En la llave de la sabiduría es el turno de Dana para encontrar la llave que permita abrir la urna que encierra las almas de las Hijas de Cristal, mitad humanas mitad diosas, víctimas del hechizo lanzado sobre éstas y que las mantiene inertes. Para liberar sus almas y liberarlas de su maldición, Malory, Zoe y Dana, tres jóvenes de la época actual, deben encontrar las tres llaves que abran las tres cerraduras de esa caja de cristal que encierra sus almas.
Tal como hiciera Malory en La llave de la luz, Dana cuenta con una pista por parte de Rowena y Pitt que “aclare” un poco el camino a seguir.
En esencia, como su amiga, la búsqueda de esa llave conlleva que Dana debe revivir su pasado y hallar algo que lo une a su presente y permanecerá en su futuro.
La experiencia no es nada agradable para Dana, que se ve obligaba a revivir su relación con Jordan Hawke, lo que hace que todas las emociones, el dolor y sufrimiento experimentados en su juventud resurjan a la superficie, así como todo el amor que un día la unió a éste.
Jordan y Dana crecieron juntos, primero como amigos, después como amantes cuando la llegada a la adolescencia les hizo descubrir un nuevo sentimiento: el amor. Pero, Jordan abandonó el pueblo para trasladarse a Nueva York y lograr su sueño de convertirse en un escritor. La ruptura destrozó a Dana que se juró no permitir que Jordan volviera a herirla de ese modo.
Pese a que durante los años transcurridos se han ido viendo esporádicamente, debido a la amistad entre éste y Flynn, el hermano de Dana, la relación entre ellos ha sido fría y distante.
Jordan regresa como un escritor de éxito, para encontrarse con la fantástica búsqueda de las tres llaves en que las jóvenes se ven envueltas. A la vez, él, Flynn y Brad, por diferentes motivos y vínculos, acaban también uniéndose a ésta y a la vida de las tres amigas.
Así que sin proponérselo, Dana y Jordan se ven unidos por un fin común, lo que les obliga a pasar tiempo juntos. Algo que mientras para Jordan es una oportunidad caída del cielo para acercarse y recuperar a Dana, para ésta es una prueba constante de su férrea voluntad para resistir la cercanía de Jordan sin traicionarse a sí misma. ¿Serán o no capaces de rendirse a lo que una vez los unió? ¿Y serán capaces de dar con la segunda de las tres llaves?
Así como a Malory, por su amor al arte, se la asociaba a la luz y al color, a Dana, una bibliotecaria que ama los libros, se la asocia a la sabiduría. Su devoción por la lectura es sin duda una pista importante a seguir para conducirla hasta el hallazgo de la llave.
Dana es de las tres amigas la más directa, dura e, incluso, diría que arrogante. Es una mujer que a primera vista se la ve segura de sí misma, pero al rascar en la superficie afloran infinidad de aspectos de su personalidad que lucha denodadamente por esconder. Su mayor debilidad es su amor por Jordan, contra el que lucha incansable, pero éste no está dispuesto a permitírselo.
Jordan es un hombre que ha logrado todo cuanto se ha propuesto en la vida. Quería ser un escritor de éxito y lo logró, pasando por encima de lo que más quería. Es un hombre al que poco a poco vas conociendo, viendo otros aspectos en los que a primera vista no reparas.
En un principio se nos presenta como el culpable de la ruptura entre él y Dana, pero a medida que avanza el libro puedes llegar a entender sus motivaciones, sus miedos y una parte de él que, al menos a mí, me sorprendió mucho.
De las tres parejas, la de Dana y Jordan era la que, antes de leer el libro, más me atraía por el carácter de ambos y porque las novelas en que los protagonistas ya tienen un pasado juntos me gustan especialmente. Es además una característica que se encuentra en bastantes novelas de Nora Roberts.
También tengo que admitir que tenía expectativas muy altas en este libro, justamente por esas razones, y al final éstas se han visto recompensadas.
En cuanto a la parte que implica la búsqueda de la llave y las apariciones de Kane tratando de evitarlo, la trama es más compleja que en el libro anterior o, al menos a mí, me ha atrapado más. Probablemente se deba a las referencias a libros y esa “regresión” hacia el pasado que realiza Dana.
La relación de pareja entre los protagonistas me ha parecido preciosa, muy bien hilvanada y repleta de escenas conmovedoras que te ponen la piel de gallina por el dolor, el sufrimiento de los jóvenes Dana y Jordan, y por las implicaciones que eso tiene sobre el futuro de su relación.
Es una historia muy bonita en la que la ver ambas versiones, la de él y la de ella, al ser testigos de su relación años atrás y la actual, asistimos a la madurez y evolución como pareja de ambos.
Aunque la capitulación de Dana hacia Jordan es un poco repentina, la sensación que me quedó al leer La llave de la sabiduría es indescriptible: sufres con ellos, sientes su dolor y su miedo, sientes cómo se enamoran… esto es algo que creo Nora Roberts logra magistralmente transmitir en sus novelas.
Pese a que está repleta de sentimientos encontrados, reproches, miedo y dolor… innegablemente hay mucho amor, risas y escenas desternillantes, sobre todo las que giran en torno a las tres amigas por un lado, la próxima apertura de su negocio en común, y las de los tres hombres por otro, en una lucha de sexos divertido y muy amena.
Poco más puedo añadir, sólo decir que es una novela que me ha cautivado de principio a fin y, a pesar de que hay momentos en que las emociones de los protagonistas te embargan a ti misma, he disfrutado mucho leyéndola.
Tengo predilección por este tipo de novelas de Roberts, ésas que entremezclan fantasía, magia, leyenda… por lo que La llave de la sabiduría me ha parecido un libro maravilloso que sin duda releeré muchas veces.
Además tiene el aliciente de que al transcurrir la trama en un período de tres meses, vemos el día a día de las tres parejas, cómo evolucionan sus relaciones y cómo se fragua la trama romántica de la próxima y última entrega de la trilogía de las llaves. Una saga que, particularmente, me parece preciosa.
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