Whitney MacCallister es una joven rica y guapa acostumbrada a una vida de lujos y caprichos. Entre la alta sociedad neoyorquina se mueve como pez en el agua. Es una mujer divertida, independiente y un tanto alocada, probablemente sea a causa de su protegida y privilegiada existencia o tal vez se deba a que es la hija de uno de los hombre más ricos de Nueva York… o probablemente solo se deba a su carácter.
Douglas Lord es un ladrón de guante blanco. Es un hombre ambicioso que persigue una vida cómoda y repleta de lujos.
Ha logrado perpetrar los más renombrados y exitosos robos, aunque tiene un enorme defecto: nunca logra conservar en su poder, durante demasiado tiempo, el preciado botín. El dinero vuela de sus dedos, si no es a causa de una mujer desvalida es a causa del juego o de un traicionero socio.
De sus anteriores robos ha aprendido una norma que se ha jurado cumplir a rajatabla: nunca volverá a aceptar un socio. El último le timó y estafó, desapareciendo con un rubí del tamaño de un pedrusco.
Por lo que Doug ha aprendido bien la lección, o eso cree.
A sus manos llegan (o sería más correcto decir que sus manos se apoderan) los diarios de una niña que vivió durante la Revolución francesa. En sus páginas se contiene la ubicación de un tesoro datado de esa época, unas joyas que pertenecieron a la mismísima María Antonieta.
Pero aunque tiene “el mapa del tesoro” en su poder, le sigue los talones una banda de criminales que pretenden recuperar los documentos.
Inicialmente Doug fue contratado por el líder de esa banda, Dimitri, para hacerse con ellos, pero el traidor trató de matarlo, así que Doug Lord huyó con los papeles y la determinación de encontrar ese tesoro, el cual está destinado a conducirlo a la vida de lujo y comodidades que ansía.
Pero en su huida choca con una elegante y frívola mujer a la que obliga a entrar en su coche para escapar de sus perseguidores.
El acomodado mundo de Whitney se tambalea bajo sus pies desde el momento que un hombre vestido en un hortera traje negra lo obliga a entrar en su coche “a punta de pistola“. En ningún momento cree que éste vaya a matarla como le amenaza (de hecho ni cree que realmente lleve una pistola) pero cuando las balas los rodean no queda momento para las dudas
Así, sin pensarlo ni pretenderlo, Whitney se encuentra en medio de una aventura y Doug con una inesperada socia en su nuevo trabajito. Claro que él tiene muy claro que a la primera oportunidad se desentenderá de ella, y Whitney no piensa perdonarlo ni un centavo (que anota meticulosamente en su libreta).
Mientras la noticia de la desaparición de la rica heredera MacCallister estalla en Nueva York, la pareja ya se encuentra rumbo a Madagascar en busca del antiguo tesoro de María Antonieta. En mitad de esa excitante aventura para Whitney y la oportunidad de forjarse un futuro para Doug, la vida de ambos da un vuelco inesperado, uno para el que ninguno de ellos estaba preparado.
Al rojo vivo es la última novela publicada de la prolífica Nora Roberts, aunque de hecho es uno de sus libros más antiguos, algo que inevitablemente queda patente en la lectura.
Es indiscutible que la pluma de Roberts se encuentra tras estas líneas, y aunque es una novela divertida y amena no logra alcanzar a otras muchas de las publicadas.
Al rojo vivo puede resumirse como una novela donde impera la aventura y el humor. Prácticamente de la primera a la última página nos encontramos inmersos en una aventura constante con el fin de encontrar un tesoro.
Uno de los aspectos que más me han gustado de la novela han sido los diálogos entre Doug y Whitney, cargados de frivolidad, ironía y humor. No obstante, pese a que me ha parecido una lectura divertida y entretenida, he notado en falta una trama más profunda e intensa.
En ocasiones he tenido la sensación de que la historia era abordada con demasiada frivolidad y lo que para mí se presagiaba como un libro intenso y apasionado, ha quedado en simplemente uno más.
A primera vista el argumento se presenta de lo más atractivo: el tema de la arqueología de fondo, paisajes y entornos exóticos, un ladrón, una niña mimada y caprichosa y persecuciones. No obstante, aunque como digo me ha parecido una novela muy entretenida -innegablemente los diálogos me han arrancado unas cuantas risas- he notado en falta una historia de amor más apasionada y de contenido más profundo.
Con el trasfondo de Madagascar, la selva, joyas y persecuciones y con unos protagonistas que se presuponían más profundos, la historia sabe a poco.
En ocasiones he tenido la sensación de que existía demasiada frivolidad entre Doug y Whitney. He echado de menos una conversación más profunda y sincera. Siempre, en todo momento, incluso en los más íntimos y “emotivos” reina la ironía entre ellos.
Por un lado me parece interesante la elección de protagonistas: una joven y frívola millonaria, porque sinceramente no encuentro otro modo de describir a Whitney, y un ladrón
de guante blanco, ya que rompen con los protagonistas tópicos. Esto es algo que Nora Roberts sabe hacer muy bien, pero en este caso la trama no está en consonancia a esos personajes.
La facilidad con que Whitney se adapta a la huida en la selva, la contundencia con que los remordimientos impiden a Doug dejarla en la estacada, como era su plan inicial, son puntos que chocan y denotan, a mi parecer, una falta de profundidad en sus personalidades.
Pero a pesar de todo esto, como digo me ha parecido una lectura ágil y amena. Al rojo vivo es un libro entretenido para pasar un buen rato sin mayores pretensiones. Si buscáis una novela intensa y profunda, no la encontraréis. Si sois fans de Nora Roberts, probablemente os guste porque aun siendo floja es entretenida, pero si no quizá no cumpla vuestras expectativas.
Douglas Lord es un ladrón de guante blanco. Es un hombre ambicioso que persigue una vida cómoda y repleta de lujos.
Ha logrado perpetrar los más renombrados y exitosos robos, aunque tiene un enorme defecto: nunca logra conservar en su poder, durante demasiado tiempo, el preciado botín. El dinero vuela de sus dedos, si no es a causa de una mujer desvalida es a causa del juego o de un traicionero socio.
De sus anteriores robos ha aprendido una norma que se ha jurado cumplir a rajatabla: nunca volverá a aceptar un socio. El último le timó y estafó, desapareciendo con un rubí del tamaño de un pedrusco.
Por lo que Doug ha aprendido bien la lección, o eso cree.
A sus manos llegan (o sería más correcto decir que sus manos se apoderan) los diarios de una niña que vivió durante la Revolución francesa. En sus páginas se contiene la ubicación de un tesoro datado de esa época, unas joyas que pertenecieron a la mismísima María Antonieta.
Pero aunque tiene “el mapa del tesoro” en su poder, le sigue los talones una banda de criminales que pretenden recuperar los documentos.
Inicialmente Doug fue contratado por el líder de esa banda, Dimitri, para hacerse con ellos, pero el traidor trató de matarlo, así que Doug Lord huyó con los papeles y la determinación de encontrar ese tesoro, el cual está destinado a conducirlo a la vida de lujo y comodidades que ansía.
Pero en su huida choca con una elegante y frívola mujer a la que obliga a entrar en su coche para escapar de sus perseguidores.
El acomodado mundo de Whitney se tambalea bajo sus pies desde el momento que un hombre vestido en un hortera traje negra lo obliga a entrar en su coche “a punta de pistola“. En ningún momento cree que éste vaya a matarla como le amenaza (de hecho ni cree que realmente lleve una pistola) pero cuando las balas los rodean no queda momento para las dudas
Así, sin pensarlo ni pretenderlo, Whitney se encuentra en medio de una aventura y Doug con una inesperada socia en su nuevo trabajito. Claro que él tiene muy claro que a la primera oportunidad se desentenderá de ella, y Whitney no piensa perdonarlo ni un centavo (que anota meticulosamente en su libreta).
Mientras la noticia de la desaparición de la rica heredera MacCallister estalla en Nueva York, la pareja ya se encuentra rumbo a Madagascar en busca del antiguo tesoro de María Antonieta. En mitad de esa excitante aventura para Whitney y la oportunidad de forjarse un futuro para Doug, la vida de ambos da un vuelco inesperado, uno para el que ninguno de ellos estaba preparado.
Al rojo vivo es la última novela publicada de la prolífica Nora Roberts, aunque de hecho es uno de sus libros más antiguos, algo que inevitablemente queda patente en la lectura.
Es indiscutible que la pluma de Roberts se encuentra tras estas líneas, y aunque es una novela divertida y amena no logra alcanzar a otras muchas de las publicadas.
Al rojo vivo puede resumirse como una novela donde impera la aventura y el humor. Prácticamente de la primera a la última página nos encontramos inmersos en una aventura constante con el fin de encontrar un tesoro.
Uno de los aspectos que más me han gustado de la novela han sido los diálogos entre Doug y Whitney, cargados de frivolidad, ironía y humor. No obstante, pese a que me ha parecido una lectura divertida y entretenida, he notado en falta una trama más profunda e intensa.
En ocasiones he tenido la sensación de que la historia era abordada con demasiada frivolidad y lo que para mí se presagiaba como un libro intenso y apasionado, ha quedado en simplemente uno más.
A primera vista el argumento se presenta de lo más atractivo: el tema de la arqueología de fondo, paisajes y entornos exóticos, un ladrón, una niña mimada y caprichosa y persecuciones. No obstante, aunque como digo me ha parecido una novela muy entretenida -innegablemente los diálogos me han arrancado unas cuantas risas- he notado en falta una historia de amor más apasionada y de contenido más profundo.
Con el trasfondo de Madagascar, la selva, joyas y persecuciones y con unos protagonistas que se presuponían más profundos, la historia sabe a poco.
En ocasiones he tenido la sensación de que existía demasiada frivolidad entre Doug y Whitney. He echado de menos una conversación más profunda y sincera. Siempre, en todo momento, incluso en los más íntimos y “emotivos” reina la ironía entre ellos.
Por un lado me parece interesante la elección de protagonistas: una joven y frívola millonaria, porque sinceramente no encuentro otro modo de describir a Whitney, y un ladrón
de guante blanco, ya que rompen con los protagonistas tópicos. Esto es algo que Nora Roberts sabe hacer muy bien, pero en este caso la trama no está en consonancia a esos personajes.
La facilidad con que Whitney se adapta a la huida en la selva, la contundencia con que los remordimientos impiden a Doug dejarla en la estacada, como era su plan inicial, son puntos que chocan y denotan, a mi parecer, una falta de profundidad en sus personalidades.
Pero a pesar de todo esto, como digo me ha parecido una lectura ágil y amena. Al rojo vivo es un libro entretenido para pasar un buen rato sin mayores pretensiones. Si buscáis una novela intensa y profunda, no la encontraréis. Si sois fans de Nora Roberts, probablemente os guste porque aun siendo floja es entretenida, pero si no quizá no cumpla vuestras expectativas.
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