Virginia, tierra de grandes extensiones y de caballos, es el marco de una preciosa historia de amor marcada por la tragedia y las emociones.
Cassie Miller estaba en camino de ser uno de los mejores jinetes ecuestres, pero un terrible accidente acaba con sus sueños y no puede hacer otra cosa que quedar tutelando a sus sobrinos huérfanos. No encuentra mejor método que dedicarse a entrenar caballos.
En su quehacer diario se deberá enfrentar a dos rivales importantes. Orion, un caballo extraordinario que no ha encontrado aún al jinete al que doblegarse, y Wells, el veterinario local, al que el ingenio de Cassie siempre deja desconcertado.
Hay varios personajes en esta historia que merecen ser analizados, aunque tampoco quiero descubrir el argumento de la novela, así que lo haré un poco por encima, lo suficiente como para hacernos una idea de cada uno.
Cassie es fuerte, valerosa, decidida. Desde pequeña ha querido ser jinete y sabe que podría haber llegado a ser una figura en ese campo. Pero la desgracia la obliga a abandonarlo todo y queda a cargo de sus dos sobrinos. Ella hará lo indecible por procurarles una vida sin complicaciones, aunque se las busque para sí misma.
Wells es un tanto mujeriego. Y divorciado recientemente, por lo que está libre. Desde luego lo último que piensa es en volver a caer en las redes del enamoramiento, pero al descubrir a Cassie empieza a replantearse sus opiniones. Arrogante, irónico, engreído… pero al final fascinante.
A mí me ha parecido una novela bonita, llena de sentimiento. Un cuento de personas que sueñan, que pierden pero que luchan por volver a hacer realidad esos sueños. Qué duda cabe que el amor es la palanca que moverá todos los hilos de la historia.
De los secundarios, Jamie y Sophie, los sobrinos de Cassie, resultan encantadores. La ex esposa de Wells, Pamela, una bruja de pies a cabeza.
Me ha gustado bastante la escena de la primera vez que se encuentran los protagonistas. Ella se está cambiando y no puede ver la cara de Wells. Claro que Wells tampoco la ve a ella porque la ropa le tapa el rostro. Me ha hecho sonreír la conversación. Que ¿qué pasa luego? Pues que Wells no puede olvidar ese cuerpo joven y vibrante y que cada vez que lo piensa se pone enfermo.
Es bastante sutil el modo en el que la autora va acercando a los dos protagonistas. La tensión sexual casi se masca, pero no hay escenas calientes sin ton ni son, sino cuando realmente Wells sabe que ama a Cassie.
En lo que se refiere al modo de narrar de la autora, creo que es muy bueno. Que se pierda en alguna divagación de más describiendo las fincas de caballos, no me ha importado. De todo hay que aprender, creo yo. Y este mundo es tan interesante como cualquier otro, al menos no estamos ante damiselas que se desmayan a cada paso que da el conde o duque de rigor, porque es novela actual.
No es una novela con demasiada acción, es más bien un análisis de los sentimientos de cada personaje. Lo aviso por si alguien piensa que va a encontrar una historia llena de altos y bajos y acción trepidante. No es el caso. Aquí se abre el libro para disfrutar de un modo de escribir muy bueno en casi 500 páginas.
Yo, que por otra parte soy una enamorada de los caballos, he disfrutado el libro de principio a fin porque es una historia que transita sin prisas, dejando ver lo que va sucediendo e integrándonos en la vida y sentimientos de los personajes.
Laura Moore me ha parecido una escritora maravillosa que describe como pocas.
Linda
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