Volver a encontrarme con Pluma Roja y Georgiana ha sido estupendo, porque ya me hicieron pasar muy buenos ratos con su propia historia. Pero no es de ellos de quien quiero hablaros, sino de Nube de Fuego y Brisa en la Pradera.
Es una historia que va creciendo en intensidad según avanza. Al principio parece que se va a desarrollar en la quietud y paz de las praderas donde habitan distintas tribus indias. Pero no. La novela da un giro de ciento ochenta grados y, de repente, nos encontramos en la estirada sociedad de los rostros pálidos, con apretados corsés, caballeros con sombrero y fiestas. Y es en esa cursi sociedad en la que nos mete la autora donde vamos a ser testigos de varios secretos. Ella por el deseo de volver con su padre y él porque necesita cumplir una promesa, se verán abocados a cambiar radicalmente de vida, dejando atrás todo.
Me encanta la ambientación que consigue, las palabras en lengua india, las costumbres y las normas sociales de aquellos a quienes los lechuguinos de cara pálida llamaban salvajes. Ya hubieran querido ser igual de civilizados que ellos.
Nube de Fuego-Diego es un personaje que enamora.
Brisa en la pradera-Beatriz es una mujer con una fuerza que te hace admirarla.
Me gustará saber de Adrián y Carmen más allá de esta novela, porque se atisba una historia llena de romance y enfrentamientos.
Secretos familiares, romance y honor, hacen de esta novela una lectura de loa más entretenida.
La he disfrutado de principio a fin.
Nieves
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