Kate Grey no se siente a gusto en Inglaterra. Acostumbrada a la sencillez y a la libertad de su tierra, no logra comportarse como una desvalida dama inglesa. Cuando conoce al marqués de Richfield, un hombre atractivo, acostumbrado a tratar a las mujeres como si fueran juguetes, Kate se promete a sí misma que no participará nunca en su juego de seducción.
UNA BELLEZA DESAFIANTE
Tras haberse enfrentado a los peligros de una tierra salvaje, no existía ningún hombre que Kate no fuera capaz de manejar... o eso había creído hasta que se encontró en Inglaterra, en presencia del turbador marqués de Richfield. Diabólicamente atractivo, arrogante y acostumbrado a mandar, Alexis la atraía y la desarmaba; pero había demasiadas mujeres en su vida, y Kate juró que nunca sería una más.
UN HOMBRE ATORMENTADO
Para lord Alexis de Granville, las mujeres eran una diversión y las trataba siempre a su antojo. Pero la encantadora Katherine Grey, con sus francas maneras norteamericanas, se negaba a entrar en el juego y lo irritaba con su desdén. Pero al fin Alexis, en un castillo acosado por la traición, llegaría a hacer cualquier cosa, a enfrentarse con cualquiera, para conseguir que Kate lo deseara tanto como él la necesitaba a ella.
Esta novela es de las que ya tienen sus buenos añitos encima, a algunas obras la “edad” las dignifica y otras sufren el paso del tiempo de forma despiadada. En su día me encantó ¿Por qué? Pues a ciencia cierta no lo sé, porque tanto entonces como ahora sus personajes me desequilibraban y sin embargo o pese a ello, la sucesión de ciertas escenas de desplantes y discusiones me hacía proseguir su lectura con gran expectación.
Alexis es para echarle de comer a parte, aunque la autora intente crear para él un trauma que en cierta forma nos haga no querer ser demasiado duras con este chulo, relamido, prepotente y lascivo marqués. Kate está mas lograda, claro que en el pecado lleva la penitencia, con todo lo lista y decidida que parece, enamorarse de semejante lechuguino, nos crea la duda razonable de su verdadero coeficiente intelectual.
Lo que me gustó muchísimo fue la ambientación, ese enorme castillo medieval, ese patio fabuloso, las almenas, armaduras, salas y mobiliario…no sé, pero me encantó perderme por Richfield y los bosques que lo circundan.
Hay un montón de secundarios, todos de lo mas variopinto y enloquecedor ¡Vaya jaula de locos! Que si el tío puritano, que si la madre tocada del alerón, que si el amigo traumatizado, que si la tía “mosquita muerta”, los criados, las amantes, el militar….En serio, que la reunión de tanto espécimen extraño es un espectáculo en toda regla, y en mi caso tanto me repelía como atraía.
Una dama rebelde, es una novela de regencia como cualquier otra y sin embargo totalmente diferente. Es entretenidísima, habrá a quien le guste y a quien no, pero sin saber muy bien el por qué, yo la recomiendo, sobretodo si os van las novelas del “haber quien puede mas” y “te vas a enterar”, además no le falta su buena carga sensual o sexual, este marques nos salió pelín berraco, y su puntito de celos e intriga para coronar. ¿ Qué, apetece?
UNA BELLEZA DESAFIANTE
Tras haberse enfrentado a los peligros de una tierra salvaje, no existía ningún hombre que Kate no fuera capaz de manejar... o eso había creído hasta que se encontró en Inglaterra, en presencia del turbador marqués de Richfield. Diabólicamente atractivo, arrogante y acostumbrado a mandar, Alexis la atraía y la desarmaba; pero había demasiadas mujeres en su vida, y Kate juró que nunca sería una más.
UN HOMBRE ATORMENTADO
Para lord Alexis de Granville, las mujeres eran una diversión y las trataba siempre a su antojo. Pero la encantadora Katherine Grey, con sus francas maneras norteamericanas, se negaba a entrar en el juego y lo irritaba con su desdén. Pero al fin Alexis, en un castillo acosado por la traición, llegaría a hacer cualquier cosa, a enfrentarse con cualquiera, para conseguir que Kate lo deseara tanto como él la necesitaba a ella.
Esta novela es de las que ya tienen sus buenos añitos encima, a algunas obras la “edad” las dignifica y otras sufren el paso del tiempo de forma despiadada. En su día me encantó ¿Por qué? Pues a ciencia cierta no lo sé, porque tanto entonces como ahora sus personajes me desequilibraban y sin embargo o pese a ello, la sucesión de ciertas escenas de desplantes y discusiones me hacía proseguir su lectura con gran expectación.
Alexis es para echarle de comer a parte, aunque la autora intente crear para él un trauma que en cierta forma nos haga no querer ser demasiado duras con este chulo, relamido, prepotente y lascivo marqués. Kate está mas lograda, claro que en el pecado lleva la penitencia, con todo lo lista y decidida que parece, enamorarse de semejante lechuguino, nos crea la duda razonable de su verdadero coeficiente intelectual.
Lo que me gustó muchísimo fue la ambientación, ese enorme castillo medieval, ese patio fabuloso, las almenas, armaduras, salas y mobiliario…no sé, pero me encantó perderme por Richfield y los bosques que lo circundan.
Hay un montón de secundarios, todos de lo mas variopinto y enloquecedor ¡Vaya jaula de locos! Que si el tío puritano, que si la madre tocada del alerón, que si el amigo traumatizado, que si la tía “mosquita muerta”, los criados, las amantes, el militar….En serio, que la reunión de tanto espécimen extraño es un espectáculo en toda regla, y en mi caso tanto me repelía como atraía.
Una dama rebelde, es una novela de regencia como cualquier otra y sin embargo totalmente diferente. Es entretenidísima, habrá a quien le guste y a quien no, pero sin saber muy bien el por qué, yo la recomiendo, sobretodo si os van las novelas del “haber quien puede mas” y “te vas a enterar”, además no le falta su buena carga sensual o sexual, este marques nos salió pelín berraco, y su puntito de celos e intriga para coronar. ¿ Qué, apetece?
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