La princesa Daisy Valensky es hija de una famosa actriz y un príncipe ruso cuya familia vivió exiliada en Suiza a causa de la Revolución. Sus padres han muerto cuando ella era un niña. Su madre, en un accidente de auto; su padre al estrellarse el avión que pilotaba. El hermanastro de Daisy abusa de ella cuando es adolescente y su hermana gemela, por complicaciones en el parto, sufre retraso mental y está ingresada en una institución. Daisy hereda una fortuna pero la empresa va a la quiebra y ella debe abandonar sus estudios y trabajar para mantenerse y pagar la clínica donde se encuentra su gemela.
Quiero hablar primero de la protagonista: Margarita Alejandrovna Valensky. Todos la conocen por Daisy, es una belleza rubia que viene de un mundo de aristócratas ya que su padre era un príncipe ruso exiliado a Suiza y su madre una hermosa artista americana. Vive en un mundo fascinante, repleto de lujo, de fiestas, de dinero, y goza del amor de sus padres. Pero su fabuloso mundo se viene abajo, todo desaparece y ella se ve obligada a ganarse la vida para seguir adelante y pagar los gastos que ocasiona la cínica en la que su hermana gemela está ingresada con deficiencia mental.
Es un personaje con una fuerza increíble. Una mujer que tiene un pasado lleno de luz pero también lleno de sombras por algo que le sucede con su hermanastro y que a muchas lectoras les echará un poco para atrás. Ya sabemos que en romántica los abusos no nos gustan. Vamos, si a veces hasta criticamos que el protagonista haga algo indebido o le ponga los cuernos a la chica. Mucho más si alguno de los personajes se ha pasado tres pueblos y abusa de ella.
Pero no cabe duda de que casualmente esa parte de la historia es la que da fuerza a la protagonista de esta historia.
Krantz nos describe los lugares de forma magistral, es verdad. Y poco a poco nos mete de lleno en la personalidad aplastante de Daisy.
Los secretos de varios personajes están a la orden del día, te hacen entretenida la lectura y te intriga saber qué es lo que esconde cada uno.
Pero yo no consideraría esta novela dentro del género de romántica. Creo que es una novela de fuerza, de sentimientos, de saber estar, de conseguir unos objetivos, de ganar el pulso a una vida difícil. Eso sí. Pero romántica tal y cómo la entendemos, no me ha parecido.
La novela me gustó, la autora escribe estupendamente, parece que te encuentras en los sitios que narra. No niego que es un libro bueno. Eso sí, no he encontrado la chispa romántica por ninguna parte, al menos como yo la entiendo.
Una historia fascinante para disfrutar leyendo y para deleitarnos con el buen hacer de esta autora, aunque en mi modesta opinión nunca la incluiría en el género de la romántica pura.
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