Diez días contigo, de Linda Howard

El calor era tan intenso que no se podía dormir. Cuando miraba las oscuras olas del océano, Rachel intuía que allí fuera había algo, aunque no lo viera. Entonces él apareció en la orilla, inconsciente. Apenas vivo. Llevaba dos balas en el cuerpo. Impulsada por su instinto, Rachel no llamó a la policía. Su sexto sentido le decía que ella era su única esperanza. Mientras él permanecía inconsciente, ella tenía que decidir el futuro de ambos. Pero alguien quería muerto a aquel hombre. ¿Estaría poniendo su propia vida en peligro por un extraño?

Un gustazo, si señor, y es que esta mujer consigue que disfrutes de la lectura desde el principio hasta el fin. Cierto es, que no te dejara con la boca abierta asombrada por su originalidad, sobra decir, que al ser una novela corta pasara ante tus ojos con una rapidez que probablemente te gustaría ralentizar para poder saborear un capítulo mas, pero como suele ocurrir con esta autora, hasta sus obras mas “humildes” son de mención de honor.
Una vez que eres consciente de que tienes entre tus manos una obra sencilla, sin más pretensiones que volver a descubrir ese mundo Howard con sus fuertes y atractivos personajes, pasaras a sumergirte en sus páginas, trepidantes en acciones como en pasiones.

Presenta dos personajes igual de atrayentes porque si bien Kell es la reencarnación de un macho dominante y solitario, inteligente y calculador, frío y sensual; Rachel toma su medida desde el primer momento: bella y natural, práctica y sincera, enamorada y luchadora.

No necesita grandes ostentaciones de belleza y honor, el ambiente relajado de una casita al borde del mar, el calor de los días de verano y la buena pluma de esta mujer, hace que unos vaqueros sean tan seductores como deslizar nuestra vista por un mar de piel, o un silencio dignifique una acción. La agresividad del difícil mundo en el que vive Kell solo aparece al principio y al final, como marco de encuentro y descubrimiento de sus protagonistas, y en ese puntito de impaciencia animal que el protagonista arrastra en su deseo.

Lo que más me ha gustado es que Diez días contigo consigue convencer que el tiempo es esa variable relativa, que puede encerrar un mundo en un segundo. Es entonces cuando el amor, el sentimiento y el deseo nacen de la conciencia de que solo tenemos el hoy y nos permitimos entregarnos con la sinceridad de nuestros cuerpos y dos sencillas palabras: Te quiero.
Esta pareja conseguirá, que esa franca frase la sientas real y profundamente sincera, y si le unes la carga de desesperada, ardiente y sentida pasión, en la que la señora Howard es toda una experta, volverás a caer a los pies de una autora, que aun en sus novelas mas cortas será capaz de arrancarte un suspiro y acelerarte el corazón.