía... Por favor, un poco más de cuidado con estas cosas, las lectoras de novela romántica merecen un poco más de respeto, aunque sólo sea por el dinero que les hacen ganar, señores.
Carmela
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