Esclavizada, de Patricia Grasso

No demasiado contenta con su suerte, Heather, una joven aristócrata inglesa, viaja a Francia para contraer matrimonio con un noble al que no conoce. Durante la travesía el barco es abordado por una nave turca, que se lleva a Heather y la ofrece como esclava al príncipe otomano Khalid. Este, encandilado por la osadía y el desparpajo de Heather, se enamora al instante, pero no por eso olvida el verdadero motivo del rapto: utilizar a la muchacha como instrumento de una venganza.

He leído algunas críticas sobre esta novela que dicen que es de lectura fácil, una historia tierna y bonita y hasta se la compara con alguna novela de Lindsey.

Bueno, para gustos se hicieron los colores, no me cabe duda. Y si todos opináramos igual, el mundo sería demasiado aburrido.

A mí, sinceramente, es un libro que no me gustó nada. Y no es porque la historia no pueda resultar entretenida, es que no me gustó el modo de plantearla.

La protagonista me pareció demasiado echada “pa’lante”, demasiado chillona, excesivamente altanera. Vamos, que me cayó gorda desde el primer momento en que empecé a leer la novela. Una pelirroja de armas tomar, pero que, para mí, no sabe cuándo tomar las armas, no sabe cómo encandilar al protagonista y tiene demasiados redaños.

Me gustan las protagonistas femeninas con agallas, claro, y no de las sositas que se pasan la novela llorando y siendo salvadas por el chico. Pero una cosa es eso y otra distinta que resulte poco creíble que una mujer, en esa época y en el lugar en el que se encuentra, tenga tantas narices. Lo normal es que la hubiesen cortado la cabeza, por burra. Demuestra poca sensibilidad, poca listeza, no hace nada por encandilar al que es su dueño. No encontré química en ese aspecto aunque claro, luego sale entre ellos dos eso del amor pasional.

La trama es rápida, eso es cierto, aunque demasiado impulsiva. Me leí esta novela en una tarde y no fue porque me estuviera entusiasmando, sino porque tenía ganas de acabarla de una vez.

Lo que me gustó fue el lugar elegido para la historia. Eso sí, porque me resulta fascinante ese mundo de otomanos tan distinto al nuestro. 

Lo que no me gusto, aparte de la protagonista como ya he dicho, es que casi me sentí ultrajada. Ella aparece como un cacho de carne con ojos y melena estupenda a la que se puede manejar por el protagonista, aunque sea más burra que un pollino.

Hay algunas lectoras que salvan este libro por el ligero humor que aparece en sus páginas. Para mí, ni eso.

Lo dicho, fue la primera novela que leí de esta autora y no me he vuelto a comprar ninguna otra. La encontré insípida y me aburrió mucho. Vamos, que yo no la recomiendo.

Mailo

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