No sabría decir si es la mejor novela que he leído de este autor. Y no puedo, porque todas han conseguido, de momento, emborracharme de magnífica narrativa, de aventura y de tensión, hasta el punto de dejarlo todo para meterme entre sus páginas. Casi 900, por cierto, y se me ha hecho corta.
Algunos han dicho que no es una novela histórica al uso. Vale. El puño del emperador está clasificada como «Ficción histórica», creo que con eso se entiende lo que vamos a consumir. Caliani no intenta enseñarnos Historia aunque, los que somos muy curiosos, arrastrados por los lugares y situaciones que describe, nos pasemos luego por los libros para saber más. El autor quiere entretenerte, atraparte y llevarte a una época pasada para contarte un argumento perfectamente hilvanado. Se agradece el índice de personajes, aunque los he ido conociendo con facilidad. El glosario del final, un acierto.
Recomiendo la novela porque es una de las mejores que he tenido la suerte de disfrutar en lo que va de año. Personajes con claros casi angelicales y oscuros casi demoníacos, heridos de mil maneras, con cicatrices en el cuerpo y en el alma, capaces de las mayores atrocidades y de los mayores actos de heroísmo. Humanos, a fin de cuentas.
Dice Alberto Caliani, en la nota de autor, que agradece a Juan Gómez-Jurado que le retase con un «no hay huevos» a escribir la novela. No solo los ha habido, sino que yo sí que agradezco a ambos el hecho; a uno por tirar el guante, al otro por recogerlo.
Antes de acabar quiero destacar a un personaje singular que me ha hecho sonreír en distintas ocasiones: Ictis. Vándalo, jugador, bebedor, ladrón, embaucador, desvergonzado… Tenías razón, Alberto, hay que tener cuidado con él. Pero se hace encantador.
Como ves, tus novelas van cayendo una a una. Gracias por esta.
Nieves
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