Cinco palabras y una impostora, de Bethany Bells

¡Lo que he disfrutado con esta historia! No es la primera que leo de esta serie, que recomiendo encarecidamente. Crear varias novelas entrelazadas es complicado, pero Bethany ya tiene experiencia con la serie de Minstrel Valley y lo ha bordado una vez más.

Elizabeth no es la maestra de Elizabeth Town que todos creen, ha tenido una vida azarosa y llegado a la ciudad por pura suerte. Contar su verdadera historia no iba a beneficiarla, de modo que se crea una nueva identidad. Al principio, da la impresión de que está un poco loca, te ríes con sus ocurrencias y con las cosas que se imagina. Luego, según avanza la novela y la vas conociendo más, te das cuenta de que es una mujer con una fuerza maravillosa y un carácter que te atrapa. De ñoña no tiene nada, al contrario, su temple es admirable. De esas mujeres que no permiten ir detrás de un hombre, que quiere y va a su lado en igualdad de condiciones.

David Cassane tampoco es lo que parece cuando llega a Elizabeth Town como dueño del periódico. Un hombre hosco, riquísimo, y de pocas palabras. Arrastra un pasado horrible y ha estado viviendo siete años con los cherokee, a quienes debe la vida. Aparece en la ciudad con ánimos de venganza. Y su venganza es ni más ni menos que contra los protagonistas de las anteriores novelas de la serie. Tiene sus motivos, aunque sean motivos equivocados. Pero la aparición de una cotilla maestra de escuela cambia todos sus planes.

No quiero desvelar nada del argumento, hay que leer la novela y disfrutar de los giros que nos va mostrándola autora, de modo en que se van conociendo estos dos personajes tan distintos y, a la vez, tan parecidos. Su romance es estupendo y las conversaciones entre ellos de los más entretenido. ¿Cinco palabras, dice el título? Pues sí, y os van a encantar todas y cada una de las frases con cinco palabras, os lo aseguro.

Es un placer ver a los protagonistas de las otras entregas (me falta alguna, pero prometo que caerán), disfrutar con sus conversaciones llenas de ironía y el modo tan cercano con que se tratan. Y otro placer poder leer también sobre las chicas del Seven Roses.

El capítulo 18, en concreto, me ha parecido estupendo y hasta me ha arrancado alguna carcajada por la carga de ironía y sarcasmo que tiene.

En fin, que leer esta historia, que os vuelvo a recomendar, ha sido una gozada. Claro que leer a Bethany siempre lo es, toque el tema que toque.

Lo malo de esta novela: si la lees, te vas a enganchar a la serie completa. ¡Y no te vas a arrepentir!

Nieves

Romántica

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