¿Cómo podía ese hombre, prácticamente un desconocido, causar un efecto tan profundo en ella? Sabrina Savage jamás había visto a Adam St. Aubyn, pero cuando sus ojos se encontraron, sintió como si lo conociera de toda la vida. Adam, marqués de Stonehurst, era su salvador. Ayudó a Sabrina a hacer sonar la campana por su amado padre y luego le prometió descubrir la verdad sobre su prematura muerte.
Cuando Sabrina Savage vio por primera vez al marqués de Stonehurst, sintió como si lo conociera de toda la vida. Era su salvador, pero durante la lectura del testamento de su padre, Sabrina descubrió que había sido prometida al marqués desde su infancia. Sabrina lo desafíó a liberarla de sus votos si ella era capaz de encontrar un pretendiente más adecuado entre la nobleza londinense. Pero pese a todo, no puedo resistir la sutil seducción del misterioso aristócrata.
No apetece nada hablar en plan negativo de una autora ni de una novela porque imagino que escribir una historia debe resultar muy complicado y dar vida a unos personajes más complicado todavía. Pero es que cuando algo me parece que no está bien, creo que debe decirse, aunque solamente sea para evitar que otra lectora afín a nuestros gustos, caiga en el mismo error que nosotras hemos caído.
Mira que la sinopsis de esta novela pinta decente, pero es que no. Creo que las sinopsis engañan algunas veces y luego no encontramos dentro del libro lo que nos anuncian. En esta novela parece que vamos a ver algo de intriga, por lo del testamento, desafíos entre los protagonistas y acción. Yo no he encontrado nada de eso, sólo una novela sosa de la que no he sacado nada en limpio.
No puedo decir que sea la peor novela que he leído, porque las he leído aún peores, incluso con faltas ortográficas y eso me repatea de un modo especial.
El libro empieza pobre. Eso se puede pasar por alto, he leído muchas historias que no empiezan enganchándome y que luego, con el paso de los capítulos, se arreglan y hasta resultan entretenidas. No es el caso de ésta. Empieza sosa y sigue sosa. No mejora en nada.
He encontrado muchas imprecisiones, de todo tipo. Digo yo que antes de escribir una novela debería uno documentarse un poco. O eso, o hacer una historia totalmente fantástica donde se puede poner lo que a uno le de la gana porque para eso es fantasía. Pero si la basamos en una época, los libros (e incluso hoy en día Google) son un recurso estupendo, en vez de meter cosas inverosímiles.
Los personajes no me han llenado, no me han resultado para nada atractivos, ni creíbles.
Sabrina Savage es la protagonista de esta novela y está convencida de que su padre adoptivo no se ha suicidado aunque eso se dice y no pueden enterrarle en tierra consagrada. Se enamora nada más verle de Adam.
Courtney, la hermana, tampoco resulta un personaje que deje huella.
Adam, guapísimo, atractivo hasta morirse, es el protagonista masculino. Pero no cumple su cometido de enamorarnos, al menos a mí no me ha entusiasmado como otros protagonistas.
La autora nos lleva por el camino de: el padre de Sabrina y el duduqe eran amigos y mira tú que resulta que ella está prometida desde que era niña y no se había enterado. Nos planta a una dama que resulta ser madre de un sultán otomano, lo que podría haber resultado intrigante, pero que no consigue animar la historia ni con esas.
Hay un amago de intriga porque deciden que Sabrina, en caso de enamorarse de otro hombre que no sea al que está destinada desde niña, quedará libre para casarse con el que quiera. Ah, no, no se enamora de ninguno, por descontado, cada vez está más subyugada por el prota guaperas. Entre los dos van a aclarar el misterio de la muerte del padre de Sabrina. Aquí es donde te dices: vaya, algo interesante. Pues tampoco.
Desde luego no quiero quitarles las ganas a las lectoras a las que esta autora les guste. No es esa mi intención. Lo único que he tratado con mis comentarios es decir lo que pienso de la novela, pero desde luego otras pueden opinar lo contrario y encontrarla interesante. Siento que para mí no lo haya sido porque la empecé con ganas.
Mailo
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