Una preciosa historia llena de sentimientos y de superación.
Leer algo de Minstrel Valley es como volver a ese pueblo donde uno suele pasar siempre las vacaciones y que le trae a uno buenos recuerdos porque conoce a sus habitantes, sus calles... Una ambientación maravillosa, como en todas estas novelas, en la que conocemos más acerca del mundo de la política en la época victoriana y del peso que la burguesía iba adquiriendo, especialmente a través de los matrimonios con nobles venidos a menos.
La trama es sencilla y se desarrolla con fluidez a base de encuentros entre los personajes y malentendidos que se van arreglando poco a poco. Aunque me hubiese gustado que la novela se extendiese un poco más, la autora ha creado escenas preciosas, cargadas de ternura.
Los personajes me han conquistado. La familia de los Northrope ha conseguido una fortuna, pero no ha logrado romper esa barrera que los aristócratas habían levantado entre ellos y el resto del mundo. Aunque el padre se empeña en derribar este muro a través de un matrimonio, ni los hijos ni la madre de estos están de acuerdo. Henry (o Harry) sobre el que pesa la responsabilidad de dar este paso por ser el primogénito, se opone de modo absoluto a ser manipulado de esta manera y huye a Minstrel Valley.
Como personaje, me ha encantado. La autora ha sabido describirlo de tal manera que nos damos cuenta de que no es inglés y, sin embargo, es todo un caballero, sin importar la cuna en la que haya nacido. Desde el principio muestra ese carácter tranquilo, aunque decidido, con una gran capacidad de estrategia y una gran dosis de paciencia. Me ha parecido la personalidad perfecta para ser pareja de Amanda. También es preciosa la relación con su hermano, basada no solo en lazos de sangre, sino también en los de la amistad.
La evolución de lady Amanda a través de las novelas anteriores es impresionante. Sabíamos que era tímida y que, en ocasiones, tartamudeaba. En esta historia descubrimos el por qué de esa actitud y que no es, en modo alguno, su verdadera personalidad. Me ha encantado ver el tipo de mujer que es, inteligente, decidida y franca, a pesar de sus inseguridades. Ha sido precioso ver cómo la cercanía de la persona adecuada hace que surja lo mejor de ella, y cómo el amor la hace florecer. El hecho de que ella tome la iniciativa en muchas de las ocasiones, es muestra de ello.
El estilo de Ruth me ha encantado por su frescura y claridad; me gusta cómo sabe describir a los personajes con unos cuantos trazos dejándonos ver la profundidad de sus caracteres.
Recomiendo esta historia, como todas las de Minstrel Valley, porque significa sumergirse por unas horas en un mundo maravilloso y casi real.
Marta Luján
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