Las novelas de Nieves Hidalgo son siempre una apuesta segura. Sabes que vas a agarrar el libro, que te vas a adentrar en una historia que va a atraparte y que no vas a querer soltarlo hasta terminarla. Así ha sido con "Ódiame de día, ámame de noche", segunda entrega de la trilogía "Un romance en Londres".
La novela nos traslada al Londres del siglo XIX. El protagonista masculino es un hombre herido que odia profundamente a su esposa Cassandra y que ha vivido separado de ella durante un tiempo. Sin embargo, cuando regresa a casa, se encuentra a una mujer muy diferente a la que dejó.
Desde el principio el lector sabe, por supuesto, el por qué de esa diferencia. Nicole es del todo opuesta a su hermana y, tras un grave accidente, se despierta en una casa extraña, sin saber quién es ni reconocer al hombre que dicen que es su marido. El recurso de la amnesia es algo que ya hemos visto con anterioridad, pero lo interesante de esta novela es que la protagonista se ve obligada a admitir como propias las terribles acciones realizadas por su hermana en el pasado. Me ha parecido fascinante ese ejercicio que se ve obligada a realizar Nicole: asumir la inmoralidad de unas acciones con las que no se identifica, pero que no duda en haber llevado a cabo y que trata de enmendar con su mejor voluntad.
También me ha atrapado la lucha de Jason entre su odio por Cassandra y los nuevos sentimientos que despierta en él la nueva versión de su esposa que encuentra tras el accidente. Su confusión, su rabia, su lucha para no caer en lo que considera que es un nuevo ardid de su maquiavélica mujer, la profunda atracción y respeto que empieza a sentir por ella...
En definitiva, "Ódiame de día, ámame de noche" es una novela de época ágil y amena, con unos protagonistas que enamoran. Deseando leer ya la siguiente novela de la serie.
Marian Viladrich
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