La historia se inicia en 1809 y el capítulo ya me puso un nudo en la garganta. Desde aquí me han venido constantes preguntas a la cabeza, porque soy mucho de hacérmelas cuando leo una novela que me envuelve y me intriga, me pongo en la piel de la autora y trazo caminos que, la mayoría de las veces, no coinciden con lo que imagino. Y eso me agrada muchísimo, porque me sorprende, que es lo ideal en una novela.
Tenía muchísimas ganas de leer la historia de Farrell desde que apareció en el pequeño pueblo de Minstrel Valley. Y es que el muchacho prometía: un detective privado venía que ni pintado junto a una dama de la alta sociedad. Por eso de saltarse las normas y demás, ya me entendéis.
Farrell es un hombre que se ha creado a sí mismo, que abandonaron al nacer y que fue criado por un panadero. Pero conoce los peligros de los callejones, el hambre y la injusticia. Solamente su fuerza de voluntad y su valor consiguen que salga adelante en un mundo atroz. Eso, y su obsesión por saber quiénes fueron sus padres y por qué lo abandonaron. No es extraño que odie a los aristócratas. Bueno, a todos no, porque se lleva de maravilla con los que viven en Minstrel Valley.
Lady Evelyn Montgomery es una dama, por mucho que lo odie. Y es que sus institutrices la enseñaron desde pequeña a serlo, pero también a ser una mujer distante, de apariencia fría, incapaz de sentir empatía por los demás. Ella no es así, sino todo lo contrario: puro fuego. Pero sigue las normas que le enseñaron, mostrándose altiva algunas veces. De todos modos, se ve obligada a acudir a Farrell para pedirle que desenmascare al hombre que se está haciendo pasar por su tío, Leonard Montgomery, lord Evesham, encerrado en su finca desde que su esposa desapareció treinta años atrás. Para ello, nada mejor que el detective se presente en sociedad como su prometido, aunque para ello deban pasar unas semanas en Minstrel Valley, lo que da pie a volver a saber de los personajes de esta serie.
¡Ay, sí, hay mucha pasión en esta novela! Lo de inadecuada, mejor lo borramos. Si es que están hechos el uno para el otro y la autora nos demuestra qué poco importan las clases sociales cuando el amor se cruza en nuestro camino.
El abuelo de Evelyn, el marqués, me ha encantado, es un vejete maravilloso y tiene mucho que ver con el final de la historia, que os va a maravillar.
Christine Cross sabe cómo crear unas aventuras fantásticas, así que os recomiendo esta al 100%.
Nieves
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