El nombre de Sunny Chandler está en boca de todos los habitantes de Latham Green, la pequeña población que la vio nacer, crecer y desaparecer, cual novia a la fuga. La causa de su notoriedad fue uno de esos pequeños escándalos que sirven para amenizar conversaciones y que perduran años y años en la mente de todos, pese a que sucedió tres años atrás: Sunny dejó a su novio plantado en el mismísimo altar.
Desde entonces la simple mención de su nombre basta para encender un reguero de especulaciones y chismorreos a su costa. Se ha forjado una fama de femme fatale, rompecorazones, calientabraguetas… entre otros muchos y poco halagüeños calificativos.
Herida, aunque finja lo contrario, la chica se juró a sí misma que nunca volvería a poner un pie en ese “pueblo de catetos”, pero la boda de Fran, su mejor amiga, le obliga a incumplir tal promesa.
Así que, a regañadientes, Sunny Chandler regresa Latham Green rodeada de una gran expectación y convirtiéndose en el foco de todas las miradas indiscretas. Y, sin ella saberlo, en la causa de una apuesta.
Ty Beaumont es el sheriff de policía de la pequeña población. Puesto que su llegada a ésta se produjo casualmente tres años atrás, no conoció a la famosa Sunny Chandler. La primera vez que la ve es en la fiesta de compromiso de Fran y Steve.
Su primera impresión es que la mujer es, sin duda, una firme candidata para convertirse en su próxima amante. Así que acaba haciendo una apuesta con su amigo y compañero, George Henderson. Según éste, Ty no podrá llevarse a la cama a la inaccesible Sunny, y según el sheriff antes de la boda -que tendrá lugar exactamente en una semana- la chica habrá visitado, el por otra parte concurrido, lugar. No en vano, Ty tiene fama de ser un mujeriego de mucho cuidado. El premio a tal apuesta: una caña de pescar nueva si George es el vencedor y una caja de whisky para Ty si es el ganador, aparte del hecho de lograr a Sunny, claro está.
Así que enseguida se lanza al ataque de la conquista de la chica. Después de todo su fama de conquistador y su fama entre las sábanas no pueden ponerle las cosas muy difíciles… ¿o sí?
El “inocente” coqueteo y las continuas negativas de Sunny no amedrentan en absoluto al hombre, sino que al contrario le hacen mantenerse más firme aún en sus propósitos. Pero poco a poco va descubriendo que Sunny no es la frívola mujer que aparenta o todo indica. Bajo esa fachada cosmopolita que luce se esconde una chica herida y desconfiada que le atrae poderosamente. Hasta el punto que empieza a estar en juego mucho más que una caja de su whisky favorito: su propio y oxidado corazón.
Sunny se prometió a sí misma no volver a permitir que un hombre le destrozara el corazón. Pese a la fama que la precede, ella alza la cabeza ante las miradas especulativas que pululan a su alrededor. Total, sólo será una semana y es por una buena causa, la boda de su mejor amiga. Así que el sacrificio merece la pena.
Pero ante el insistente flirteo del sheriff Ty Beaumont siete días se le antojan eternos, mas aun cuando debe fingir indiferencia y desdén por el atractivo hombre que tan poderosamente le atrae, aunque el muy patán le confesara la misma noche que lo conoció que va a llevarla a la cama para ganar una apuesta.
Quizá el argumento de El retorno de Sunny, a primera vista, no resulta innovador ni original. Pero desde la primera a la última página os encontraréis una novela ágil, intensa y que os garantizará una buena dosis de carcajadas. Escrita con la pluma inconfundible de Sandra Brown, nos encontramos con unos protagonistas que sencillamente destilan pasión. Sus personalidades no pueden ser más explosivas y las confrontaciones entre ellos hacen que salten chispas a su alrededor.
En un principio, para quienes no halláis leído el libro, seguro que pensaréis que Ty Beaumont es el mayor arrogante, prepotente y vanidoso protagonista con que os podáis encontrar. Sin duda, pensaréis bien: creo que se pueden añadir algunos calificativos más, pero al margen de eso es un hombre irónico y mordaz, cuyos diálogos están plagados de comentarios tan insidiosos y descarados que no puedes menos que reírte, haciendo que se te olvide el deseo de retorcerle el cuello.
Sunny es una chica que se oculta tras una capa de frío desdén. A ojos de sus propios vecinos es una mujer sin escrúpulos que no dudó en abandonar a su pobre novio en el altar el mismo día de la boda. Pero las apariencias no son lo que parecen, como se descubre más adelante, y Sunny no es tan frívola como todos creen.
Aunque parece regresar como una joven sureña con la nariz alzada y mirando con desprecio a las ignorantes gentes de Latham Green con inferioridad, enseguida compruebas que no es más que una fachada para protegerse de los comentarios malintencionados y las burlas de los demás.
Como comento antes, el argumento no es nada del otro mundo, pero el libro está plagado de escenas sugerentes, sensuales e irónicas. Uno de los rasgos predominantes de la novela es el sentido del humor que destila en cada página.
Lo más negativo que tiene el libro es que se trate de una novela tan corta, porque ciertamente yo habría agradecido unas cuantas páginas más.
Lo más positivo: sus protagonistas y los diálogos repletos de ironía y mordacidad.
Ty Beaumont es uno de esos protagonistas directos y brutalmente conciso a la hora de expresarse, claro que el pobre hombre se topa con Sunny Chandler que le iguala en mal genio, sinceridad e irreverencia.
Con estos personajes, ya os podéis hacer una idea del resultado.
El retorno de Sunny es un libro que, sin ser inolvidable, proporciona una lectura bastante divertida, con escenas sensuales y una historia de amor bastante buena. No es una novela que te haga emocionar o suspirar, desde luego, pero es fresca, ágil, mordaz y, a su modo, bastante romántica.
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