Esta autora tiene una mano estupenda para inventarse historias fantásticas, y la que nos ocupa es de esas. Porque ya me diréis qué otra cosa puede ser que a una persona le roben su reflejo en el espejo.
Los protagonistas son Malco, un chico que estudia alquimia, Lyra, si hermana, que estudia numerología y Akara, su amiga. Los tres están decididos a recuperar el reflejo de Malco a pesar de los peligros, y para ello no dudan en llevar a cabo un sortilegio que les hará traspasar la barrera de lo real para verse inmersos en un mundo paralelo y atemporal. Un mundo en el que se encuentran en el París del siglo XVII, una dimensión en que la gente no envejece, pero tampoco tiene el ansia de aprender puesto que el tiempo no pasa para ellos.
Es una aventura repleta de fantasía, de amistad y hasta de amor. Incluso unos poquitos celos, para que no falte de nada.
A quienes sean seguidores de El Ministerio del Tiempo les va a encantar meterse de lleno en esta novela, de una narrativa sencilla y comprensible; yo la he disfrutado, me ha recordado la serie. Y es que pensar en poder abrir una puerta a otra dimensión u otra época me pone los pelos de punta y, a la vez, una sonrisa en la boca.
Me han encantado los personajes, nada complicados, directos, juguetones a veces y emprendedores. Me ha gustado el conde Saint Germain, la mujer que tiene el libro mágico que es la llave para hacerles volver al presente, y me ha dado un poquito de pena Armand.
Leer esta novela es un modo perfecto de evadirte de lo que te rodea y sentirte flotar.
Nieves
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