Kate Farleigh no sabía cómo reaccionar cuando, al rechazar la caritativa oferta de Lady Cahill, ésta decidió llevársela en su lujoso carruaje. La razón de tan descabellado plan no era otra que Jack Carsteirs, el misterioso nieto de la dama.
Herido en la Guerra de la Independencia, repudiado por su padre y abandonado por su prometida, Jack había decidido refugiarse en su casa de campo; pero Kate no podía aguantar tal comportamiento. De pronto, el soldado descubrió que su vida volvía a tener un propósito: conseguir que la señorita Farleigh no le hiciera cambiar sus costumbres...
Hace tiempo leí otra novela de esta autora pero como mi memoria es, como se suele decir, de pez, no recuerdo el título. Tampoco importa demasiado porque de los que sí me acuerdo es de los que no me gustaron, oseasé que no debió de parecerme muy malo ese otro. Por eso casualmente, cuando me prestaron Un Caballero Galante, dije que sí, que lo leía. Y aquí está mi versión..
Si tengo que ponerle algún adjetivo a esta novela sería: tierna.
No es que sea ñoña, nada de eso. Pero sí tierna porque los personajes son personas que han sufrido y que consiguen levantarse de nuevo y seguir viviendo a pesar de las dificultades.
Casi siempre me gusta empezar analizando a la protagonista femenina, pero en este caso voy a cambiar el tercio y, si se me permite, voy a hablar primero del personaje masculino.
Jack ha regresado de la guerra y su vida ha cambiado completamente. Antes era un hombre sumamente atractivo, de buena planta, con una fortuna nada despreciable. Un hombre que podía seducir a las mujeres sin quitarse el sombrero, por decirlo así. Encantador, orgulloso y algo cínico. Pero la maldita guerra lo ha cambiado todo. Vuelve desfigurado y además se encuentran con que su progenitor le ha dejado prácticamente en la ruina. No tiene nada que le anime a volver a su antigua vida de aristócrata despreocupado, ahora su presencia horroriza, no tiene dinero y está amargado. De ser un hombre jovial se convierte en un ser esquivo, arisco, intratable. No quiere saber nada de nadie y se aísla de todos para alimentarse solamente del rencor por su nueva condición y sus heridas.
Que no os eche para atrás que el protagonista tenga cicatrices, por favor. Ya sé que nos suelen gustar guapos, altos y encantadores, pero un hombre puede resultar maravilloso incluso lisiado.
Después de romper una lanza a favor de Jack, me gustaría hablar sobre la protagonista femenina: Kate. Tampoco ella lo ha pasado bien, tampoco ha tenido una vida cuajada de caminos de flores. Pero es una mujer de fuerte carácter y más fuertes convicciones morales.
Ella también ha padecido las penurias de la guerra, no en propia carne, pero sí encontrándose sola cuando muere su padre y sus hermanos. Es una mujer en la que las desgracias de la guerra han dejado huella, y una huella profunda.
Por si ya fuera poco en esos tiempos encontrarse sin el socorro de su padre y sus hermanos, carece de fortuna y no es bien recibida entre la sociedad. Claro, ¿quién querría tener de invitada a una mujer así? Pero Kate lucha con todas sus fuerzas por sobreponerse, está dispuesta a hacer lo que sea por poder mantenerse y ser independiente.
Como personaje secundario imprescindible en la novela tenemos a lady Cahill, que estaba emparentada con la madre de Kate. Esta mujer es quien tiende una mano a la protagonista consiguiéndole un trabajo en casa de su nieto, que no es ni más ni menos que Jack.
Lady Cahill es una de esas secundarias que te caen bien nada más aparecer en el libro, ves que va a ser la salvación de los dos protagonistas porque les une.
Yo imaginaba que en cuanto Kate llegara a la ruinosa casa de Jack se iban a enamorar, aunque las cicatrices que tiene él podían hacerlo más complicado. Lo que no imaginaba era la decisión de la protagonista al cuidar no sólo de la casa sino del propio dueño de la misma. El modo enternecedor en que le hace frente para sacarle de su ostracismo, para hacerle ver que sigue siendo un hombre –al que ella ve atractivo a pesar de todo-, para hacerle entender que debe seguir adelante y no ser un niño berreón lamentándose continuamente de su desgracia. Literalmente le hace ponerse en pie.
Las batallas dialécticas entre ambos son increíbles.
Y la atracción sexual se mastica.
El amor surge así, sin darnos cuenta.
La novela es sencilla de leer, muy amena, enternecedora –aunque me repita lo vuelvo a decir-, chispeante en ocasiones, cruda en otras.
Kate es una heroína maravillosa y Jack, qué duda cabe, es un verdadero caballero galante.
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