Una historia increíble con giros sorprendentes y un romance sencillo y profundo...
La narración se desenvuelve en medio de una ambientación muy cuidada y perfectamente documentada de la corte francesa de Luis XIII, con todas sus intrigas políticas y traiciones, sus mosqueteros, y sus complicadas relaciones con "las Españas". La trama va desarrollándose de forma pausada, intercalando fabulosas descripciones con picos de acción que hacen que las emociones brinquen dentro del lector. Hay escenas pintadas con tanto realismo dramático que te sacuden por dentro.
La autora maneja muy bien las emociones de los personajes, su personalidad y todas las circunstancias que los rodean y que los van llevando hacia el desenlace final de la historia. Hace que te involucres con cada uno de ellos, y que termines odiando a unos y amando a otros.
Los protagonistas son Aurora, la menina que ha acompañado desde España a la reina Ana, consorte de Luis XIII, y Artal, un atractivo mosquetero con fama de ser el mejor amante de París. Sin embargo, no son los únicos que llevan el peso de la historia, ya que esta se va complicando por momentos a causa de unos valiosos documentos; por eso entran en escena Héctor, hermano de Artal y capitán de los mosqueteros, Pierre, mosquetero y amigo de Artal, y, sobre todo, Philippe, un misterioso enmascarado cuya misión es proteger a la reina y salvaguardar Francia. También tiene un cierto peso la presencia de la reina Ana, de Luis XIII y del cardenal Richelieu.
Aurora es una muchacha joven, de carácter decidido y audaz, con una conciencia clara de su misión y un secreto que ocultar y que, de alguna manera, dirige su vida y sus pensamientos. De alguna manera se convierte en un personaje engañoso, junto con Philippe, provocando giros sorprendentes en la historia. El romance entre Aurora y Artal va evolucionando a través de las diversas dificultades y obstáculos de una forma sencilla y más sentimental que pasional; un amor tierno vivido en el ocaso de la adolescencia o en el incipiente inicio de la juventud. Artal me ha decepcionado un poco como personaje, sobre todo después de ser presentado como tan buen amante, pues no se comporta como un conquistador, sino más bien como un tímido debutante.
El estilo de la autora es denso y muy cuidado, con un vocabulario adaptado perfectamente a la época. La novela está bien estructurada, la única pega que tengo es que eché en falta una buena revisión ortotipográfica. A pesar de eso, es una preciosa historia que te mantiene en vilo todo el tiempo con la mezcla de intriga y romance. Recomendada.
Marta Luján
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