Un lord acomodado, de Christine Cross

Imaginaba que esta segunda entrega no me iba a defraudar, y no lo ha hecho. 

Envuelta en un mundo de grandes mansiones, caballos y joyas, vidas regaladas y veladas de música, la protagonista, Victoria Cavendish no se olvida de los que tienen menos privilegios que ella. Al igual que su padre, hace todo cuanto puede para ayudar a los huérfanos de La casa de los ángeles. Incluso comprarse horrorosos sombreros, la mayoría de cuyo importe va a parar al orfanato (esto me ha puesto una sonrisa en los labios). 

Es un personaje con fuerza, penando por un amor que, al principio, no cree poder conquistar y, después, tiene que abandonar para poner a quienes quiere a salvo. 

James es el clásico aristócrata criado entre plumas, el mayor de los trillizos y, por tanto, heredero del ducado. Nunca ha hecho otra cosa que vivir y disfrutar de los privilegios que le ha dado la cuna en la que nació. Sin embargo, la atracción que siente por su prima, Victoria, hace que poco a poco vaya tomando conciencia de que no todo en el mundo es de color de rosa. Y cuando conoce a Jimmy y a Mary, dos de los huérfanos de la institución fundada por los Cavendish, se da cuenta de que ya nada va a ser lo mismo para él. 

Me han encantado las escenas en las que salen los niños, la descripción de esa inocencia que los lleva a pensar en James como en un ángel, sus miedos y sus ilusiones. 

La intriga y los secretos, de la mano de un personaje al que no se puede tildar de malvado, y sí de desafortunado, nos desvela una información que puede destruir la vida de todos, en menor o mayor medida. 

Eso toque de información entre acción y acción o conversación y conversación, que no se hace pesado sino todo lo contrario, y que nos pone justo en el entorno en que están por personajes, sigue siendo una de las cosas que más aprecio en las novelas de esta autora. 

Los secundarios, como no podía ser de otro modo, nos dejan con la miel en los labios. Ahora quiero ya la historia de Edward (me ha gustado el guiño a Hertfordshire y me ha dejado intrigada su regreso a la casa familiar... acompañado. 

Y, por supuesto, la historia del tercer trillizo, que promete y mucho con esa vida entre el lujo y el espionaje. 

Por pedir que no quede, así que ahí va el reto: Jimmy y Mary tienen que tener su propia novela. 

Nieves

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